Capítulo 6

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Aquello era una apuesta

_______ se sentó en la tapa del inodoro.

- Ay, Dios mío... - suspiró, con la cabeza entre las manos -

Quizá si se quedaba allí media hora, él se marcharía. Pero lo dudaba, Louis Tomlinson no era ese tipo de hombre.

No tenía tiempo de inventarse un pasado. Su ex-novio aún tenía un nombre, ¿Steve, Frank, Buddy, Alonso?, Qué horror.

El hecho era que le quedaban dos semanas por delante y tenía que controlarse o lo perdería todo.

¿Y si se llamaba ella misma al programa? ¿Qué se contestaría?

Para empezar, que estaba loca por meterse en una situación tan ridícula. Y luego se preguntaría qué esperaba sacar de todo aquello. ¿De verdad le importaba tanto que el programa tuviera emisión nacional o una parte de ella deseaba ser seducida por Louis?

Quería ganar la apuesta, eso era lo primero. Y no solo para que nadie conociera su secreto, sino para que sus oyentes confiaran en ella cuando, le hacían preguntas íntimas. Quería hacer ver a las mujeres que su papel en una seducción era el mismo que el del hombre.

Entonces se preguntaría a sí misma si estaba haciendo todo lo posible para ganar la apuesta. Y tendría que contestar: NO. De hecho, no había tomado la iniciativa ni una sola vez. Se estaba dejando manejar. Cada vez que Louis la tocaba, se le doblaban las rodillas. Tenía que estar en guardia, se dijo. Todo el tiempo.

Era el momento de atacar, no de defenderse.

No podía contar a sus oyentes que era virgen, no podía decirles que sabía de sexo lo que las hormigas saben de ordenadores.

En cualquier caso, la clave del experimento era no acabar en la cama con Louis, de modo que... ¿Podría seguir diciéndole que no? Sí, por supuesto. Qué ridículo. No pensaba sucumbir. Aunque, oh, horror, en cierto modo quería hacerlo.

Aquella confesión le hizo ahogar un gemido. ¿Cómo era posible? Ella no creía en la seducción, no creía que ningún hombre pudiera convencerla de nada.

Pero cuando Louis la besaba...

______ gimió cuando su traidor cuerpo reaccionó ante el recuerdo de los besos de aquel demonio. Aunque la palabra "reaccionar" se quedaba corta, a juzgar por cómo sus zonas erógenas despertaban a la vida.

Pero no iba a pasar, no iba a pasar. Según lo que sabía sobre la experiencia sexual, los besos no eran lo primero. Antes había que mirarse a los ojos, rozarse, hacer preguntas, ¿El sexo? Ese era el último paso. Ella aconsejaba a las mujeres que observaran las señales para ir siempre por delante. Solo tenía que escuchar sus propios consejos.

Además, ninguna mujer podía ser seducida contra su voluntad. Punto.

Si no lo miraba a los ojos, si no lo tocaba  o dejaba que la tocase, si no hacía preguntas íntimas, todo iría bien. Porque la química sexual, por salvaje que fuera, no podía compararse con la determinación. Ella era más fuerte que sus hormonas. Era más fuerte que Louis.

Entonces, ¿por qué estaba tan preocupada?

Un golpecito en la puerta hizo que se levantase de un salto.

- ¿_____? ¿Estás bien? - 

- Sí - contestó ella, intentando que su voz sonora normal -

- La cena está lista – sentenció el hombre tras la puerta -

- Ok, estupendo. Enseguida salgo -

- Muy bien - Dijo Louis -

______ levantó los ojos al cielo. Menuda forma de tomar la iniciativa.

Love... On Air ||L.T|| HOT TERMINADA (Editando)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant