8

1.3K 63 18
                                    

-¿qué ha pasado ahí dentro?- fue lo primero que Michael preguntó cuando los dos chicos salieron de la habitación de Lilith.

-A excepción de que casi le rompes el corazón a tu querida "Lil" no se a que te refieres.

Deimon se apoyó en la puerta cerrada de la habitación de Lilith, con los ojos cerrados mientras escuchaba atentamente como la chica se movía por la habitación y el sonido de ropa y muebles abriéndose y cerrándose. Michael se colocó delante de él, guardando las distancias, ya que por naturaleza ambos seres se despreciaban.

-La has consolado, la has abrazado ¿que está pasando contigo? ¿te has vuelto blando?- Deimon respondió con una seca carcajada pero no dijo nada más, seguía escuchando a Lilith en la habitación.

-¿qué es lo que sabes de ella?- Deimon dijo derepente.

-¿a qué te refieres?

-Según he podido escuchar, eras su amigo de la infancia, y ya has visto lo que puede hacer.- Deimon se separó de la puerta y se acercó un poco más a Michael mientras bajaba la voz- No mandarían a un arcángel a la tierra por nada. ¿qué es lo que sabes de ella?

Michael se quedó pensativo un rato, inseguro de revelarle a un demonio lo que sabía, pero cierto era que no sabía practicamente nada.

-Por lo que se ve, menos de lo que sabes tú- le contestó mientras se rozaba la muñeca donde hasta hace un momento había estado marcado la mano de Lilith.- No sabemos bien lo que pasó, estaban ocurriendo cosas extrañas en los alrededores de la planta donde experimentaban con Lilith. Y cuando digo cosas extrañas me refiero a sobrenaturales, crecían árboles de la nada en menos de un segundo, había inundaciones y nieve a la vez.

>>Eso era al principio, al cabo de un tiempo toda la vida de alrededor empezó a perecer y se formó un enorme desierto, jamás volvió a llover, no había una gota de agua o de vida en los alrededores, queríamos ver que era la causa de aquellos fenomenos, pero de alguna forma no podíamos acercarnos. Nos quedamos años obsevando el lugar desde lejos, la tierra parecía hacerse más aria y de vez en cuando algún vehículo salía para volver horas más tardes con lo que parecían provisiones.

>>Un día vimos como un hombre salía corriendo con una niña en brazos, no les hubieramos hecho mucho caso si no llega a ser porque momentos más tarde la planta entera explotó. No teníamos explicación alguna para lo sucedido así que decidí bajar a la tierra a ver que era lo que estaba sucediendo.

>>Cuando bajé aquí lo único que ví fue esa niña, al principio era muy asustadiza y jamás se acercaba a nadie, todos los niños la temían por la mirada tan penetrante que tenía, y que aún conserva muy bien. Decidí hacerme pasar por un niño más y hacerme su amigo, al principio me rechazo y me miraba con desprecio, pero lentamente fue cayendo en mis encantos.

Deimón soltó un bufido cortando la historia de Michael.

-Vamos, no me mires así, soy un arcangel, está en mi naturaleza.

-Como quieras, por favor, continua- dijo Deimon con desdén.

>>Me fui ganando su confianza y poco a poco nos hicimos inseparables, empecé a estudiar su comportamiento pero no hacia o decía nada fuera de lo normal, era amable con las personas que de la casa y con su padre... bueno, tú ya sabes que él no es su padre. Él la cuidaba y la quería como si fuese su propia hija, y créeme cuando te digo que jamás serás capaz de ver como sonreía cuando estaba con él, porque después de todos los años que pasé con ella, jamás sonrió a nadie como sonreía a su padre.

Deimon ignoró la punzada de celos de su pecho mientras Michael continuaba con su historia.

>>Nunca pasó nada sobrenatural a su alrededor, todo era normal, lo único extraño era que siempre llevaba esos guantes puestos y por mucho que lo intenté jamás me dejó quitárselos. Unos años después de conocerla me invitó a una fiesta pijama en su casa junto con la otra humana... Molly, ellas se quedaron dormidas rápidamente y yo aproveché para saber que era lo que ocultaba debajo de esos guantes, pero no pude. Tiré de ellos todo lo que pude, útilizé todo mi poder, pero me fue totalemnte imposible quitarle los guantes. Examiné los guantes que guardaba en su cómoda, pero no eran nada, eran guantes normales y corrientes, no entendía que era lo que estaba pasando así que cansado decidí meterme en su mente, inspeccionar sus recuerdos.

Welcome to the hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora