🌼Capítulo 11🌼

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Después de que termináramos de merendar en la cafetería "El limón", Oliver me lleva al hospital para saludar a Keiel.

Y en vez de Keiel, la recepcionista me dijo que en la habitación 235 se hallaba un jovén llamado Andy Clarck. Y que a la  huésped Keiel Andrade le habían dado de alta hace unas cuantas horas.

-Disculpe...¿Qué?

-Lo que escuchó, señorita, la muchacha Andrade se ha ido hace unas horas.

-Bueno, muchas gracias igual.

¿En dónde estaba ella? ¿Por qué no me ha llamado?. Cada vez que yo lo intentaba me salía su contestador.

-¿Quieres ir a buscarla?- me preguntó Oli.

-Obvio que quiero ¿pero a dónde?

-Seguramente esté en su casa. Sus padres la habrán llevado allí.

El trayecto del viaje no fue para nada silencioso. Charlamos y escuchamos música. De lo contrario, me hubiese quedado dormida.

Su casa es la más grande de su cuadra. Magnífica, construída de una manera muy prolija y correcta. El hogar deseado.

Su madre nos dijo que vayamos a visitarla luego, porque justo en ese momento ella estaba durmiendo y tenía que hacer reposo.

Oli me llevó a casa y se quedó un rato conmigo. Mi familia, últimamente, se la pasa bastante cenando en la casa de la abuela y, en teoría yo rendría que estar allí, pero ahora mis ganas están en el nivel: 0.

Así que preferí pedir unas pizzas con mucho, mucho peperoni y queso para cenar acurrucados en el sofá y ver la serie que tanto nos gustaba. Hasta que él se fue y me dejó a solas con mi cerdito, que incába su nariz en la papilla que le había preparado.

Ahora en serio desearía poder escuchar el sonido de unas llaves corriendo por la cerradura de mi puerta y ver a un Nick Wintters entrando por ella, ocultándome de los asesinos y protegiéndome de ellos.

Lo quiero aquí, conmigo.

Pero, una hora más tarde, mis padres y Theo son los que aparecen.

-Hola cariño- me saluda mi madre.

Él simplemente me besa la frente y sube las escaleras en dirección a su dormitorio.

Debe estar muy cansado.

-¿Y Jamie?- pregunto.

-¿No está aquí?

-Pensé que estaba cenando en lo de la abuela.

-No hay que preocuparnos, seguramente se quedó en la casa de su novia y no nos ha avisado.

-¿Te contó lo de Astrid?- que raro de Jamie hablando de sus romances con mamá.

-No hace falta que lo haga, soy su madre, lo sé todo.

Niego con la cabeza.

-¿Qué tal tu día?- hace que su voz suene más interesada de lo normal.

-Igual que siempre.

Theo corre hacia mí y me abraza. Saco un cupcake que le había guardado de "El Limón" y se lo entrego. Aunque no sé qué hace despierto a esta hora, debe ser por el azúcar y no sé si es buena idea suministrarle más en su pequeño cuerpecito.

-Y cón eso te refieres a...

Mi madre se prepara un té verde y se sienta a charlar conmigo mientras intenta calmar a Theo que está sentado sobre su regazo.

Durmiendo con el enemigo Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt