Decisión, la bienvenida

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[POV Brais]

Me dio un poco de sed, así que bajé a la cocina por agua. Tal vez, ya era hora de que comenzara a hacer las cosas por mí mismo.
Cuando iba a haber la puerta, oí como, el chef y una sirvienta, hablaban de Elian.
- El señorito...?!- Exclamó la sirvienta, sorprendida por algo que le habrá dicho Hansen, el chef.
- Pues quién si no?!- Dijo Hansen muy feliz.- No te cuento que trajo a un niño y me pidió que le hiciera algo de comer?- Paró unos segundos y siguió- Lo más extraño es que... Con los harapos que llevaba puestos, no parecía hijo de nobles, ni de campesinos, si a caso!
- Pobre niño...- Comenzó la señora- El señorito Elian tiene un buen corazón... Me alegra que el príncipe haya encontrado a alguien como él.- No pude evitar sonreír.- Pero donde habrá encontrado al niño? Que yo sepa, no le han permitido la salida al señorito.
- De que niño hablan?- Pregunté mientras entraba.
Me lo contaron todo, me dijeron que estaba muy encariñado con Elian y que él se veía muy feliz con el niño. Lo único que sentí fue ternura.
Me levanté del asiento, del gran mesón de mármol, y caminé hasta mi habitación.
Al dar la vuelta en una esquina, pude ver cómo Elian cerraba la puerta de nuestra habitación, y en sus labios se formaba una sonrisa llena de paz. Me recordó a las sonrisas de mi madre, al verme jugar con mi hermano.
Creo que es a eso, a lo que le dicen una sonrisa maternal. No lo sé. Pero debo decir que el pequeño gesto me derritió por completo.
- Que haces ahí?- Su voz me devolvió a la tierra. Salí del improvisado escondite y caminé hasta el.- Brais, emm...- Se llevó una mano a la nuca y se mordió el interior del labio inferior, intentando encontrar las palabras adecuadas, supongo.- Es que me siento un descarado, al pedirte tantas cosas...- Soltó una risa nerviosa.
- Quieres adoptar al niño, no es así?- Se quitó la mano de la nuca y me miró atónito.- Ósea que sí.
- Que? Acaso eres brujo o algo?- Lo abrasé y el puso sus manos en mi pecho.
- Sip. Imagínate, que te vas a casar con un hechicero, que lo ve todo por su bola de cristal y manda maldiciones terribles a sus enemigos.- Le dije con sarcasmo y él se rió.- Jaja! Solo fue un presentimiento. Oí como el chef hablaba con una sirvienta sobre un niño que trajiste al palacio. Me lo contaron todo.- Oí como susurraba.
- Que sapos...- Arrugó la nariz y miró a otro lado.
- Acepto.- Le dije, tomándolo desprevenido.
- Que?- Le revolví sus cabellos y puse un beso en su frente. Se veía adorable avergonzado.
- Adoptémoslo. Mi padre no me puede decir nada. Después de todo, es una decisión personal.- Se le formó una sonrisa de oreja a oreja y me abrazó.
- Gracias...!- Se puso de puntitas y yo me agaché un poco, para besarlo.
Entramos a la habitación sin hacer ruido y nos sentamos en la cama, al lado del niño.
Elian me contó que se llamaba Aricin. Que lo encontró en los jardines, que estaba muero del frío y que estaba muy descuidado.
Elian se metió entre las cobijas y lo acurrucó en su pecho. Entonces Aricin dijo lo que no esperaba, pero en el fondo sabía que pasaría.
- Mama...- Se agarró de las ropas de Elian y se acurrucó más contra él, buscando calor. Elian me sonrió, invitándome a unirme al abrazo. Y así lo hice.
Después de unas dos horas, me desperté y los vi dormidos muy juntitos. Dejé un besito en la cabeza de los dos y me levanté.
Si Aricin se parece a Elian, no despertaran en otras dos horas.
Salí de la habitación y mandé a buscar a varios diseñadores y sastres. No voy a dejar que mi hijo ande por ahí con esos trapos.
Me dirigí al salón de baile, y los encontré a todos reunidos allí.
- Quiero mil trajes únicos, para un niño de seis años, de esta estatura.- Les hice la seña con mi mano y se pusieron a trabajar.
La mitad estaría lista para hoy, en la noche, y la otra mitad para mañana en la tarde.
Los dejé trabajando y subí al cuatro. Seguían durmiendo, pasé mi mano por la suave y pálida piel de mi doncel.
Abrió los ojos con pereza y me miró.
- Hm?- Dijo mientras se desperezaba.
- Perdona, no quería despertarte.- Dije y Elian se separó un poco de Aricin. Este, de inmediato, comenzó a buscar el calor que le daba Elian. Este lo volvió a acurrucar en su pecho y se calmó.
Me senté a su lado y comenzamos a hablar de sí Aricin sería varón o doncel. Normalmente, eso no se sabe sino hasta los ocho años, pero nosotros ya sospechábamos que sería un doncel.
No puedo explicarlo, pero tenía un aire delicado y algo vulnerable, que ya lo hacía lucir como un doncel.
Después de un rato se despertó y nos miró con curiosidad. En especial a mí.
- Aricin,- Comenzó Elian, mientras lo sentaba en su regazo. Aricin se agarró de la ropa, si dejarlo ir, mientras me miraba.- Que opinas de él?- Me señaló. Le sonreí.
- Papa?- Me señaló, mientras miraba a Elian interrogante, e inocente. Sentía mi cara un poco acalorada.
- Si tú quieres,- Le respondió.- Puede ser tu papá.- Sus ojitos brillaron, y los míos también, con esperanza.- Quieres que yo sea tu mamá?- La cara de Aricin se iluminó y asintió.- En ese caso, el es Brais y será tu papá, y yo tu mamá!
Aricin miró a Elian y luego a mí. Corrió a abrazarme y yo gustoso lo correspondí. Luego jalé a Elian para que se uniera al abrazo y así nos quedamos un rato más.
Unas semanas después, Aricin se acostumbró a comer en él comedor con todos, en vez de la cocina. Al parecer ya poca le agradaba mi padre, por lo que pasó dos semanas comiendo en la cocina con Elian. Porque, al parecer, no comía si no estaba él. No me molestaba, de hecho, me parecía tierno. Se había apegado a Elian como si hubiesen estado juntos toda su vida. Pero eso no me quitaba mi tiempo con Elian.
Hace unos días comenzó a dormir en su cuarto, que estaba cerca al nuestro, por si pasaba cualquier cosa.
Me he dado cuenta que no le gusta usar corbatas ni corbatines, prefiere usar collares y bufandas, como si madre, y que los zapatos formales lo incomodan, prefiere usar botas o zapatillas.
Enserio parece un mini Elian.
Alvar ha decidido hacer una fiesta de bienvenida para Aricin. Al parecer, para darle la bienvenida a la familia.
Elian no se opuso, ya que se trataba de Aricin, y si le pasaba algo a causa de eso... No dejó muy claro que me convertiría en rey mucho antes de lo esperado...
La fiesta se celebraría mañana por la tarde, aquí en el palacio.
Justo ahora, Aricin se encuentra jugando al desfile con Elian y mi madre.
Yo estoy viendo unas cosas para la fiesta de mañana. Muchas familias poderosas van a venir, paro su poder no es lo que me preocupa, sino su trato hacia mi familia. Casi todos son muy pretenciosos y no quiero incomodar a ninguno de los dos.
Mi idea es ubicar a los más insoportables lejos de la mesa donde nos vamos a sentar, pero mi padre se lleva bien con esas personas y las quiere cerca...
Lo que él no quiere entender, es que la fiesta es de Aricin, y no suya.
Estoy haciendo los cambios a sus espaldas.
Para la hora de la fiesta, ya no podrá hacer nada.
[POV Elian]

Ayer firmamos los papeles de adopción. Oficialmente, Aricin, es nuestro hijito!
Bera está más que encantada con él. Es obediente, come bien, duerme bien, es muy cariñoso y, lo más importante de todo, es que es muy alegre...
Cada vez que lo veo, ya no veo al niño desnutrido y muerto de frío.
Cuando vi que detestaba a Alvar, creo que debí reprenderlo, por sacarle la lengua al rey... Pero me pareció tan tierno, que solo le di un besito y me reí.
Por supuesto que Alvar no se lo tomó muy bien. Dijo que estábamos criando una mini bestia... Como yo. Casi lo mato.
En ese momento, Aricin se puso a llorar.
Brais tuvo que taparle los oídos, cuando comencé a insultar a su padre.
Ahora estaba ayudando a mi hijo a ponerse unos botines de cuero y satín, azules, que iban a juego con su traje.
En unos momentos, bajaremos los tres para saludar a los invitados.
El reloj de pared marcó las seis de la tarde, tomé la mano derecha de Brais y la izquierda de Aricin.
Bajamos al salón de baile y pude ver todo tipo de miradas...
Alegres, tristes, furiosas, neutrales, envidiosas, y unas raras que no supe descifrar.
Mi nene se escondió detrás de mis piernas, tenía miedo. Solté la mano de Brais, para poder arrodillarme a su altura y lo abracé.
- No pasa nada...!- Le susurré- Ellos no te pueden hacer nada, listo?- El asintió y seguí.- Siempre tendrás la protección de mamá y papá!- Puse un besito en su frente y volví a tomar la mano de Brais.
- Listo?- Le preguntó a Aricin y él asintió sonriente.- Bueno,- Se aclaró la garganta y todos los que no nos miraban lo hicieron.- Está fiesta, tiene el único propósito de celebrar a mi familia- Nos volteó a mirar y sonreí.-, en un solo mes, he logrado la meta de toda mi vida. Una familia, con la persona que amo y el angelito que adoro.- Hizo una pausa y siguió.- Está fiesta, no fue mi idea. De ser por mí, estaría jugando a las escondidas con mi hijo y esposo. Creo que sobra decir, que si algo les pasara, todos están muertos.- Mi cara se acaloró y fruncí el ceño. Como se le ocurre decir esas cosas?!
Bajamos los eternos escalones y Brais fue a hablar con unos varones. Aricin vio los postres en una mesa y me arrastró. Le dije que solo podría probar uno, hasta la cena. Eligió un pedazo de pastel de vainilla y caramelo.
Tomé el plato y fuimos hasta la mesa que me había dicho Brais. No sentamos y, mientras comía, me contó que había encontrado unas flores muy bonitas.
Me prometió que me traería unas mañana.
Luego de eso, unos varones de no más de diez años vinieron para jugar con Aricin.
No parecían malos, así que él se fue a jugar con ellos por ahí.
Uno de ellos era tan pálido que parecía un fantasma, con los ojos y el cabello, liso, negros.
El otro era más bronceado, con rulos cafés y ojos ámbar.
Me levanté y cogí el plato, para llevarlo a la cocina. Salí del salón por una de las puertas y llegué a la cocina. Todo estaba muy agitado, todo el mundo estaba haciendo algo.
Me acerqué al lava platos, lo mejor sería no darles más trabajo, y lo lavé.
[POV Brais]

Me molestó como veían, unos varones, a mí Elian. Lo estaban desnudando con la mirada, lo peor es que él no se daba cuenta.
Me acerqué a ellos y les dije.
- Los ojos delatan a cualquiera,- Los miré de arriba a abajo, que desagradables.- Elian es mío.- Caminé, unos pasos nada más, hasta el mayor.- Y creería recordar...que usted está casado, no?
- Pero usted no, verdad?- Intentó sacar el pecho, pero lo único que logró sacar, fue la barriga.- Es su prometido, pero no su esposo.
Eso me dejó pensando... Era verdad, aún no nos casamos. Pero siento como si ya lo hubiésemos hecho.
Entonces lo decidí.
Fui a buscar a Elian, Aricin me dijo que había salido a la cocina. Entonces, caminé a pasos decididos hasta ahí.
Hoy fijaríamos la fecha del matrimonio.

El camino ( YAOI )Where stories live. Discover now