CAPÍTULO 5.

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Aun en el suelo, recibiendo golpe tras golpe, todos pensarían que perdería, esa es la conclusión que sacaría cualquier persona normal, ante tal situación, pero Derek si pudo observar algo más, aunque su versión menor no, quien se encontraba en el suelo era el mismo hombre con quien debería estar luchando, entendió que aquel hombre que parecía perdedor era el campeón, quien se encontraba como un animal a la espera de una mínima oportunidad, jamás fue presa de su rival, lo está llevando a su guarida poco a poco, lo hacía desgastarse, cuando llegue el momento será demasiado tarde para quien se cree victorioso.

Una patada al costado del campeón fue lanzada con una fuerza brutal, pero este la detuvo con su mano, el momento del que hablo su hija había llegado, con un movimiento rápido giro golpeando el pie de apoyo de su rival, al final de su maniobro era el quien se encontraba de pie y su rival en el suelo atónito ante lo sucedido, ser un campeón no significa ganar todas las batallas, es algo que va más adentro, es lo que te forma y te hace ser diferente.

Una mano por parte del campeón fue ofrecida para que su rival se levantara, no quería acabarlo si no estaba en pie, al reincorporarse la batalla continuo, fue impresionante como aquel hombre en desgracia ahora tenía total control sobre su rival, cada golpe impactaba en el lugar correcto, no había más por parte de quien recibía los golpes que esperar su final, final que llego con un golpe a la mandíbula, Derek fue el único que observo como el cuerpo de ese hombre se levantó unos centímetros del suelo.

Con el campeón victorioso la gente aumento aún más sus gritos, era una euforia colectiva que embargaba todo el lugar, algo le parecía demasiado extraño a Derek, al observar a Esmeralda está no reflejaba felicidad en su rostro., seguía tan quieta y con la mirada fija en él, sin ninguna emoción visible en sus ojos.

– ¡Tu padre gano Esmeralda! –menciono la joven junto a Esmeralda, la cual parecía su amiga y quien estaba demasiado emocionada.

– ¿Que ha ganado Anais? –los ojos de Esmeralda no reflejaban emoción alguna.

– El torneo de los titanes, conservara su título de campeón.

– Siempre ha sido el campeón desde que tengo recuerdos, ya no es como antes, ahora todo es monótono y repetitivo, lamento que no llegue un rival digno de él –Esmeralda dejo su lugar y se dispuso a marcharse.

Para ese momento el pequeño Derek jamás había visto un ser como ella, pensó que debía ser un año mayor que él, su pelo dorado, su nariz respingada, labios carnudos, jamás había adorado a un dios, jamás había creído en un ser superior, pero este día al verla no entendió si la considero un ser superior o tal vez fue el quien se consideró inferior.

Para cuando estuvo a tan solo unos pasos del joven inquieto por su belleza, Esmeralda lo observo, sus ropas viejas, feas y rotas debieron hacer que ella no pudiera sentir nada más que desagrado, en cambio el sentimiento del pequeño no fue otro que pena, bajo su mirada al suelo y ella siguió caminando, camino tan rápido para salir que en segundos ya no se le podía observar.

Como ya no tenía a aquella mujer para observar, lo más interesante en ese lugar para el pequeño ahora era el campeón, pero para su desgracia las personas lo rodeaban por la gran victoria y no pudo observarlo más.

Derek decidió salir de aquel lugar junto con su versión menor, la sensación de tener hambre había desaparecido, por alguna razón sus emociones se conectaban a las de su versión menor, claro que un sentimiento si lo embargaba, sentía ganas de volver a ver a Esmeralda, creyó que la necesitaba sin saber el porqué, simplemente en su corazón, en su esencia misma ella había quedado incrustada, reacciono luego de unos segundo contemplando la imagen mental de aquella diosa, no quiso perder más tiempo así que siguió al pequeño quien se dirigía a su casa.

Derek se contemplaba así mismo, no podía creer lo dura que fue su vida, no pudo creer lo humillante que fue cada día para él, pero no sabía nada de lo que pasaba, todo era nuevo, cada paso que daba el pequeño le empezaba a incrustar recuerdos en su mente, de repente el hambre y el frio volvieron a apoderarse de él, así su versión menor ya había comenzado a sentirlo, "la vida no tuvo clemencia conmigo", eso pensó Derek, solo quedaba ser como el campeón y levantarse, no hay más opción que continuar, si ahora se encontraba en esa situación unos años mayor, es porque su versión menor logro sobrellevar todos los obstáculos de la vida.

Desilusionado pero a la vez maravillado, el pequeño caminaba a casa sin una moneda para alimentar a su familia, eso torturaba su mente, cuando estuvo a medio camino observo a la bella Esmeralda y quedo anonadado nuevamente, se sintió demasiado afortunado, claro que segundos después la perdió cuando esta se adentró en los callejones, de inmediato sintió que su fortuna había desaparecido.

La vida era muy cruel, su alegría no duraba mucho, era como si una ilusión maravillosa se hubiera evaporado para devolverlo a la realidad, el pequeño y Derek observaron a dos hombres que seguían los pasos de Esmeralda, fue raro para ellos que también aquellos hombres se adentraran en los callejones, decidió seguirlos y entonces confirmo que los hombres iban por ella, la noche lo cubría todo, el pequeño sentía en su interior que algo le pasaría, algo andaba mal y debía ayudarla.

Sus instintos no lo engañaron, los dos hombres tomaron a Esmeralda, la sujetaron y obligaron a adentrarse más entre los callejones, el pequeño camino y se ocultó tan cerca cómo pudo, claro está sin que pudiera ser visto, no entendía que sucedía al igual que Derek, los hombres misteriosos comenzaron a hablar.

– Tu padre no entendió que debía perder –menciono el hombre más alto, debía medir un metro ochenta, su amigo era tan solo unos centímetros más bajo.

– El que no entendió fue tu jefe, cuando mi padre le dijo que jamás perdería –contesto desafiante Esmeralda.

– Le dimos opción de elegir, debía hacer lo que se le pidió, ahora tú pagaras las consecuencias de sus actos.

– No tengo tiempo para Tus sandeces –Esmeralda les dio la espalda a los dos hombres y siguió caminando.

– ¿Crees que es un juego? –el hombre de menor estatura hablo y tomo el hombro de Esmeralda con fuerza.

Esmeralda con los reflejos de un gato tomo la mano del hombre y la torció, luego su otra mano la coloco en el costado izquierdo de su rival, al parecer tenía un tipo de artefacto que suministro una descarga eléctrica demasiado fuerte sobre aquel hombre, el cual quedó inconsciente de inmediato en el suelo.

– En su vida se les ocurra volver a tocarme, no seré piadosa a la próxima –grito la hermosa mujer.

– Sabes que te amo como a una hija, pero también debes saber que debo darle una lesión a tu padre –menciono el hombre que aún quedaba en pie.

– Sabes que te quiero como a un padre, pero eso no me impedirá golpearte, así que deja de fastidiarme ahora mismo –replico sínicamente Esmeralda.

El hombre en pie se quitó su saco, posteriormente su camisa, dejando ver un cuerpo musculoso y bien marcado, era increíble como esa mujer no mostraba emoción alguna, cualquier persona hubiera salido corriendo ante aquella amenaza, ella en cambio se dispuso a confrontar a aquel hombre, tomo una manilla de su muñeca, con esta recogió y ato su cabello dorado.

Esmeralda esquivaba los ataques de su agresor, mientras intentaba buscar la brecha para poder darle un golpe con su artefacto eléctrico, pero aquel hombre a diferencia del anterior no daba la menor oportunidad, un golpe brutal en el vientre de Esmeralda la dejo arrodillada en el suelo, en ese momento Derek pensó que sus ojos azules mostraría dolor o al menos temor, pero nada, una mirada tan fría como siempre se mantenía, ¿Que era aquella mujer? ¿Acaso es posible que una mujer tan hermosa no sienta nada?


ESENCIA DE VAMPIROWhere stories live. Discover now