Capítulo 2: Simon

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Después del funeral, regresé al bungalow, ya que al padre de Kieren parece inquietarle mi presencia. Bueno, siendo unos no muertos, a quién no le incomoda nuestra presencia.
Al llegar, el lugar que antes albergaba a tantos no-muertos, estaba vacío. En la pared estaba escrito con gis blanco la misión que se suponía que debía hacer.
A veces me pregunto si fue lo correcto desobedecer las órdenes del Profeta no-muerto y detener el segundo levantamiento. Quiero a Kieren, y todo, pero simplemente me pregunto si fue la mejor decisión. El Profeta no-muerto no se anda con juegos.

Empecé a desvestirme para dormir, aunque no sabía si podría conciliar el sueño. Tengo tantas cosas en la cabeza; la muerte de Amy, Kieren, el segundo levantamiento, el Profeta no-muerto, las acciones de los demás profetas y sus consecuencias....Kieren y yo podríamos estar en peligro por eso.

Me dirigí a mi cama y comencé a hacer algo que hacía últimamente. Orar. Orar para que pronto toda esta catástrofe se acabe. La catástrofe que yo empecé. La lluvia empezaba a golpear el techo, y algunas gotas cayeron al suelo. Recordé que había unas goteras en la antigua casa, así que salí a revisar si tenía arreglo. Pero al salir vi a Zoe afuera del a bungalow.

"Zoe, ¿qué haces afuera?" le grité.
"¡Vengo a darte un mensaje del Profeta no-muerto, ¡traidor!" me gritó de vuelta
"¡Déjate de estupideces y dime el mensaje!"
"¡Él ha dicho que mejor te prepares tú y tu amiguito, el primero en salir de la tumba, los cazaremos, y serán los primeros en caer. "

Dicho esto Zoe salió corriendo dejándome con las preguntas en la boca. Un mensaje de...¿advertencia quizá?
Esto me dejó más pensativo aún. Si ellos ya sabían, y si ya habían elegido a alguien más para cumplir el segundo levantamiento, terminarían muertos...de nuevo. Ninguno del Ejército liberador de los No-muertos se andarían con sentimientos ni con juegos. La única cosa que no quedaba clara era la fecha.

"¿Cuándo seria el segundo levantamiento?"pensé

Mañana tendría que ponerme en contacto de alguna forma con los profetas. Además se lo tenía que decir a Kieren.
Me fui a acostar pensando en esto, y conforme avanzaba la noche, me hundí en el sueño.

Unos golpes en la puerta me despertaron en la mañana. Mire el reloj: 11:30 am. Era algo  tarde.
Me levanté a abrir la puerta y encontré a Kieren tratando de recuperar el aliento.

"Necesito hablar contigo"

In the FleshWhere stories live. Discover now