Segundo día, segunda parte.

97.5K 6.6K 495
                                    

De fondo pude ver la catedral de Milán según entrábamos en la autopista.

-       ¿Dónde vamos? – pregunté algo desconcertada al ver que nos alejábamos mucho de la universidad. – Tengo clase por la tarde y quiero volver pronto. – no era una petición, sino más bien una orden.

-       Es una sorpresa. – dijo mientras encendía la radio. – así que no te lo puedo decir.

-       No me gustan las sorpresas.

-       Tranquila, ya contaba con ello. Nunca te gusta nada que venga de mí ¿me equivoco?

Puse los ojos en blanco con expresión de fastidio y volví a mirar por la ventanilla, aún se veía en el horizonte la torre de la catedral. Comenzó a sonar la canción de Tinie Tempah “Written in the stars”. Guardé silencio, la letra de esta canción me recuerda mucho a mi padre, que por cierto, parece haberse olvidado de que tiene una hija desde que llegué a Milán. Cuando no aguanté más, cambié la emisora.

-       ¡Pero qué haces! Es de las mejores canciones que tiene, ¿por qué tienes que quitarla? – Matteo optó por resignarse, ya bastante había conseguido con convencer a Inés para que fuese con él.

Le miré con cara de tristeza.

-       A mí me dice muchas cosas que no quiero escuchar. – en contra de mis pronósticos, Venanzi pareció entender lo que quería decirle.

-       Está bien, no te preocupes.

Matteo salió por la salida 26 de la autopista en dirección al centro de la ciudad. Yo todavía no había visitado Milán, porque antes de llegar a la universidad había vivido en Suiza con mi padre. Mi madre era francesa y mi padre es italiano, entonces cuando se casaron decidieron mudarse a un lugar intermedio entre Italia y Francia, por eso eligieron Suiza. Desgraciadamente su relación hizo aguas, mi madre pilló a mi padre con mi niñera y entonces se divorciaron. Yo estuve viviendo con mi madre hasta que falleció y no me quedó más remedio que volver a Suiza.

Estudié en inglés pero también hablo francés e italiano por mis padres. La primera vez que viajé a Italia tenía 10 años y quedé completamente fascinada: la gente, las catedrales, Venecia… Fue entonces cuando decidí que quería irme allí a estudiar y a trabajar.

Al terminar el instituto me leí todos los planes de estudios de las distintas universidades hasta que me decidí por esta universidad de Milán ya que era la que tenía más recursos para hacer las prácticas.

Entramos en el Parking subterráneo de un gran edificio acristalado de oficinas. Matteo aparcó en cuanto pudo. Nos bajamos y fuimos directos al ascensor.

-       No tenía que haberte hecho caso. – comencé a mostrar mis primeros signos de arrepentimiento. No sabía dónde estaba, ni qué íbamos a hacer allí y me estaba poniendo nerviosa.

-       ¿No confías en mí? – me guiñó un ojo. – nunca defraudo a mis fans.

Una mirada bastó para borrarle esa sonrisa estúpida de la cara.

-       Entonces, en lo único en lo que puedo confiar es en que vas a intentar meter un gol en cualquier portería que se te ponga delante.

Matteo tragó saliva. Fazzari puede llegar a ser muy ácida en sus comentarios.

El ascensor indicó que ya habíamos llegado al sexto piso. Caminé detrás de Venanzi que se dirigía muy decidido hacia un despacho. Entró sin llamar, yo por si acaso esperé fuera, siempre he sido un poco tímida.

Fuera de juego © Cristina González 2012//También disponible en Amazon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora