Capítulo 45: "Tendré que morir"

19.9K 1.2K 278
                                    

«Feliz cumpleaños, Amax».

«Pero si aún falta como medio mes».

«Para que veas qué se siente el que te saluden antes».


—Mejor dicho, yo voy a hablar, si vamos a hacer esto quiero que me escuches y ya. ¿Puedes hacerlo?

—Te escucho.

Lo tomaré como una aceptación.

Respiro hondo y exhalo poco a poco hasta encontrar la suficiente calma para atreverme a decir lo que creía imposible de reconocer.

—Quiero ser realmente honesta con esto y estoy decidida a confesar algo que, en ocasiones normales, no admitiría.

—Sé que lo que hice te lastimó, pero tienes que saber...

—Max, ya lo sé, sé que no fue tu culpa.

Su rostro se torna confundido y molesto, sobre todo confundido.

—Sé que solo fuiste otra víctima de las circunstancias; que no fuiste consciente de lo ocurrido.

—¿Lo sabes? Entonces sabes que yo no...

—Lo sé —digo con molestia, pero solo porque no deja de interrumpirme cuando bien le dije que no hablara—. Max, yo en ningún momento dudé de tu fidelidad. Sabía que nunca querrías hacerme daño, o por lo menos no a propósito.

—¿Entonces por qué te...?

—El que me haya marchado es un tema aparte.

—¿Un tema aparte? —se muestra incrédulo— ¿Eso qué significa?

Solo podrás explicárselo si se lo dices todo.

Muerdo mi labio inferior y pienso bien sobre lo que diré a continuación. ¿Cómo decírselo, pero sin decírselo?

—Aquella vez, para... soportar lo sucedido, me convencí de odiarte. Me convencí de culparte. Solo así iba a ser capaz de irme. Aun así, fue duro, porque muy en el fondo sabía que seguía enamorada de ti. Yo me fui porque...

Dilo.

—Tenía que escapar de la ley.

¡Amelia!

—¿Escapar de la ley?

No puedo creer que hayas dicho eso.

—Sí. —Me encuentro con sus ojos y de inmediato aparto la vista, avergonzada—. Había atropellado al perro de un hombre muy importante con muchas influencias, fue un accidente, pero él quería meterme presa.

¿Qué rayos estás diciendo?

Cállate y déjame pensar.

—¿Cuándo fue eso? —Sacude la cabeza, escéptico ante mi extraña confesión.

—Al día siguiente de mi cumpleaños. También deberían prohibir que las personas conduzcan cuando están en shock, no solo cuando están ebrios. Si hubiera sabido que sería peligroso me habría ido caminando.

¡Pero si te fuiste caminando! ¡Corriste de ida y vuelta!

¡Que te calles!

—Entonces me estás diciendo que la única razón por la que te fuiste es... —Arruga el ceño— ¿Por qué atropellaste el perro de alguien?

—El perro de alguien importante, tal vez un alcalde, y el perro era su única familia, ¡como su hijo! Por eso quería que fuera a la cárcel, porque maté a su hijo.

¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora