Capítulo 10 | Un nerd muy cliché

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11:47 p.m.

—Hola.

—Diana Sullivan.

—¿Evan?

—Lamento llamar tan tarde.

—¿Estás llorando capitán cliché?

—Sí...

—¿Puedo ayudarte en algo?

—No lo sé, sólo necesito que salgas ahora mismo, estoy justo afuera de tu casa.

—¿Qué haces tan tarde aquí?

—Necesitamos hablar.

—¿De qué?

Evan ha terminado la llamada sin darme una respuesta, siento un nudo en la garganta, algo anda mal.

—Señorita invisible ¿Estás ahí? —pregunta Dave desde el otro lado de la pared.

—Dave, ¿Qué haces despierto?

—Ya viste, tu otro novio te está esperando afuera.

—Sí, acaba de llamarme, algo malo le sucede, está llorando y quiere que salga.

—Deberías ir, se ve algo alterado.

—Tienes razón Dave ¿No te molesta si voy con Evan? Ahora soy tu novia.

—Confío en ti señorita invisible, además estamos a mano, yo tengo a la insoportable de Sharon como novia.

—Gracias por entender, iré a ver que necesita Evan.

—¡Espera!

—¿Qué pasa?

—Te amo Diana

—Y yo a ti Dave.

Tras suspirar por el te amo de Dave, salí sigilosamente de la casa, no quería despertar a mamá o me castigaría por salir tan tarde.

Caminé hacia la acera mientras el frío recorría mi cuerpo y la luz de luna parecía resaltar las lágrimas de Evan Holt.

—¿Qué sucede Evan?

—Aléjate de mí.

—¿Por qué me dices eso? No te hecho nada.

—Eres una mentirosa.

—Detente Evan, me duele que me llames así.

—Te duele que te llame así porque es la verdad.

—¿A qué te refieres?

—A esto…

Evan sacó el celular que guardaba en su chaqueta y me lo entregó.

—¿Por qué me das tu celular?

Él de inmediato quita el bloqueo y me muestra un video que al parecer alguien le envió.

El mundo se me viene encima, alguien nos grabó a Dave y a mí en nuestro lugar invisible, incluso se ve cuando Joey llega y se queda con nosotros.

No se escucha lo que decimos porque el video fue grabado desde lejos, pero los besos que nos dimos Dave y yo hace ya varias horas durante el atardecer lo dicen todo.

—¿Por qué me hiciste esto Diana? Apenas hoy iniciamos nuestra relación y ya me engañas.

—Evan, yo...

—¡Cállate! —grita y se desborda en llanto sobre el capó de su auto.

—Por favor cálmate, despertarás a los vecinos, o a mi madre.

La invisible del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora