➸ SI TE QUEDAS ► NEWT [PRUEBA DE FUEGO ▬ THE SCORCH TRIALS] √

02 | El Problema Es Amigo Mío, parte II.

  desconocer:  1. tr. no conocer una cosa o a una persona.

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 ╚CAPÍTULO DOS╝

"El Problema Es Amigo Mío, parte II"

                 — ¡¿CÓMO SABES MI NOMBRE?! —ÉL PREGUNTA. Su voz no tembló de alguna manera milagrosa, el hecho de lo que sea que esté del otro lado de la puerta supiera su nombre, le daba una gran incertidumbre.

—Abre la puerta, así podemos hablar. No voy a hacerte nada, tienes que confiar en mí —la voz le contesta. Y Thomas ante esa respuesta, sintió una repentina seguridad. Había algo en la voz del extraño, algo que le parecía familiar. Quizás no esa familiaridad que había sentido cuando había escuchado a Teresa hablarle por primera vez... pero estaba muy cerca de eso.

—Dime que no estás pensando en abrirle la puerta —le susurró Newt, su expresión tan seria lo tomó de sorpresa.

     Minho se aleja de la puerta y camina hacia Thomas con las manos en la cintura. —Nosotros somos más, si intenta algo, podremos derribarlo.

— ¿Cómo estamos seguros de que es él solo y no tiene una manada de Cranks detrás listo para acabarnos? —farfulla Newt con el ceño fruncido.

—Bueno, ambos tienen razón —dice Thomas—. Pero, si lo que dice es cierto y me conoce... es mejor tenerlo de nuestro lado, sea quien sea. Además, quizás sabe dónde han puesto a Teresa, ella puede estar en esa habitación.

— ¿Y si trabaja con CRUEL? —la voz de Blake se hizo escuchar como un murmullo—. ¿Qué hacemos?

—Lo que Minho dijo —finaliza y le asiente a su amigo. Se acerca a la puerta de metal y le contesta al extraño—. ¡De acuerdo! ¡Voy a abrir la puerta!

     Los Habitantes se alejaron de la puerta como si fuera una plaga, y el único en aproximarse fue Thomas. Sus manos trémulas le quitaron el seguro a la puerta, y dobló la perilla. Lo próximo que Thomas vio una flecha apuntándole directamente a la cara, los presentes ahogaron un grito pero nadie pareció moverse. Thomas se vio obligado a dar tres pasos hacia atrás, cauteloso y algo asustado de ser apuntado por otra arma de nuevo.

— ¿Eres real? —el chico preguntó. Thomas estaba más concentrado en mirar la flecha apuntándole que mirar al muchacho a la cara.

—Estoy respirando, ¿o no? —bromeó. Era una manera de ocultar su miedo.

     El muchacho pareció bajar el arma de a poco y fue ahí cuando Thomas lo pudo observar bien. Era igual de alto que Minho, pero más fornido. Sus ojos avellana parecían destacarse en el ambiente sobrio de la la habitación, su cabello azabache estaba ligeramente desordenado y vestía de negro. Parecía tener la misma edad que Thomas, pero de algún modo se veía mucho más maduro. La expresión impasible del muchacho comenzó a cambiar cuando dejó de apuntar a Thomas, su mirada se suavizó.

—Realmente... eres tú —dice el chico, como si no pudiera creer que Thomas estuviera ahí parado.

— ¿Quién eres? —la voz de Thomas había sonado inesperadamente amenazante.

     El extraño frunció el ceño, extrañado. — ¿No te parezco conocido?

— ¡Oye, shank! —exclamó Minho acercándose—. ¡Deja las adivinanzas y dinos quién diablos eres!