Instinto de Supervivencia

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Narra Clarise:

Fuimos a clase con eso dos idiotas que no paraban de molestarme a cada segundo que podían. Lo que me faltaba...dos listillos más en clase, aunque seguía pensando en lo que me había dicho el perro antes. No lo podía matar... Fui a mi sitio y ellos se sentaron en los suyos. Aunque ellos parecían que estaban hablando por la bajo.

-Muy bien, todos sentados. Como ya sabréis el baile de primavera será dentro de muy poco, y eso significa que tenéis menos tiempo para buscar a vuestras parejas para el baile.

-¿Baile?

-Aquí cada año hacen un baile por la entrada de la primavera y eso.

-¿Y Clarise...?

-Ella dice que no va a ir, e intentando cualquier cosa para convencerla, pero como siempre no escucha. Aunque tú parece que ya tienes muchas admiradores. -Se giró hacia atrás y muchas chicas le estaban mirando.

-Haré que Clarise vaya conmigo.

-Suerte con eso, pero no vas a conseguir nada. Tus encantos no siempre funcionan, y menos para humanas como ella.

-Eso ya lo veremos.

-Recordad que todos aquellos que ayuden a la preparación, serán recompensados subiendo un punto en la asignatura que escojan.

-¿Es la primera vez que has estado en una clase?

-No, en la primera guerra mundial, los soldados alemanes ocuparon mi bosque. Eran demasiados y no podía dejar que me descubriesen, por lo que tuve que vivir en la calles de Berlín.

-Yo he estado por allí, y nunca he notado la presencia de un perro.

-Lobo...-Dijo gruñendo. -Allí encontré a Elisabeth.

-¿Y te hiciste su perro guardián? Los "lobos" siempre habéis servido a los vampiros, no me extraña que tú sigas el mismo camino que tus antepasados.

-No me necesitará después de que tú estés con ella.

-¿Y qué vas a hacer?

-Volveré a Alemania, probablemente. No me interesa saber como voy a morir, pero sé que seguramente será dentro de un par de milenios.

-Algunos tienen suerte, yo no tengo fecha de caducidad.

Se rieron y la clase comenzó. Mientras el profesor estaba explicando, yo estaba garabateando en mi cuaderno, cualquier cosa que se me pasara por la cabeza. Recordando a mis padres y a mi hermana, a los profesores y a mis compañeros. Recuerdo que me fugué de aquel psiquiátrico infantil con ayuda de Demian, y recuerdo cuando me mudé a esta ciudad para llevar una vida tranquila, a pesar de que sabía que no me quedaba mucho tiempo. Solo quería estar tranquila, paz y soledad, pero hay momentos en los que esa tranquilidad se rompen tan fácil...

Me lanzaron una bola de papel a mi mesa, y cuando la abrí para saber que diablos era, leí "La chica repelente se quedará un año más sola llorando en su casita. Muérete perdedora monstruita." Miré hacia atrás y vi a ese grupo de chicas riéndose mientras me miraban, agarré las tijeras de mi bolsillo e iba a levantarme, cuando de repente los ojos de Demian se clavaron sobre los míos y me quedé quieta. Quiero irme a casa, miré a Charlotte y después le miré a él, sus ojos se volvieron rojos y de repente algo empezó a petar en la ventana. Me giré cuando me sorprendí al ver cientos de pájaros en la ventana, intentando entrar. El cristal se rompió y entraron. Todos empezaron a gritar y corrieron hacia la puerta, pero estaba cerrada con llave. Me levanté tranquilamente y él también, junto con Sam. Me agarró de la cintura y saltamos por la ventana sin que nadie nos viera, era un tercer piso, pero cayó de pie sin problema y él perro también.

Lazos de SangreWhere stories live. Discover now