Capítulo 18: "Una cruda verdad"

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— ¿Cómo que ellos tienen la carta? —preguntó Ethan. Hanny se levantó sin saber qué hacer. ¿Se había revelado todo? ¿Tendría que decir la verdad? Esto no era como llegar y contarla como lo hizo con su hermano o Sheena. Black Mist estaba directamente relacionado con todo. Comenzó a pensar mientras Ethan seguía preguntando por el otro lado de la línea. ¿Qué contenía la carta? Bueno... TODO. Salía la verdad, salían ellos, más bien esa carta rebelaba más de lo que debía, y ahora Hanny se sentía agradecida que en ella no hubieran más pistas de las necesarias. ¿Por qué le sucedían esas cosas? No lo entendía, se pasó de confiada o tal vez debió guardar mejor la carta. Secó sus lágrimas— ¡Hanny! —gritó Ethan sacándola de sus pensamientos.

—Lo siento Ethan... es que...

—Es que, qué, ¿cómo es que ellos tienen la carta? Dilo—le ordenó.

—Hoy vinieron a casa y para que mi hermano no los matara los metí a mi habitación, ahí debieron tomarla... ¿Qué haré ahora? No tengo cara para mirarlos de nuevo, y no puedo decirles la verdad, no ahora, menos si aún no averiguo nada. Se supone que ya no iba a seguir, iba a volver a Florida y todo se iba a olvidar—se sentó en su cama afligida, de nuevo llorando. Ethan se quedó un momento en silencio.

—Mierda, sí que es un problema pero ruega que solo haya sido uno y no el grupo completo. Qué bueno que estés castigada, así podrás meditar las cosas— trató de consolarla. Hanny suspiró.

—Le fallé a Renee, este fue el mejor regalo de cumpleaños que le pude dar.

—Conociéndola debe estar burlándose de ti—Hanny esbozó una sonrisa limpiando su nariz.

Al recordar tantos momentos juntos se preguntaba por qué ella había hecho eso. Desde niñas se habían prometido no alejarse jamás, y cuando murió la mamá de Hanny ella fue un apoyo fundamental para seguir adelante. En la madre de Renee veía a la suya, siempre la trataron como si fuera parte de la familia, Renee era su hermana y Ethan su hermano, y aun así, de todo esos momentos tristes y alegres Renee decidió irse llevándose consigo un secreto que nadie sabía de qué proporciones era, pero Hanny estaba segura que era muy grande, porque nadie se quita la vida por nada.

—Tal vez esto es para mejor, que ellos se enteren y que esto se acabe, ¿no crees?—preguntó Hanny desanimada.

—¿Acabar? No, esto recién está comenzando, no permitiré que te rindas, si debo ir hasta allá, lo haré. Hanny has arriesgado mucho, no puedo creer que lo diga, pero nos falta tan poco para conseguir lo que estamos buscando, solo confía—hizo una pausa—. Hanny, de ahora en adelante no me ocultes nada, siempre la verdad por delante, me preocupas y a veces pienso que te hace mal guardar todo para ti misma, no quiero que te encierres como Renee, te quiero y no soportaría perderte—afirmó preocupado. Sus palabras eran sinceras y puras.

—Gracias Ethan... por apoyarme en esta locura. Y te prometo que te contaré todo pero ahora, necesito pensar—Ethan suspiró.

—Está bien, te dejo. Cualquier cosa que necesites decir me llamas.

—Bien, adiós—colgó y se recostó en su cama estirando los brazos resignada. Ahora lo único que quedaba era esperar.

***

La despertó el golpe de la puerta y Hanny se sentó en su cama asustada, no sabía por cuánto tiempo había dormido. Miró su reloj y vio que eran las dos de la madrugada. De seguro su hermano había llegado. Se puso de pie y caminó al living somnolienta.

—Nico, ¿eres tú? —preguntó al ver la espalda de su hermano. Él la miró preocupado. Hanny se acercó y se sorprendió en ver a una mujer con su rubio cabello revuelto y un vestido negro ajustado encima del sofá— ¿Sheena? —se acercó a ella para comprobar. Y realmente era Sheena— ¿Pero... cómo? —miró a su hermano. Él se encogió de hombros.

Los Secretos de ReneeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora