30. Baile de graduación.

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Capítulo treinta: Baile de graduación.

Hoy me desperté a las nueve de la mañana con el estómago revuelto en un conjunto de emociones extrañas... Una especie de mezcla de ansiedad, nerviosismo, emoción y melancolía.

Hoy sería el último día en que todos mis amigos y yo estaríamos juntos en el instituto donde habíamos pasado la mayor parte de nuestras vidas. Calvin, Freddie y Alice se irían a la mejor universidad debido a sus altas notas para estudiar medicina, Nathalia se vendría conmigo a Londres, Theo se quedaría aquí estudiando en una universidad estatal, Robert aún no sabía exactamente a dónde iría y David se iría a Australia.

Sí, pensar en eso me daba ganas de llorar.

Tenía que pensar en otra cosa.

Vamos, cerebro, piensa en... Calvin y Alice peleando. Sí, eso siempre me levanta el estado de ánimo.

Ya no verás esas peleas tan seguido.

Maldición, esto no estaba funcionando.

A ver, a ver, a ver...

Mejor no pienso y me levanto a limpiar el cuarto.

Tenía que verle el lado positivo a la situación: podría conocer personas nuevas, estaría otra vez viviendo con mi hermano mayor y su no... esposa, estaría con Nathalia y podría cumplir mis sueños de estudios.

Además, tenía que estar feliz porque una no se gradúa todos los días y este día tenía que brillar.

A eso de las once de la mañana, con mi cuarto ya ordenado por completo, bajé a la cocina y encontré a mi mamá cocinando.

—¿Cómo te sientes hoy, Bella Durmiente? —Me preguntó, mientras me sentaba en un taburete que se encontraba de espaldas a ella.

Hice una mueca con los labios, aun sabiendo que ella no podía verme.

La sensación revoltosa en mi estómago no había desaparecido.

—Bueno... Siento que en mi estómago se está llevando a cabo un apocalipsis zombi —comencé a decir—. Y...

—Esos son los nervios —Me interrumpió cuando me disponía a continuar.

Rodé los ojos.

—Y también me siento un poco melancólica porque no veré a la mayoría de mis amigos tan seguido como antes, pe...

—Ay, eso es normal, hija. Ya verás cómo haces más amigos cuando entres a la universidad —volvió a interrumpir.

Respiré hondo para mantener la cordura. Sabía que mi mamá no lo hacía a propósito, pero que me interrumpa me saca un poco de quicio.

—Pero a la vez me siento emocionada porque es el baile de graduación —culminé finalmente.

Mi mamá se dio la vuelta y me miró entrecerrando los ojos.

—A mí no me engañas, hay algo más —acusó.

Hice una fina línea con mis labios. Todavía no le había contado a mi mamá que David se iría para Australia definitivamente, ni tampoco el hecho de que me haya ofrecido vivir con él, ni lo impactante que todo eso era para mí... Tampoco sabía que ya no era seguro que Robert también se fuera a Londres conmigo y Nathalia porque había aparecido su padre.

Comencé a relatarle los últimos acontecimientos y me felicité mentalmente a mí misma por mantener la calma y la cordura al momento de contar la historia, aunque con la mirada inquisitiva de mi mamá no me era nada fácil.

Inaccesible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora