🌼Capítulo 21🌼

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--¡¡AAAHHHH!! ¡¡ME LASTIMAS!! ¿¡ES QUE NO EXISTE ANESTESIA PARA ESTE TIPO DE COSAS!? ¡¡AAAHH NO ME TOQUES!! ¡¡¡DUELE MUCHO!!!

Por fin hoy era el día.

Oliver no pudo traerme hasta aquí porque su padre decidió ir a comprarle un auto nuevo y él tenía que ir a verlo. Keiel tuvo que ir llevar por primera vez a su cachorro al veterinario y no podía pedirle a Alex que me trajera, no quería pasar tiempo a solas con él.

Así que vine sola en autobús hasta el hospital para que me sacaran esta cosa blanca de la nariz.

Sé lo que están pensando...

¡¡Un mes con esa cosa en la cara!! ¡Qué vergüenza! Y sí, la tengo y es mucha.

-Señorita Berget, debe calmarse. Si está tensa va a ser peor.

Dicho eso, el enfermero, que si vamos a especificar estaba buenísimo, siguió con su trabajo.

Luego de sacarme una placa, me dijo que debía esperar por lo menos una hora para que sea revisada porque había mucha gente que estaba ocupando el tiempo del radiólogo. Así que me puse cómoda en la camilla. La misma camilla en dónde había pasado muchísimo tiempo con Nick.

No podía pensar en eso ahora. Pero debido a que tenía mucho tiempo...

Quería volver a pasar tiempo con Nick. Él me gusta desde el momento en que abrió la puerta de mi casa, y sé que eso debe ser muy exagerado, pero es como yo lo siento.

Tendría que haberle dicho estaba enamoradísima de él ese día en la casa del árbol, pero la cobardía me ganó.

¿Por qué el amor es tan difícil?

¿Y si el se alejaba de mí por incomodidad al saber que yo estaba enamoradísima de él? No perdía mucho tampoco, también se alejó porque le dije que no estaba enamorada de él. ¿¡Entonces qué rayos pasa con nosotros!? ¿Por qué nos ignoramos? ¿Y por qué tengo tanto orgullo para no ir a preguntarle si seguimos siendo amigos!?

Él...me importaba mucho.

María Dulce...o Karla, entró a la sala y me miró con compasión.

-Qué cara tienes...

-Una muy destruida- le confesé.

-¿Nick no pudo venir a acompañarte hoy?

-Ni hoy, ni ayer, ni hace dos semanas.

-¿Qué pasó entre ustedes?- preguntó sentándose junto a mí.

-Un beso, una interrupción, incomodidad. Le aseguré que no gustaba de él, me dijo exactamente lo mismo y no nos hablamos desde entonces. Sé que sabe que estoy completamente loca por él, y yo entiendo que tiene sus sentimientos por mí porque ha dicho y hecho cosas que lo demuestran, pero...no sé por qué no me habla más.

-Pensé que ya no eran unos simples niñatos- comentó- Deja el orgullo a un lado, ve y pídele explicaciones.

-Eso...¡Eso haré!- dije convencida.

Abracé a Karla. Me despedí de ella y salí por la puerta.

-¿Pero y tus recetas para la nariz? ¿Y tus...?

-¡Haré que mamá pase a buscar todo!- le grité.

Salí corriendo en dirección a la puerta, atropellé a un doctor que salió rápidamente de una sala y luego de pedirle disculpas, caminé rápidamente hasta la casa de Wintters.

No tenía sentido si esperaba a un micro, tardaría lo mismo que yo al caminar hasta allá.

Iba a paso rápido por la calle 54 A y 22, tuve que pasar por un callejón que brindaba una vista muy poco usual en la ciudad y que me ayudaba a ahorrarme unas calles hasta la casa de Wintters.

Durmiendo con el enemigo Where stories live. Discover now