Confía en mí (Actualizada)

Capitulo 13 parte 2 y final

Cuando abrí mis ojos en la mañana me di cuenta de que tenia mi cabeza encima del pecho de Javier, mi brazo descansaba sobre su cintura y una de mis piernas estaba envuelta con las suyas.

Intenté moverme un poco, pero el brazo de Javier estaba alrededor de mi espalda y sus labios estaban presionando mi frente. Sonreí como una tonta. De todas, esta era la mejor manera de despertar. Con él demostrándome hasta dormido lo que sentía por mi. Y cuando recordé la noche anterior surgieron mariposas en mi estomago que no pude controlar.

No quería moverme por miedo a despertarlo. Tenia la sensación de que no había dormido bien desde hace un tiempo. Así que me acomodé en sus brazos y suspiré.

Al poco tiempo y a pesar de que no había hecho ningún sonido y no me moví, él se despertó, besó mi cabeza unos segundos y se desenredó de mi. Lo vi buscar su ropa para empezar a ponérsela y me senté, confundida. Y con el corazón agitado.

— ¿Qué estás haciendo? — Le pregunté.

— Es mejor que me vaya. Son casi las 9, las chicas pueden llegar en cualquier momento.

Mi presión arterial subió hasta las nubes ¿Esto era todo lo que él quería? No, cálmate. Eso no podía ser. No con la forma en la que me había mirado anoche. ¿Verdad?

Mi silencio debió alertarlo de que algo no iba bien. Se giró y me miró. No sé lo que vió, pero fue suficiente para que su rostro se ensombreciera — ¿Diana? ¿Qué pasa?

Agarré un lado de la colcha y jugueteé con ella en mis manos sin apartar la mirada — Pensé...

Cerré mis ojos. Pensé que todo estaba bien, pero ahora él estaba yéndose sin siquiera un segundo pensamiento.

Suspiró profundamente, se sentó y palmeó la cama a su lado — Ven aquí.

Me senté, pero un poco mas lejos de lo que él quería. Alcanzó mi mano y dejé que la sostuviera — ¿Qué fue lo que pensaste?

— Que tal vez podrías quedarte a desayunar con las niñas — Murmuré, sintiéndome tímida de repente — Y después podríamos cocinar juntos como antes, y luego ver una película...

Me miró y me di cuenta de que no quería parecer esperanzado, aunque lo estaba — ¿Qué estás intentando decir?

Me armé de valor al ver su expresión y me senté en mis rodillas — Estoy diciendo... — Pasé un dedo suavemente por sus labios y luego lo besé — ... que tal vez deberías ir a buscar tus cosas y traerlas a casa.

— ¿A casa?

Asentí, sonriendo tímidamente. Mi decisión había sido tomada incluso antes de que me diera cuenta y no quería darle mas vueltas al asunto.

— Tal vez debamos esperar un tiempo, al menos el suficiente para que pueda entrenar bien a Spencer — Dijo cada palabra sin quitar sus ojos de los míos ni un solo segundo, como si yo fuera a desaparecer de un minuto al otro. O como si fuera a cambiar de opinión

— Mmm, si, tal vez sea lo mejor. Además así podemos decírselo a las chicas con tiempo.

Se acercó aun mas a mi y puso su frente sobre la mía — ¿Estás segura? — Susurró.

— Estoy segura — Le sonreí.

Una enorme sonrisa cruzó su rostro y luego me tomó en sus brazos, haciéndome girar con él. En el momento que me puso en el suelo, sus labios ya estaban en los míos — Dios, te amo tanto.

— Yo también.

— ¿Lo haces? ¿De verdad? ¿Aun después de...

Puse un dedo en sus labios — Eso está en el pasado— Susurré.

Pasó un dedo sobre mi rostro, acariciándome — Aprendí de mi errores — Susurró mirando mi rostro— Pero, ¿Cómo puedes estar segura de que mis cambios serán permanentes?

— Creo que solo el tiempo lo dirá — Pensé en voz alta — Pero me arriesgaré.

Él me miró con la ternura mas absoluta en sus ojos — Gracias.

— ¿Por qué?

— Por confiar en mi y por darme una segunda oportunidad. No te vas a arrepentir, te lo prometo. Lo único que quiero es estar contigo y las niñas, enmendar todas las cosas que hice mal. Y amarte por el resto de nuestra vida.

Sonreí — ¿Es una advertencia?

— ¿Confías en mi?

Respiré profundamente y miré sus hermosos ojos — Confío en ti.

Besó mis labios una ultima vez antes de envolver mi cuerpo con sus brazos y susurrar en mi oído— Entonces no es una advertencia, es una promesa.

FIN