Capítulo 2: "Apariencia"

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Caroline Beuss

Rojo Athenea

Capítulo II

Apariencia

Era un soleado y refrescante domingo, similar al que había casi todas las semanas. El clima de Sigma era siempre el mismo: lluvia y sequía. Eri había salido del trabajo y se encontró con Snow, quien estaba al lado del restaurante. Las dos caminaron hasta la playa y se acomodaron en una pequeña casucha veraniega de madera.

-    Ah, nada como un hermoso día para nadar un rato –Dijo Snow, estirándose.

-    Snow, estoy algo avergonzada. Es que… -Se calló por vergüenza.

-    ¿Sucede algo? –Preguntó acercándose.

-    Mira –Dijo Eri, abriendo su blusa y mostrando su traje de baño.

-    ¿Qué pasa con tu traje? –Preguntó extrañada.

-    Es de dos piezas y me queda muy ajustado –Respondió, avergonzada.

-    Los trajes tienen que quedar así. No te preocupes, nadie estará mirando… al menos la gente de la gran casa de allá o el dueño de la tienda de mascotas o la señora de la tienda de bisutería –Dijo señalando.

-    ¡No digas eso! Me avergüenzas –Respondió, tratando de no mirar a su compañera a los ojos- Es que como no tengo cosas que lucir…

-    ¡Sé como yo! Todos me ven con traje siempre y no me molesta. No tienes que hacer ejercicio para verte bien. Solo basta con que solo seas delgada y no tengas nada colgando –Respondió, riéndose a carcajadas.

-    Bueno… no es solo eso. El traje es algo viejo y lo siento pequeño.

-    No prestes atención y verás como lo olvidas.

Poco convencida, entró al agua junto con Snow.

-    Recuerda que no soy experta nadadora –Dijo Eri algo asustada.

-    No te preocupes, estás con la mejor socorrista del sector –Respondió con orgullo.

-    Espero que no tengas que utilizar tus habilidades de socorrista conmigo, pues significará que me estaré ahogando –Y rió nerviosamente.

Mientras tomaban un relajante baño de sol Eri comenzó a tener vagos recuerdos de su niñez en la que jugaba con sus padres. Ya que estos habían fallecido, se sentía muy sola. Pero gracias a los cuidados de sus tíos había logrado superar, en parte, su pérdida. Snow notó que Eri llevaba rato sin moverse.

-    ¿Estás viva? –Preguntó riendo.

-    Si, Snow. Me quedé dormida por un momento.

Largo rato pasaron charlando las jóvenes, mientras admiraban el ocaso.

-    ¿Por qué te llamas Snow si eres de piel oscura? –Preguntó extrañada.

-    Porque mi madre pensaba que sería blanca y ese era el único nombre que le había gustado. Ni ella sabe por qué salí con la piel oscura si mi padre no es tan moreno, pero no importa –Dijo cambiando el tema y tratando de ocultar algo.

-    Tenía tiempo sin estar aquí y ver la hermosa puesta del sol –Dijo Eri con encanto.

-    Si te parece hermosa la de aquí, deberías ver la salida del sol que se ve desde el parque. Es diferente pues por allí se encuentra una zona alta desde la que puedes apreciar la vegetación acuática –Dijo suspirando.

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