Capítulo 1

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Entre el frondoso follaje de los eucaliptos era imperceptible la sigilosa presencia de una gata de pelaje gris y manchas blancas alargadas, el brillo de sus profundos ojos amarillos podía confundirse entre los últimos destellos de la luz del sol que se buscaban camino entre las hojas y ramas de los altos arboles sin lograr ninguno llegar a iluminar el suelo de aquel bosque. Desde alguna distancia venia vigilando a otro gato que se acercaba distraído dando saltos traviesos sobre las hojas secas disfrutando de su crujir.

Aquel comportamiento juguetón no era el típico en un gato que había recibido semejante responsabilidad del Clan Estelar pero ya no extrañaba a sus compañeros que aprendieron a reconocer detrás de su comportamiento alegre y divertido la sabiduría de un verdadero curandero. Era un gato de pelaje corto blanco y motas grises por todo el cuerpo que venía desde el campamento del Clan de las Nubes colina abajo.

Entre sus saltos se detuvo a olfatear unas hierbas que crecían alrededor del tronco de uno de los árboles, estaban viviendo una de las más cálidas estaciones de la hoja verde que él recordaba y el bosque había reverdecido demasiado, habían plantas, hierbas y arbustos nuevos pintando de verde todos los rincones peleando unos contra otros por espacio y sol, eran tantos que sus aromas se confundían y en ocasiones le dificultaban encontrar las hierbas que el precisaba como curandero. Luego de murmurar algo empezó a raspar en la tierra hasta arrancar un tallo de la planta que había encontrado.

La gata de ojos amarillos aun lo observaba desde las ramas de uno de los eucaliptos, luego silenciosa empezó a descender del árbol ajustando las garras entre las grises tiras resecas del tronco, su ligero cuerpo le permitía hacerlo con gran precisión adelantando sus patas una a una hacia abajo sin provocar ni siquiera un crujido, luego de acercarse a casi la mitad del tronco de aquel alto árbol se detuvo a esperar el paso del gato blanco de motas grises al que vigilaba. Al verlo cruzar se lanzó sobre para sorprenderlo pero no espero que aquel diera un salto hacia atrás mientras ella caía para luego de verla tocar el piso darle un suave empujón que la hizo resbalar.

- ¿En serio creíste que no me daría cuenta de tu ataque? – le dijo el curandero haciendo un énfasis burlón al decir "tu ataque" a la gata gris de manchas blancas alargadas mientras ella se ponía de pie y se sacudía los pequeños trozos de hojas secas que se le pegaron al pelaje en la caída.

- Si Ronronero, esta vez tú terminaste sorprendiéndome a mí, ya me tomaré luego la revancha – respondió ella risueña - ¿Qué masticas cerebro de ratón?

El gato de motas grises la miró por un instante para luego escupir la planta que había desenterrado y venia masticando – Era un poco de raíz de perifollo, para el dolor de estómago. –

- Es cierto, hoy vas a tu reunión de curanderos – replico la gata.

Haciendo un gesto de resignación le respondió Ronronero – Así es Panterina, no he podido comerme ni una orejita de ratón, pero ya volviendo me daré un festín. –

- Tendrás que hacerlo a escondidas de Estrella Tifón y Viento de Alba, les fastidian un poco tus excesos. – le dijo ella mientras giraba hacia la dirección que llevaba el curandero invitándolo a continuar su camino con un movimiento de cola.

- ¿Un poco? A veces los que se exceden son ellos pero de gruñones, en fin... avancemos que no quiero hacer esperar a los otros curanderos que nuestro líder y su lugarteniente no son ni la mitad de gruñones que Fulgorosa. – respondió Ronronero mientras dio alcance a Panterina para caminar a su lado.

- Fulgorosa, ella es la curandera del Clan de las Rocas, ¿No es cierto? – preguntó la gata.

Afirmando con un movimiento de cabeza el curandero continúo masticando las hierbas que había recogido antes.

LOS GATOS GUERREROS - Más allá de los Clanes - Dos Caminos (Segundo Libro)Where stories live. Discover now