Capitulo 3: "Sala de Vigilancia"

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Entre a clase rápidamente, con el corazón en la boca y unas ganas profundas de vomitar.

La idea de que Matt estuvo enamorado de mi todo este tiempo y lo sigue estando me produce unas nauseas espantosas, y un miedo terrible.

¿Porque él pensaba que yo me sentía igual hacia él?

Tal vez el simple hecho de ser amigable con él le daba falsas esperanzas, o al ser el tan popular y ganador, pensaba que hasta conmigo podía llegar.

Me senté en mi asiento y deje caer mi cabeza en mi mano, abrumada y totalmente shockeada ante lo ocurrido en el pasillo minutos atrás...

Él se apartó de mí y tomo mi mano.

Algún día tendremos que aceptar que nos amamos— susurró Matt.

Me aparte rápidamente e impactada lo observé.

¿Cómo?— conseguí modular.

Él frunció el ceño y trató de encontrar mi mano, pero falló cuando di otros dos pasos atrás.

Estás loco si crees que siento algo por ti Matt, te veo como un amigo, nada más.

Rápidamente salí de ahí, enloquecida de horror, espantada.

¿Perdería su amistad mal pensada?

Sacudí mi cabeza ante el recuerdo y sentí lastima.

¿Abre sido muy dura con él?

Tire de mis cabellos delanteros hacia atrás con frustración, debía conseguir la solución a esta situación.

— Rubia plástica— dijo alguien, firme. Suspiré con desgano mientras miraba el frente, donde Tyler yacía sobre su silla a un lado de Amelia.

— No me jodas, idiota.

— La profesora te llama, no te ilusiones mucho por mi atención.

— Debería decir lo mismo, cretino.

Me levanté de mi asiento y caminé con mi mochila al hombro hacia el escritorio de la profesora. Trabajos sin corregir cubren su mesa junto a su portafolio. Sus grandes gafas descansan pesadamente sobre su nariz. Me mira de reojo y señala la silla delante de ella para que me siente. Observo a Tyler por cortos segundos hablar con Amelia y refunfuño molesta.

— ¿Quería hablar conmigo profesora Kelly?— pregunté amable, dándole mi mejor voz de niña buena y mi sonrisa falsa. Al verme, sus labios no mostraron atracción alguna en sonreír devuelta, por lo que deje de hacerlo yo también. Esto parecía ser malo.

— Debe saber porque la llamo, señorita Mason— habla rígida, fría, y con una expresión la cual jamás vi en ella.

— Lo lamento pero no.

— De esto hablo, no se me haga la tonta— me tira bruscamente su cuaderno de apuntes y mi mandíbula cae rápidamente al suelo. Mi nombre estaba escrito en todas las hojas, de distintos colores.

— No puede pensar que eso lo hice yo profesora... Yo no...

— No quiero excusas Azul, este año te lo tomas serio, porque por más que obtengas buenas calificaciones, este tipo de bromas no son para tu edad. Dado esto, llevaras una amonestación para que tus padres firmen.

— No, espere, ¡Debe creerme señorita Kelly! ¡No puede observarme en mi segundo día de clase, me matarán!- dije sobresaltada mientras me ponía de pie.

Reina De La SecundariaWhere stories live. Discover now