3. El pastel de cumpleaños

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Ya les puse el epílogo de Después de clases, lo pueden leer.

El inesperado movimiento hizo que se desplomase hacia atrás y sintió caer sobre alguien

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El inesperado movimiento hizo que se desplomase hacia atrás y sintió caer sobre alguien. Su cuerpo rápidamente entró en estado de alerta y se paralizó al ver un auto corriendo a toda velocidad en frente de ella, casi rozándole las puntas de los pies.

- ¡Qué torpe eres! -le gritaron de atrás.

Recuperando la respiración después de haber visto su vida en un segundo, se dio cuenta que se encontraba en el piso, echada sobre Ian.

Él se levantó quitándosela de encima y luego alzó a la aún aturdida muchacha por cuello de su camisa.

- ¿En qué rayos pensabas? Si no sabes cruzar la calle no deberías andar sola. Si ese auto te atropellaba yo hubiera tenido que perder mi tiempo haciéndome cargo.

- ¡Pues nadie te lo pidió! -Reaccionó volviendo a la normalidad.

-Te salvé la vida, deberías agradecerme -habló despreocupadamente, volviendo a caminar.

Sophie caminó a su lado, con una actitud de reproche; su primer instinto hubiera sido el de agradecerle, pero su comentario le colmó el mal humor que ese mismo muchacho había ocasionado.

- ¡ ¿Ahora te preocupas?! ¡¿Cuando esta mañana pude caer y morir por tu culpa?! -gritó acusándolo.

-No ibas a morir. -Se detuvo y la miró desde arriba, con superioridad-. El contenedor estaba abierto, la basura habría amortiguado tu caída. -Levantó los hombros y caminó de nuevo.

- ¡Eres un estúpido! ¿Si te caigo tan mal por qué me sigues?

-No te sigo, vivo en esta dirección, ahí -dijo señalando una gran casa la cual aún parecía algo lejos.

- ¿En la casa Richmond? -preguntó incrédula, ralentizando la velocidad de sus pasos.

-Sí, ¿qué tiene?

-Nada, bueno, es que nadie ha vivido ahí en más de diez años -comentó preocupada, aquella casa siempre le había causado escalofríos, era raro que alguien viviese allí; aunque Ian ya parecía salido de una película de terror, la casa le iba bien.

Ian volcó los ojos y habló con sarcasmo.

-No me digas... un sujeto se suicidó ahí y su alma en pena ahuyenta a la gente; o un asesino en serie mató a una familia y sus almas buscan venganza... ¿Sabes lo trillado que es eso?

- Bueno, trillado o no, esa casa está maldita -reaccionó un tanto alterada-. Una secta satánica realizaba invocaciones en su sótano, sacrificaban niños. Recogieron varios cadáveres cuando atraparon a su líder, pero lo mantuvieron encubierto para no cundir el pánico -explicó la historia que rondaba desde hacía años, la versión más aceptada por los chicos del colegio y algunas vecinas chismosas.

Los sueños secretos de SophieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora