Capitulo 4

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Creo que cuando me quede dormido, que mega enterrado en el sueño. Dormía plácidamente, tranquilo. ¡Gracias a Dios! Hasta ahora estaba bien. De pronto, como si estuviera viendo imágenes borrosas. No sé que es. Ciento de nuevo mis músculos contraídos ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué tengo de nuevo estas sensaciones? Esto no es algo normal, pero... solo necesito tranquilizarme. Ya sé que a Ayato le gusta bromear y asustarnos cada tanto, pero solo me dijo que era como una fiebre. Que pasaría, eso nomas debe ser, así que, ¡No a la preocupación! Pero igual, sigue siendo una sensación extraña.

Pero esas imágenes, ¿Qué son? Me remuevo un poco en la cama ¿Qué pueden ser? ¡No las entiendo! Si fuera un sueño, serian más claras, pero no. No, como si fueran fotografías con muy mala calidad, o grabaciones con mucha lluvia. ¡No comprendo!

De pronto siento algo pasado sobre mí, tardo en reaccionar. Luego de eso, un sonido que hace explotar mis tímpanos.

-         ¡Ah! – Grito al sentir aquel ruido infernal sobre mis oídos.

-         ¡HAY! – escucho otra voz a parte de la mía... hay no... creo saber quién es. Prefiero seguir durmiendo.

Me enderezo, luego lo miro molesto y tomo un extremo de la sabana. Que luego de pegar el salto se desparramó y cayó al piso. Y me envolví en la misma, acurrucándome a espaldas de ella. Solo escucho una carcajada luego de un rato. Y escucho cuando se para. No creas que me vas a levantar, ¡ah no!

-         ¡Caradura! ¡Levántate! – y volvió a colocar esa alarma infernal, una canción de un famoso que le gusta escuchar. Y de verdad... NO LO SOPORTO – Dale, dale, dale, dale, dal... - no la deje terminar.

Aparte la sabana bruscamente y la enfrenté.

-         ¡¡Podes apagar esa mierda!! ¡Necesito dormir! – Creo que a pesar de mis esfuerzos jamás la voy a someter, el día que pase eso. Creo que haría treinta vueltas carnero. Ella sostenía su mirada divertida y su sonrisa cómplice. Maldita. Vuelvo a acostarme entre las sabanas.

-         ¡¡Dale primito!! Levántate. Dale que es un nuevo día, dale, dale, dale – y al parecer se arrodilla en la cama – Dale, dale, dale – Tiene un año más que yo, y se comporta como una total pendeja.

-         ¡Mira! Si no me dejas de mover, te dejo sin celular – volví a mirarla - ¿Entendido? –

-         ¡Ah! Eres un malote. Pero bah, dale. Que en cerio. Me mandaron a que te despierte – me sonrió mostrando a evidencia la prolijidad de sus dientes.

-         Ah... - suspiro, la miro de nuevo, y sale de la cama. Al aparecer eran como las cinco de la tarde. Aun tenía el uniforme puesto, no me lo había quitado luego de volver de hospital. Y la verdad me tenia incomodo, pero creo que al llegar a casa no le di la menor importancia.

Observe a mi prima, que aun tenía la mirada puesta en mí. Luego se dirigió a la pared que estaba frente a mí. Al lado de la puerta está el interruptor del encendido/apagado de la luz de mi cuarto. Y lo predio. Yo me queje, y ella solo soltó una risita. Tenía el cabello suelto, con su tono marrón claro. Y sus orbes ámbar resplandecientes que siempre tienen un brillo amistoso. Ella se llama Nakatsii Imajuik, la verdad es una prima muy graciosa y le gusta joder bastante. Pero al menos no es una de esas chicas tontas ni interesadas, es... lo que es, normal.

-         Te recomiendo algo para despertarme – le digo pasando una mano por mi cabello negro aun sentado, pero en el borde de la cama.

-         Ehm... ¿Qué? – me pregunta curiosa.

-         ¡QUE NO TE TIRES ENCIMA MIO Y PONGAS ESA INFERNAL MÚSICA! –le grito con un tono irónico, y apunto su celular en compañía de la última frase.

Ella observa su celular que descansa en su mano, luego me mira a mí, que aun sigo apuntando a ese infernal aparato, y solo suelta una carcajada. ¿Qué? ¡¿A caso no entiende una amenaza?! Creo que va a ser una tarde larga. Además de eso, cuando la hecho de mi cuarto para cambiarme, antes de sacarla por la puerta, aparece mi hermano y comienza a burlarse de mi. Para completar el combo de los dos molestos de la casa, ahí está. Yo solo del enseñe mi preciado dedo mayor, y cerré la puerta.

Cuando estaba desvistiéndome, para darme una ducha. Note que mi torso estaba como mas formado, yo me sorprendí, ni siquiera hago el ejercicio suficiente para estar así. Este no soy yo, pero no solo eso, tenía todo el pecho rojo. Ayato... Así que... ¡SOLO UNA ALERGIA LEVE! ¡Ya no creeré tus palabras maldito! No de di importancia luego, y me asee.

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Bien, Hola a todos/as, este es un nuevo cap, espero que les guste. Ya en unos momentos traeré el que sigue. MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER LA HISTORIA * hace mortales por el vecindario * NO SABES LO FELIZ QUE ME PONGO! A ver si llegamos a los cien, y subiré un especial el fin de semana!


Yo... ¿Lobizón? ¡NO PUEDE SER!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora