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¿Una bomba? —preguntó Dylan—. ¿Y dónde detonarla?

James estaba en su habitación, sin nadie a su alrededor. Todos seguían en el cuarto convertido en una sala de urgencias improvisada. Les había pedido amigablemente que lo dejaran solo durante unos minutos para poner en orden sus pensamientos, y así trazar un buen plan. Algo que pudiera funcionar al momento de la verdad. Algo a lo que pudieran aferrarse.

—Detonarla en la Pirámide Invertida —dijo James—. Haremos que vuele desde su interior. Al detonarla, supongo que la oscuridad desaparecerá. Detendremos esto de una vez y para siempre.

¿Qué te hace pensar que eso la volará en mil...?

—Sólo lo sé —terció James—. Esa cosa no es del Triángulo. Esa cosa puede destruirse... o al menos una parte. Tenemos que volarla.

Bien, bien...

Se hizo el silencio. Sabía que si Dylan aceptaba, entonces llevarían a cabo el plan. Podrían ir directamente a la Isla, desmantelar los motores del submarino, y armar un plan más para hacer llegar la bomba a la Pirámide Invertida antes de que ésta tocara punta a punta con su contraparte. Con su reflejo puro.

¿Ya tienes todo?

Aquella pregunta era suficiente.

—Haré un cambio en la formación —dijo James—. Llevaré a Max, a Han y a Allori conmigo. Luna sigue herida, deberá quedarse en reposo, aquí en España.

¿Herida?

Rápidamente, James le explicó a Dylan lo que había ocurrido el día anterior.

Es mejor dejar fuera a todos los que estén involucrados —dijo Dylan—. Si vamos a derrotar a Ben, tendremos una gran batalla por delante. ¿En qué lugar te encuentras? Aurora irá por ustedes. Los veremos en la misma playa donde está el submarino, ¿de acuerdo?

—Suena muy bien —dijo James—. Chase tiene una lista de todos los materiales que debe traer. Construiremos la bomba y veremos el modo de transportarla a la Pirámide Invertida. Una vez ahí, la detonaremos.

Excelente plan. ¿Dónde está Owen?

Se fue hace un par de horas, a China. Conseguirá el avión que nos trajo a esta dimensión, nuestro Atlantic 316.

¿Para volver a casa?

Esas palabras volvieron a pegarle a James. En realidad no tenía idea de qué iba a suceder al final de toda aquella aventura. Era totalmente incierto el futuro. Si lograban vencer a Ben, entonces la existencia estaría a salvo, y las Tinieblas desaparecerían, restaurando así cada dimensión. Aquello no era el problema, sino lo sucedería después de eso. ¿Qué pasaría en casa, cuando descubrieran que James había muerto y poco después había sido creado por el Triángulo? ¿Cómo explicaría el hecho de que Luna iba con él? Porque eso era algo seguro. Luna regresaría con él.

Y aparte de eso, ¿qué sucedería con... los lugares de Scott y de Miranda? Habían muerto en aquella travesía. No podían regresar a sus vidas cotidianas sabiendo que ambos Pasajeros habían dejado de existir. ¿Cómo vivir con todo eso en su cabeza? ¿Cómo aceptar la realidad después de la victoria? ¿Cómo vivir tranquilamente, como si nada hubiese ocurrido, sabiendo que en alguna parte del tiempo y de las dimensiones se encontraba una Isla perfecta y única?

Eso espero —dijo James, ignorando sus pensamientos—. Envía a Aurora en cuanto puedas.

Estuvo a punto de bajar la antena del walkie talkie, pero Dylan lo detuvo al instante.

Paralelo [Pasajeros #4]Where stories live. Discover now