capítulo 12: secuestrada

202 20 2
                                    

Cuando desperté estaba acostada en una cama de dos plazas en una habitación que no conocía trate de mover mis manos pero estaban atados sobre mi cabeza mis pie también. Comencé a gritar, un minuto después mi hermano apareció por la puerta.
-Ya despertaste- hablo con una sonrisa- te prepararé algo de comer.
-¿Qué tal si me sueltas? - inquirí de mal modo.
-Eso no lo haré y preferiría que no gritaras mis vecinos son un poco intolerantes. No me obligues a amordazarte- me amenazo antes de salir.
Cinco minutos después volvío con una bandeja, con el almuerzo un cuenco de sopa, con un pedazo de carne con puré y agua.
-Gracias por no gritar- agradeció con inocencia.
-¿Donde estoy?- inquirí aún irritaba, Tomás dejo la bandeja sobre la mesa de luz sentándose a mi lado. Trato de acariciar mi mejilla pero lo aparte.
-Sabes que si tuviera otra forma de cuidarte lo haría, pero eres tan terca que no tengo nada que hacer- explico con pena.
-Pregunte ¿donde estamos?- recordé aún hecha una furia.
-En las tierras más bajas del reino del caos- contesto sin mucha importancia.
-¿Qué hacemos aquí?- interrogue.
-Hasta que no hallas recuperado todo tu poder y energías no saldrás de aqui- sentenció.
-Estas loco- grite- no tengo tiempo para jugar, con la escuela, el trabajo... Serene.... no puedo estar aquí cuando ella esta en peligro- comence a tratar de zafarme con desesperada.
-Te advertí que se volvería loca- sentenció aquella voz masculina que conocía tan bien entrando por la puerta.
-No es como que fuera muy difícil de deducir- en ese instante Tristán y Serene entraron por la puerta.
-No me digan que ustedes están detrás de este plan descabellado- regañe sin calmarme un milímetro.
-Me pareció buena idea- aclaró Serene.
-Yo no tuve de otra más que aceptar, era eso o que me ataran- explicó.
-Los odio- confese molesta.
-Mejor come algo- pidió mi hermano más tranquilo.
-No, no pienso hacer nada hasta que me suelten.
-Pues yo no pienso soltarte hasta que estés bien de salud- me grito, lo cual no era propio de él- no entiendo como haces para sacarme de mis casillas, debes ser la única persona que lo puede lograr- suspiro frustrado.
-Es un don- afirme con una sonrisa sádica.
-Tomás, Tristán ¿Pueden dejarnos solas?- pidió la princesa, ambos hombres se fueron y Serene se sentó a mi lado, con la bandeja.
-Dime que me sacarás de aquí, por favor- rogué.
-Lo haré...- dijo tranquila y yo sonreí- cuando estés bien.
-Yo pensaba que eras mi amiga.
-Las amigas se cuidan entre ellas- sentenció- y es mi turno de hacerlo, así que empieza amiga a comer- a regañadientes deje que me alimentara y cuando vacíe la bandeja ella sonrió.
-Listo ¿Feliz?- ella asintió- ¿entonces me sueltas?
-Claro que no, Tomás ya esta- grito ella, entonces en menos de 5 segundos sentí un pinchazo en el cuello y mientras mis ojos se cerraban escuche un susurro que venía de mi hermano.
-Lo siento, esto es por tu bien- aseguró en mi oído antes de que todo se volviera negro.

No se imaginan lo mucho que estaba amando a mi hermano en esos días. Había creado una rutina en la que despertaba comía y luego me volvían a dormir. Estuvimos así un mes un maldito mes. Debo aclarar que en los diferentes reino el tiempo pasaba más rápido, así que lo que fue un mes en el reino el caos en la tierra fue una semana.

Cuando mi hermano quitó las cadenas de verdad que estaba más fuerte pero eso no quería decir que no estaba furiosa, lo primero que hice al salir de esa cama fue lanzarme contra mi hermano, lo tome del cuello apoyándolo contra la pared.
-Estoy muy molesta- confesé.
-Lo sé- aclaró- se nota en tu aura y...-hizo una mueca de dolor antes de decir - Diana me duele.
-Mejor- sentencie fría. Tristán y Serene mi miraban entre confundidos y preocupados.
-Diana, Por favor- rogó Tomás.
-Diana para- ordeno Tristán tratando de sacarme de arriba de Tomás pero lo mande a volar haciendo que callera en la cama.
-Hermanita por favor... la oscuridad... te esta absorbiendo- me recordó entrecortadamente.
-DIANA YA BASTA- ordenó Serene, fue entonces cuando solté a mi hermano.
-Lo siento...- dije apenada.
-No creí que estuviera tanto poder, lo siento- se disculpó mi hermano.
-No te preocupes yo tampoco la noté pero estas tierras están muy cerca de las fronteras del reino oscuro... no te preocupes, no fue tu culpa- asegure abrazándo a mi hermano- lo siento a veces suelo ser una carga para ti- hable sin soltarlo. Entonces él se separo de mi para mirarme a los ojos.
-Nunca serás una carga, nunca ¿Entendiste?- reconoció muy serio. Yo solo asentí- Diana- llamo mientras me volvía a abrazar.
-¿Si?- inquirí.
-No seas más fuerte que yo es muy vergonzoso- se quejó divertido, deciso el abrazo para luego comenzar a despeinarme- es vergonzoso que mi hermanita sea más fuerte que yo- dijo mientras seguía despeinadome.
-Ya basta Tomás para- pedí como niña pequeña. Pero él no se detuvo así que le agarré la mano y lo lance a la cama.
-Diana estaba yo- se quejo Tristán.
-¿Y qué haces ahí?- inquirí.
-Dormir- soltó con ironía.
-No hay tiempo para dormir- acuse apurada tomándolo del brazo para levantarlo- Arriba....-tire de él con tanta fuerza que lo lancé contra la pared y mi hermano que estaba sobre él calló al suelo.
-Diana- grito Tristán. Corrí hasta él y me arrodillé a su lado.
-Lo siento- me disculpe, pero él me miro mal.
-Ten más cuidado- me regaño.
-No es mi culpa que sean tan frágiles - dije a la defensiva, entonces entramos en una guerra de miradas muy intensa hasta que Serene nos interrumpió.
-Muy lindo momento y todo pero debo volver antes de que todos piensen que estoy muerta o que mi país caiga en crisis por falta de poder, asi que ¿alguien me saca de aquí?- inquirió.
-Tomás te lleva- afirme.
-¿Y cuando me he ofrecido?- inquirí algo molesto.
-Tengo cosas que hacer, además me la debes y no puedes dejar a una dama sola y sin protección en un lugar tan peligroso...-sentencie. Él suspiro pero finalmente accedió y ambos se fueron, dejandome a solas con Tristán. Nos quedamos unos minutos en silencio sin saber que decir hasta que él se paró extendiendo su mano para que me parará, cuando estuve en pie él dijo.
-Volvamos a la tierra que hay cosa que hacer.
-Tristán- llame, él me miro confundido- perdón se que últimamente estoy muy suicida y no lo se, es como que debería pensar un poco más... yo...- él no me dejo terminar porque su mirada neutra paso a una molesta.
-En primer lugar a mi no me tienes que decir nada, pero si a tu hermano y en segundo lugar no te gastes​ de todas formas lo seguirás haciendo, nunca vas a cambiar, nunca piensas en los demás. Diana siempre dejas que tus emociones te guíen y estoy cansado, si algo he aprendido es que luchas sola y no te importa arriesgarte- trate de hablar pero él me detuvo- No te gastes, Recuerda que tienes un equipo para apoyarte y personas a las que lastimaras si algo te pasa. Trata de pensar en lo que sentiría tu hermano o Serene si algo te pasará... Piensa en como me sentiría yo- en eso salió de la habitación dejándome sola, corrí tras él diciendo.
-Cuando el venga no hay nada que podamos hacer para evitarlo- él ya no estaba así que le hable al aire.

Los Guardianes Elementales 1: La Princesa Lunar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora