Capítulo 5

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Mientras uno de los pequeños gatitos jugaba por los alrededores del tronco hueco que les servía de guarida desde hace más de dos lunas su hermana, Pequeña Colibrí se cobijaba junto al vientre de su madre, hace algunos días ella no se había sentido muy bien, su ánimo juguetón decayó bastante y sentía constantes dolores.

– Hoy mi pequeña se ve mejor, creo que esta sanando, mientras siga alimentándose bien creo que sanara pronto. – dijo Sierra Leona a Fango y Pimienta mientras ambos se disponían a salir a cazar. – Descuida, cazaremos lo suficiente para todos, tu solo ocúpate de cuidarlos. – le respondió Pimienta y luego ambos se retiraron caminando por el camino que los conducía hacia la montaña de la que muchas veces dijeron debían alejarse porque ese era territorio del Clan de las Nubes que sin embargo era el mejor para cazar.

– No debemos internarnos mucho en la montaña, estamos arriesgándonos bastante, pero no podemos dedicarle mucho tiempo a la caza, necesito estar cerca de Sierra Leona y sus gatitos, cada día me preocupa más que alguna patrulla del Clan de las Nubes nos encuentra y pueda atacarla – le contaba Fango a Pimienta mientras caminaban.

Mientras lo hacían la gata negra de patas blancas divisó un robusto conejo saltando entre la hierba crecida, sus movimientos hacían que se sacudan ramos y hojas a su paso por lo que fue fácil seguirlo, en apenas unos segundos ya estaba ella encima de la presa y pudo liquidarla sin mucho esfuerzo. – Es increíble el talento que tienes Pimienta, con algo de entrenamiento te harías una gran guerrera. – le dijo Fango.

– Que puedo decirte, he vivido por mucho tiempo como solitaria y por mi propia cuenta he tenido siempre que cuidarme sola, a la fuerza he tenido que aprender de todo un poco. – Le respondió ella y agregó – enterrare a este conejo, vamos a buscar algo más.

El gato de pelaje marrón asintió y continuaron caminando, esta vez encontraron un campañol, ambos empezaron a perseguirlo internándose más en la montaña, la emoción por capturar una presa más para ellos, su amiga y los pequeños cachorros los distrajo de todo y no pudieron percatarse del fresco olor de los marcas olorosas de otros gatos, cuando estuvieron muy cerca a atrapar al roedor apenas reaccionaron por los gritos y maullidos de un grupo de gatos que se les acercaban de frente a toda carrera.

– ¡Es una patrulla, corre Pimienta, tenemos que alcanzar a Sierra Leona! – maulló Fango antes de frenar bruscamente su paso y girar hacia atrás.

Los dos gatos corrían con todas sus fuerzas, saltaban sobre las rocas y entre los arbustos tratando de escapar de los gatos que los perseguían sin tregua, para la fortuna de los fugitivos los gatos del Clan del Vergel destacaban sobre los demás clanes por su velocidad, crecer y entrenar en los extensos prados de su territorio les permitía correr desde pequeños largas distancias casi planas y eso favorecía a Fango en su huida de los gatos del Clan de las Nubes y Pimienta era lo suficiente joven y fuerte para seguirle el paso, y aunque ambos sacaron algo más de distancia en la persecución empezaban a caer en cuenta de que aquellos gatos no se detendrían hasta alcanzarlos.

– No se detendrán, están dispuestos a alcanzarnos, no podemos llevarlos hasta donde están Sierra Leona y los cachorros, cambiemos el rumbo – le dijo agitada Pimienta a Fango.

El gato marrón guardo silencio unos segundos antes de contestar, ella pudo notar que estaba reflexionando la decisión que tomaría y valoro que él estaba considerando todas las posibilidades. – No Pimienta, nuestro rastro esta muy fresco, si cambiamos el rumbo ellos podrían dividirse, unos nos seguirían persiguiendo y otros podrían seguir el rastro y llegar a Sierra Leona y los pequeños, no podemos exponernos tanto. – maulló Fango en continuos espasmos provocados por el cansancio.

LOS GATOS GUERREROS - Más allá de los Clanes - Dos Caminos (Segundo Libro)Where stories live. Discover now