CAPITULO 8 TRONCO MOVIL

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No hace un poco de frío para irte de vacaciones- dijo Lex mientras buscaba sus cuchillos en el cajón.

-Que no me entiendes, que me voy a trabajar a París!

-Pero que estas diciendo?- Lex se llevo las manos a la cabeza

-No te lo vas a creer- empezó a explicar eufórica- Carla está dirigiendo el restaurante de la Torre Eiffiel y me ha llamado hace unas horas, quiere que me vaya a trabajar allí con ella!

Luna saltaba alegre mientras hablaba, parecía una niña pequeña con un regalo en las manos.

-Vaya, enhorabuena- David se acercó para felicitarla mientras Lex la miraba atónita, estaba resultando una semana demasiado estresante.

-No me vas a decir nada?- preguntó La jefa de cocina viendo a Lex abstraída.

-Que quieres que te diga.... no quiero que te vayas- su voz sonaba triste recordando fugazmente los últimos tres años.

-Oh mi petardilla, no te pongas triste, en menos de tres semanas es la fiesta de fin de año de la empresa y no me la pienso perder! Y luego están las jornadas de convivencia!

-Nos prohibieron volver a las jornadas de convivencia, no te acuerdas?

-Vagh! Lo que pasa es que no soportaron que les ganáramos en todo!

-El Chef ejecutivo dijo que no descansaría hasta descubrir nuestras trampas....

-Pero si no hicimos trampas!

-Ya pero nos tiramos un mes y medio sin hacer un sólo día de fiesta, gracias, pero no gracias.

-Bueno ya discutiremos eso en otro momento, ahora hay algo más importante, este restaurante no se puede quedar sin chef- Lex entornó los ojos mientras la escuchaba, que ella no tenia la suficiente experiencia lo tenía claro, pero, quien vendría a gobernar esta cocina?- tengo buscar a un sustituto....

Los jóvenes miraban a Luna con sentimientos dispares, David, excitado deseaba escuchar su nombre en los labios de Luna y poder demostrar a Lex cuan buen cocinero era y su compañera sólo esperaba que acabara con la espera para seguir trabajando.

-David- dijo al fin- estarías dispuesto a encargarte de este infierno en mi ausencia?

-Será un placer- afirmó mientras le tendía la mano.

-Eso lo dices ahora.

El teléfono empezó a sonar, Lex se dispuso a atender la llamada mientras se limpiaba las manos con velocidad en el grifo, mientras se secaba leyó la procedencia de la llamada.

-Mierda...- dijo en voz baja descolgando el teléfono- cocina?

-Lex, haz el favor de dejar de comportarte como una criá.....

-Si, ahora te la paso!- dijo acercándose a Luna haciendo oídos sordos a las suplicas de Lucas- es el director- le susurró mientras se libraba de la llamada.

-Hola Martín, que tal estás?

Lex observaba a su jefa conversar animadamente con Lucas mientras jugueteaba con un mechón de pelo que se había escapado de su gorro, ese comportamiento le molestaba- ni siquiera se llama Martín...- pensaba sin poder apartar la vista de Luna.

-Lex, tenemos picadoras eléctricas....- David la sorprendió, estaba triturando las verduras a cuchillo

-Oh! Bueno, es que estaba pensando....

-Nunca te cortas?

-Continuamente- confesó mientras tiraba las verduras masacradas antes de que Luna la sermoneasen por su despiste.

David la miraba preocupado, se sentía culpable del ausentismo mental de la joven.

-Estás así por mi culpa? Si quieres le puedo decir a Luna que te dé a ti el puesto de chef....

-Nooo!- le interrumpió sorprendida- no quiero ser la encargada de esta cocina ni loca- sonrió tranquila.

-Es por el director?

Lex sintió que se le helaba la sangre, se preguntaba cuanto tiempo llevaría David observándoles, nadie en la empresa conocía su pasado, ni siquiera Luna, se había sentido tentada de decírselo en varias ocasiones pero siempre le faltaba valor, saber que la persona con la que trabajas es en realidad la heredera de la empresa a nivel mundial no sería plato de buen gusto para su jefa.

-Por que me preguntas por él?

-No sé, me ha parecido que te molestaba- David apretaba los dientes mientras intentaba no pensar en Lucas- os conocíais?

-No..., es sólo que no me gusta que me toquen...- Lex vió como le cambiaba el semblante al joven quien aprovechaba cualquier oportunidad para rozar su fina piel, al darse cuenta de la enorme tontería que acababa de decir se retractó- lo que quiero decir... es que, bueno, no me cae muy bien y por eso el contacto físico como que no me gusta

-Ya veo... Lex, te puedo preguntar algo? yo... yo te caigo bien?

Lex sonrió ante la pregunta, sentía un hormigueo en la boca del estómago que la reconfortaba y asustaba a la vez.

-Me caes muy bien- susurró con una media sonrisa.

Luna se acercó a ellos dando pequeños saltitos, esa imagen le parecía Lex de lo más encantadora quien no podía evitar el sonreir al ver a su compañera tan feliz.

-Acabamos esto y nos vamos!- tarareó como si recitara el estribillo de una vieja canción.

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Al despedirse hasta el día siguiente, Lex se acercó al coche rezando porque arrancase a la primera.

-Maldita chatarra!!! arranca de una vez!!!- gritó mientras aporreaba el volante

Tras varios intentos fallidos Lex salió del coche furiosa, mientras descalabraba la carrocería del coche una motocicleta de gran cilindrada se paró a su lado.

Lex se giró sorprendida mientras se peinaba con la mano, el joven del casco negro la miraba divertido.

-Quien ha ganado?- le preguntó David levantándose la visera

-Oh...- dijo avergonzada- bueno, ha ganado él.

-Te llevo?- dijo tendiéndole un casco

Las posibilidades de Lex eran escasas, el taxi le saldría por un ojo de la cara y casi no le quedaba dinero para llegar a final de mes, agradecida, cogió el casco.

-Lex, es la primera vez que vas en moto?

-Como lo sabes?- dijo con los ojos cerrados

-Casi no puedo respirar!- Lex se había abrazado con tanta fuerza al joven que apenas llegaba a los mandos de la moto.

Muerta de vergüenza se soltó sin saber muy bien que hacer

-Puedes abrazarme, pero con más cariñó- David cogió sus manos y las situó en su cintura mientras las acariciaba lentamente- mejor así, no crees.

Lex se limitó a asentir nerviosa, mientras cruzaban la ciudad los nervios fueron convirtiéndose en una sensación de libertad bastante confortable, sentir el viento rodeando su cuerpo la llenaba de tranquilidad.

Veinte minutos más tarde ya estaba en el portal de su casa.

-Te... te diría que subieras- por una extraña razón un hormigueo en su estómago le impedía hablar con claridad- pero no creo que sea buena idea.

-Lo dices por Noah?-esa pregunta pillo por sorpresa a la joven- te escuché un día hablando de él, no te preocupes- dijo acariciándole la mejilla- otro día.

Siempre te protegeréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora