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Lilith se despertó la mañana del baile cuando escuchó a Deimon entrar en su habitación, abriendo las puertas de par en par sin tocarlas. Llevaba un paquete enorme que dejo sobre la cama de la chica y le guiñó un ojo mientras volvía a salir riéndose. La chica salió de debajo de las sábanas y se acercó al paquete, pero antes de que pudiese abrirlo Anna entró en la habitación.

-Tiene que bajar a desayunar y tomar su medicina señorita.

-Claro

La criada esperó en la puerta mientras Lilith se arreglaba un poco para bajar. Cuando Lilith entró en la cocina todo estaba preparado, aquel líquido negro estaba en el centro de la mesa, esperando por ella, solo con verlo quería vomitar. En la cocina no había nadie más que ellas dos y aquel asqueroso líquido negro.

-señorita ¿Dónde se encuentra su guardaespaldas?- en su voz se registraba un tono de odio al preguntor por Deimon.

-No lo sé.- A Lilith no le interesaba en lo más mínimo donde se encontraba Deimon, lo que ahora ocupaba todo su mente era aquel líquido.- Es más grande.

-¿discúlpeme?

-El vaso, es más grande ¿has vuelto ha aumentar la medicina?- Lilith se sentía morir, más líquido para beber, notaba como su bilis quería salir de su estómago.

-Sí señorita, según lo que su padre dejó escrito.- Lilith emitió un quejido y Anna la abrazó mientras que la chica apoyaba su cabeza en el hombro de la criada- Usted sabe tan bien como yo que odio que tome esa medicina, pero es por su bien, más adelante me agradeceras todo esto.

Lilith no dijo nada, se apartó de la criada y se sentó en la silla mientras cogía aquel vaso. Lilith escuchó como Anna cerraba la puerta de la cocina con llave.

-Sé que usted no se siente cómoda cuando hay gente en la habitación miestras toma su medicina.

Lilith asintió y se tomó la medicina de un sorbo, notaba aquel denso líquido bajándole por la garganta, adeheriéndose a las paredes de sus órganos, incrustándose en ellos, llenándolos, contaminando sus venas. Cada vez tenía que beber más cantidad de ese asqueroso líquido y nunca notaba mejoría en sus... poderes.

Cuando acabó de tomar el líquido se sentía incluso más mareada que las otras veces, peor aún de lo que cabía, como si todo su cuerpo estuviese cambiando. Empezaba a ver todo borroso, no escuchaba nada, solo un pitido incesante en sus oidos que le atravesaba el cerebro, se sentía caer pero sabía que no se había movido del sitio donde estaba.

Anna la llamaba desde algún lugar de la habitación pero ella no escuchaba nada. Casi inconscientemente se llevó una mano al pecho, donde estaba la marca del demonio.

-Deimon- fue solo un susurro, una bocanada de aire que luchaba por salir de sus labios formando un nombre. En menos de un segundo Deimon abrió la puerta de par en par, asustando a la criada y el demonio corrió al lado de Lilith mientras la agarraba de los hombros y la zarandeaba, pero Lilith estaba perdida en algún lugar de su mente, luchando contra aquella medicina que la estaba contaminando por dentro y no era capaz de escuchar a Deimon.

-¿Qué le has hecho?- Deimon estaba lleno de ira, se apartó del lado de la chica y se dirigió a la criada, esta temblaba llena de terror ante la mirada del demonio. -¡¿qué le has hecho?!- Deimon golpeó la pared justo al lado de la cabeza de la criada y esta chilló de miedo.

-Solo le he dado la medicina, como estaba escrito.

-¿Dónde está esa medicina? Quiero verla, quiero saber que mierda le estais dando para que ella acabe así.- La criada se puso seria y miró al demonio a los ojos.

Welcome to the hellWhere stories live. Discover now