Capitulo 7

112 15 1
                                    

Íbamos en el autobús camino a cada, en verdad no quedaba lejos, pero tomábamos el colectivo porque es más fácil, no digan que somos flojos por favor. Bueno como sea, ya nos faltaba poco. E iba escuchando mi MP4 y movía mi cabeza al compas de la música, atrás y adelante. Y de pronto Aaju y Inutsiaa se comienzan a reír y cuchichear, ¿Qué mierda?

-         ¿Qué les pasa a ustedes dos?- Les digo, mientras me quito un auricular. Y lo único que hacen es reírse – Malditos, ¿De qué se ríen?

-         Pareces una paloma, moviendo la cabeza- dijo entre risas Aaju, yo solo fruncí el seño, y comenzaron a reírse más.

-         O mejor- dice Inu, pero no contiene la risa- Los muñequito de los autos que mueven la cabeza por su resorte- intercambian miradas, y luego explotan en risas.

Fruncí el ceño y los ignore, siempre tratan de molestare pero igual se como sobrellevar todo ese fastidio. Para mi es totalmente normal todo eso. Seguimos unas cuantas cuadras más hasta llegar a mi hogar, dulce hogar. Bajamos del mismo autobús, ya casi escapando de entre todas las personas que nos apretaban, que hace un momento observaban como si fueran unos desquiciados a mi hermano y amigo.

Yo me baje primero y luego mi hermano y por ultimo mi amigo, cerraron las puertas del autobús y luego continúo su camino dejando un poco de polvo en la acera luego de marcharse. Yo solo suspire y me encamine hacia la puerta de mi casa. Y los otros me siguieron.

-         ¿Qué crees que habrá hecho ma para la comida? – Dijo Aaju antes de abrir la puerta.

-         No lo sé, quizá canelones – digo sonriendo. A mi hermano ya casi se le caía la baba.

Entramos con la expectativa de que habría un delicioso olor recorriendo el lugar, pero... no había ni olor ni luz, estaban todas apagadas solo la luz de la cocina. Eso nos extraño demasiado, mucho. Yo solo me preguntaba dónde estaría mama, que cuando siempre llegamos suele estar aquí recibiéndonos con una de sus cálidas sonrisas y nosotros tratando de escapar de sus abrazos de oso. Pero ahora, no hay señales de vida dentro de la casa.

-         ¡¿Mama?! – Pregunto Aaju.

-         ¡MA! – Grite yo.

-         Oye, ¿Oye que pasa?- Dijo Inu, que se quedo hablando por teléfono a sus padres en el patio.

-         No, algo está mal. Pero entremos –

Cuando me dispuse a entrar, pero Aaju se interpuso en mi caminó sosteniéndome con su brazo izquierdo. Me hizo una seña que iría el primero. Yo asentí y me quede en la puerta, dejo su mochila a un lado y se encamino a la cocina, camino despacio, esto ya es mucho suspenso pensé. Hasta que entro, era derecho ya que paso primero la sala, luego un pequeño pasillo en donde están las escaleras hacia los cuartos, y luego la cocina. Llego y luego de un rato salió con una nota, una cara de despreocupación, y una sonrisa. Yo supiere, y entramos. Cerré la puerta a mis espaldas 


Yo... ¿Lobizón? ¡NO PUEDE SER!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora