Capítulo 7

1.4K 43 0
                                    

Capítulo 7 – Sueños Húmedos

_______ lo observaba comer y Louis la observaba a ella. Eran como dos enemigos, vigilándose estrechamente. Él tomando un sorbo de vino, _______ lo hacía también. Ella probaba los espaguetis, Louis los probaba. Eran como Ginger y Pascual bailando una melodía.

Como él no reaccionaba, _______ decidió dar un paso más. Dejó el tenedor en el plato y se pasó la lengua por los labios.

Nada cambió. La expresión de Louis era exactamente la misma, No, se había metido el tenedor en la boca, pero sin espaguetis. ¡¡Aja!! Estaba funcionando. Excelente.

______ tomó un sorbito de vino, rodeando el borde de la copa con los labios en un gesto más que insolente. Como esperaba, Louis no perdía detalle.

Después, alargó la mano para tomar la pimienta. Al hacerlo, la tela del vestido se pegaba a sus pechos descaradamente. Aquella vez, ni siquiera tuvo que mirar para saber dónde tenía él los ojos.

- Estas velas huelen muy bien, ¿verdad? -

Louis se aclaró la garganta.

- Sí -

- Yo creo que la luz de las velas es muy relajante. ¿Sabes lo que me encanta hacer? – preguntó ______ -

- No tengo ni idea - contestó él -

- Me encanta darme un largo baño caliente, con burbujas, el agua acariciándome por todas partes - ningún comentario. Solo la nuez de Louis subiendo y bajando - Pongo velas en el baño y me meto en el agua despacio, primero un pie, luego el otro. Después, apoyo la cabeza en el borde y cierro los ojos. No uso una esponja ni nada parecido, solo las manos. Empiezo por los tobillos, las rodillas, los muslos, Y después sigo hacia arriba -

Él esperaba que siguiera. ¿No iba a hacerlo? ¿No iba a decírselo?

_____ se metió el tenedor en la boca y lo sujetó un segundo con los labios. Louis apartó la mirada para no ponerse a llorar.

Aquello no tenía ninguna gracia. Lo estaba haciendo a propósito. Había pensado que era una ingenua, qué risa. Más bien, era el lobo de Caperucita Roja.

Nervioso, soltó la copa de vino para no romperla. Y también hubiera querido desabrocharse el pantalón antes de que saltaran las costuras, pero sería mejor que no se tocara cerca de la bragueta. En el tope de trucos para impresionar a una mujer, tener un orgasmo en la mesa debía de ser el más inadecuado. Con la excepción de atragantarse o vomitar, claro.

Solo una vez en su vida tuvo tantos problemas: cuando tenía quince años. Estaba pasando el verano en casa de su amigo Ed que tenía una prima de diecisiete, Lola, a la que le gustaba mucho tontear.

Era la chica más guapa del mundo. Alta, rubia, con unas piernas larguísimas como una modelo de Playboy.

Un día, Lola dejó la puerta del baño entreabierta mientras se quitaba el bañador y él pensó que estaba en el Cielo. Se quedó mirando sin hacer ruido pero antes de que pudiera escapar, Lola abrió la puerta, indignada.

Louis le había suplicado que no se lo dijera a nadie. No quería volver al aburrido apartamento de sus padres en  Manhattan. Quería quedarse con Ed y con su prima, la diosa.

Y ella había aceptado, con la condición de que fuera su esclavo durante todo el día.

La tortura fue exquisita.

Lola lo obligó a ponerle crema, a hacerle la cama, a llevarle refrescos. Y él tuvo una erección que duró veinticuatro horas. Entonces le pidió que se quitara la ropa, pero Louis se negó. Ya era suficiente con tener que llevar dos calzoncillos debajo del bañador para que a la madre de Ed no le diera un infarto, y no pensaba mostrarse delante de Lola en toda su gloria.

Love... On Air ||L.T|| HOT TERMINADA (Editando)Where stories live. Discover now