Cocinándole al demonio

114K 6.5K 4.1K
                                    

     Aunque quisiese no habría podido dormir ni un poco, llevaba un día entero sin dormir cuidando a Will. No me había separado de él ni un minuto, ni si quiera el hambre, la sed o cualquier otra necesidad humana me hacía apartarme del gangster. 

     Gracias al cielo él parecía estar mejor a cada hora, su piel pálida como el papel había empezado a recuperar su color, sus blanquecinos labios habían regresado a su color rosa natural y su temperatura corporal ya no era tan ardiente, era cálida pero no quemaba. Lo que sí me preocupaba era que desde hace 4 horas no había abierto los ojos, quería despertarlo para que bebiera un poco de agua pero él había soltado un gruñido a modo de protesta y negándose a abrir los ojos me apretujó más contra su pecho, era sin duda alguna el abrazo más asfixiante que había tenido; por lo menos el gangster ya había recuperado su brutal fuerza.

     No había ido al instituto, aunque realmente eso no me importaba. Mientras me la pasaba en los brazos del gigante lo único que había hecho era ver su rostro, lo había visto tan de cerca por mucho tiempo que hasta lo podía dibujar con los ojos cerrados. Sus ojos levemente rasgados y grandes, su piel fina, su cabello dorado como el sol: liso y desordenado cubriéndole la frente. Sus pómulos salientes contorneando de manera majestuosa la forma de su rostro... era como si la perfección se hubiera materializado... me daban ganas de besar.... esperen ¿QUÉ DEMONIOS ESTOY PENSANDO? ¡Él es un hombre!

     Sacudiendo la cabeza intenté aclarar mi mente. Era la primera vez que me sentía de ese modo, la primera vez que me daban ganas de besar y estrechar a un hombre... MALDICIÓN NO ME ESTOY ENAMORANDO ¿VERDAD? no, no seguro que no es eso. Esto no es amor, simplemente lo confundo con... ¿una profunda amistad? pero ¿por qué demonios eran tan persistentes  estos sentimientos? me daba miedo. NO ME VOY A ENAMORAR. NO. CLARO QUE NO. Y menos de un hombre.

 — Despierta, William tienes que comer algo –Le dije, sacudiendo un poco su hombro. Si no comía seguramente su recuperación sería mucho más lenta. 

— Mm..n..no… — Musitó en un hilo de voz.

     Me daba lastima levantarlo… pero tenía que comer algo, así que por eso sería persistente y lo levantaría a como diera lugar.

— ¡DESPIERTA! –Grité, cerca de su odio. Pero William ni si quiera se molestó, esa no era la reacción que me había esperado—  Will, tienes que comer algo, y también tienes que tomar medicina…

— ¿Medicina? –Dijo, suavemente, interrumpiéndome —Pero si tú eres mi medicina.

     ¿QUÉ? ¿AÚN DELIRABA? Poco a poco mis pómulos empezaron a arder, que vergüenza me… me ¿me había sonrojado?

— D…Déjate de bromas –Tartamudeé, cubriéndome el enrojecido rostro – ¡Tienes que comer y medicarte si no lo haces me iré!

     Y para mi sorpresa el maldito gangster se pusó de pie con dificultad, alejándose de las cobijas.

— Maldita pulga –Alegó, observándome detenidamente — Has hecho que una persona enferma e indefensa se levante. ¿Ya estas feliz?

     Sí, sí lo estaba.

— ¡Lo hago para que “la persona enferma e indefensa” no muera de hambre! – Hablé en mi defensa.

 — ¿Acabas de ser sarcástico?

     Mierda, el gangster ya se había recuperado, no del todo pero nuevamente había activado su “modo salvaje”.

— N… ¡no! –Bajé la cabeza porque sabía que estaba sonrojándome ¿de nuevo? ¿QUÉ DEMONIOS ME PASABA? ¿DESDE CUÁNDO YO ME SONROJO?

¡No me voy a enamorar! (Yaoi)Where stories live. Discover now