Capítulo 13: "Será por las malas"

22.6K 1.5K 213
                                    

«Amelí me agrada, pero solo para que tú lo uses, y para no perder mi nombre desde ahora te llamaré Amax».

«Trato hecho».

«Bien. Amax, ¿ya puedes devolverme mi lonchera?»


Empiezo a reír como loca.

¿De qué me río? No tengo idea, pero lo seguro es que ya enloquecí. Vamos, loca, sal de la cama o llegarás tarde al trabajo.

No he podido dormir en toda la noche porque apenas cerraba los ojos podía ver la pendeja sonrisa burlona del pendejo abogado encargado de la pendeja demanda. ¡Pendejo!

Ya afuera de la cama, arrastro los pies hasta el baño. En el camino voy dejando prenda por prenda hasta llegar a la ducha como mi madre me mostró al mundo. Por eso me puse a llorar, ¿a quién le gusta que la saquen desnuda de su casa? ¡A nadie!

Esto me está afectando más de lo que quiero admitir o aceptar. Giro la llave y el agua fría me empapa de golpe. Mejor dejo de pensar. Levanto la cabeza para mojarme también la cara. Me ahogo. No sé nadar. Que alguien me pase un flotador.

 Que alguien me pase un flotador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Buenos días, señorita Thompson.

Ignoro el saludo y continúo esperando el ascensor.

—No luce bien, ¿está todo en orden?

Sigo ignorándolo a pesar de que me ha seguido hasta el interior del elevador. Entonces, una mano se apoya en mi hombro.

—Amelí, ¿estás bien?

Entorno los ojos, tal cual toro localizando su presa roja, y en dos simples movimientos le tuerzo el brazo como si fuera un policía en pleno arresto de un malhechor. Lo empujo contra una de las paredes, lista para inspeccionar sus cavidades con una linterna. Una enorme linterna.

—Un simple sí bastaba. —Se carcajea.

—Deja de provocarme, o te aseguro que me olvidaré que eres el abogado y te destrozaré aquí mismo.

—¿Cuándo te he provocado? Solo mostraba mi preocupación hacia ti como una trabajadora. —Enseña su sonrisa confiada.

—Si fuera así no me llamarías Amelí, así que vuelve a llamarme de ese modo y...

—¿Me destrozarás? —se burla.

—¿Crees que no lo haré? —Lo presiono más contra la pared— ¿Apostamos?

—Es muy pronto para hacer apuestas, pero aún si lo intentas no podrás, ¿quieres saber por qué?

Frunzo el ceño con sospecha. En dos simples movimientos sale de mi agarre, me arrincona a la pared del otro extremo y sujeta mis brazos por encima de mi cabeza.

—Porque soy más fuerte. —Ladea su sonrisa.

¡Pendejo de...!

—Lucha todo lo que quieras, no podrás soltarte de mí.

¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora