Capitulo 10: Amy

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Cinco días habían pasado desde que volví a la vida y me vi amarrada a una plancha de acero. Cuando recobré la conciencia estaba acostada en la cama de un cuarto parecida a una prisión. Tenía una pequeña ventana por la cual entraba luz y por eso sabía cuantos días habían pasado.

Me senté en la cama y miré mis antebrazos. Siete marcas de agujas en cada brazo y tres en ambas piernas. Sentí mis ojos llenarse de lágrimas. Recordé el dolor que había pasado estos últimos días, las pruebas y las lagunas mentales.

Una charola se deslizó por debajo de los barrotes.
"¿Que es eso?"
"Comida" me respondió la mujer
"Pero no puedo comer"
"Prueba"
"Es otro experimento. No voy a comer, pueden llevarse la charola."
La mujer no me contesto, pero después de un rato la bandeja con comida se fue.

Necesitaba salir de aquí, pero no sabía como. Quizá cooperar con ellos no sea tan mala idea.

"Amy, recuerda lo que dijo Simon"
Cierto.
No podía caer en su trampa y ser su rata.
Dejen me ir están locos malditos suéltenme!"

Alguien estaba gritando, la voz de un muchacho. Por el pasillo apareció el hombre con un joven de la misma edad de Kieren, tal vez un año mayor. Tenía el pelo café y era algo alto. El hombre con bata de laboratorio tenía el brazo del muchacho doblado detrás de su espalda. La mujer apareció a toda prisa por detrás y abrió la celda frente a la mía. El hombre aventó al muchacho dentro y cerró rápidamente la celda.

"Bienvenido a tu nuevo hogar Alex" le dijo el hombre.

El muchacho, que al parecer se llamaba Alex, escupió en la cara del tipo.

"Ustedes los podridos son todos iguales" dijo la mujer.

Ambos se marcharon, dejándonos a Alex y a mi solos.

"¡JODER!" gritó Alex y aventó la almohada al otro lado de la celda.
Después de que se calmó un poco dejó de caminar por la celda y se sentó en la cama.

"¿Cuánto tiempo llevas aquí?" me preguntó.
"¿Qué pasó con los modales? ¿No quieres saber mi nombre? Soy Amy Dyer, mucho gusto"
"Alex ¿Cuanto tiempo llevas aquí Amy?" dijo algo molesto.
"Cinco días. Que yo sepa. Tuve lagunas mentales pero estoy casi segura de que llevo cinco días aquí."
"¿Que te hacen?"

Miré a Alex y me levanté de la cama. Levante las mangas de mi blusa y le mostré las heridas de aguja.

"Y los electroshocks vienen incluidos" dije con la voz algo quebrada.

Levanté la vista y vi que Alex se había levantado de la cama. Su expresión denotaba miedo.

"Malditos hijos de...tenemos que salir de aquí."
"No se puede, Alex. Ya lo he pensado."
Alex me dedicó una media sonrisa.
"Siempre se puede."

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