Capítulo 1: Kieren

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Después del funeral de Amy, mi familia y yo empezamos a recoger las decoraciones que Amy había pedido en su testamento; su funeral no podía ser aburrido y lleno de trajes negros. Simon había insistido en quedarse y ayudar, pero aunque se llevaba mejor con mis padres, a mi papá le seguía incomodando un poco su presencia. Así que Simon regresó al bungalow de Amy.

Después de recoger subí a mi habitación y empecé a dibujar un retrato de Amy, me gustaba dibujarla. Luego de un rato me empezó a dar sueño, así que me dirigí al baño. Estaba enjuagando mi cara con el gel que me habían dado en el centro de rehabilitación. Pero algo le pasaba a mi mano. Estaba temblando y sentía algo en ella, como si acabara de despertar. En la tarde, antes del funeral, le quite importancia, pero ya no. Mi mano sentía algo, y se supone que yo no puedo sentir. Quitándome malas suposiciones de la cabeza, agité la mano y le volví a restar importancia. Mañana le diría a Simon, tal vez él sepa algo.

Al levantarme al día siguiente, no escuché nada. Bajé al comedor y había una nota de mi papá ahí.

Kieren:
     Tu madre y yo nos fuimos a trabajar y Jem se fue al colegio. Como no te levantabas, decidimos irnos, volveremos a las 4.
                                                                                              Steve

Dudé un poco de la nota, ya que en sábado nadie iba a trabajar y ayer empezaron los días festivos en Roarton. Además tampoco había clases. De pronto empecé a sentir que mi estomago rugía. Hace mucho que no sentía esa sensación de hambre.
Fui a la cocina en busca de que comer, pero me detuve en seco.
"Que te pasa Kieren, eres un no muerto. No es posible que puedas sentir hambre."
Volví a sentir el temblor en mi mano. Entonces salí de la cocina y fuí a casa de Philip. Él había dicho que a Amy le pasó lo mismo, su corazón empezó a latir el día que murió.

Cuando llegué  al lugar toqué la puerta. Nadie respondió así que volví a tocar un par de veces hasta que Philip abrió la puerta. Se veía muy decaído.
"Kieren...¿qué haces aquí?" Me pregunto algo de flojera.
"Hola, yo em...tengo una duda, sobre lo que le pasó a Amy" cuando dije su nombre, se me quebró la voz.
"¿Quieres pasar?"
Philip se movió para que pudiera pasar a su casa. Al parecer su madre tampoco estaba y se encontraba solo en casa. Pasamos a la sala y me ofreció un té o algo.
"Yo...no como, Philip"
"Pero sientes que deberías, ¿cierto? Es lo que le estaba pasando a Amy."
"Si...¿sabes algo de eso?"
"No, sólo pasó. Un día estábamos en una tienda bajo la lluvia. Ella pensaba que se volvería rabiosa así que me pidió matarla. Pero me detuvo cuando sintió la lluvia en su rostro...su hermoso rostro."
Philip agachó la cabeza y la sostuvo entre sus manos. Imagino que hablar de la muerte de la persona que amas es más difícil de lo uno llega a imaginar. Yo lo entendía.
"Días después empezó a comer y no le hacía daño. El día...de su muerte, su corazón empezó a latir. Pero ni ella ni yo sabíamos la causa."
Me quedé pensando un momento. Tal vez Amy y yo estábamos empezando a aceptar la medicación de forma diferente. Tal vez podría pasarle a más personas.
"Gracias Philip" le dije "Voy al cementerio, ¿quieres venir?"
"Gracias, pero no. Ya iré otro día"
Me levanté y me despedí de Philip, salí de su casa y me dirigí al cementerio. Al llegar fuí a visitar a Amy, pero unos metros antes de llegar, vi que algo estaba mal.
"Su tumba está...abierta" pensé.
Tal vez era mi imaginación, ya que quería que volviera, pero al acercarme, vi que en efecto, estaba abierta. Como si...
"Como si alguien la hubiera sacado."
Salí del cementerio a toda prisa y me dirigí a casa de Simon. Lo tenía que saber.

In the FleshWhere stories live. Discover now