Una alerta roja.Un juramento & una amenaza.

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Siento haber tardado tanto en publicar pero es que me volví a ir de vacaciones y esta vez mi amiga conmigo. Aquí les dejo el nuevo capítulo, no se pierdan el detalle de las nuevas apariciones :)

Besazos, gracias por esperar! <3

**********

Capítulo 11

ETTORE (P.D.V)

Abrí primero un ojo. Lo volví a cerrar.

Luego abrí el otro. Lo volví a cerrar.

'I am a monster, I am a killer..'

Abrí los dos ojos completamente, estiré el brazo y descolgué el teléfono.

- ¿Si? -Pregunté con voz adormilada.

- ¿Se puede saber dónde estás? -Preguntó Edoardo- he intentado hablar contigo desde esta mañana.. son casi las 9 de la noche, ¿me estás diciendo que estabas durmiendo?

- Si -Dije mientras fruncía el ceño y me sentaba derecho en mi habitación.

- Pues ven rápido joder, hay problemas -Dijo antes de colgar.

Dejé el móvil en la cama y fui a moverme con la intención de levantarme hasta que me fijé que había un tanga de color rojo en mi cama.

¿Qué coño? -Pensé frunciendo el ceño mientras lo cogía.

Intenté hacer memoria pero no recordaba absolutamente nada de lo que había pasado anoche. Bueno, recordaba una breve charla con Kathia y luego acercarme a una chica rubia, pero después de eso.. nada, no recordaba absolutamente nada.

¿De quién coño es esto? -Pensé mientras tiraba el tanga a la otra esquina de la habitación y me ponía en pie.

Un mareo me sacudió de arriba abajo y me obligó a volver a sentarme. Me había venido con tanta fuerza que había tenido que cerrar los ojos.

- Joder -Susurré antes de intentar volver a ponerme en pie.

Cuando iba hacia el baño, la puerta se abrió y de ella salió una chica rubia y alta con unos impresionantes ojos verdes.

- ¿Quién eres? -Pregunté frunciendo el ceño. No la recordaba para nada.

- Vaya, pasamos toda una noche juntos y nisiquiera te acuerdas de mi.. impresionante -Dijo ella con una sonrisa. Tenía un marcado acento, la chica era Alemana.

- Bueno, no me culpes a mi, culpa a la bebida -Dije con una de mis mejores sonrisas.O al menos eso esperaba, tenía un dolor de cabeza tan grande que lo único que podía hacer eran muecas.

- Por si no lo recuerdas, me llamo Gwen -Dijo mirándome de arriba abajo.

La chica era una estúpida de mucho cuidado y yo también sabía jugar a ese papel.

- No, no lo recuerdo. Es más, la noche tuvo que haber sido muy nefasta como para que yo no recuerde nada. Ahora si no te importa, lárgate de mi habitación y de mi casa, la noche ya acabó hace muchas horas y no me interesa tenerte aquí -Dije cruzándome de brazos.

- Tienes razón, la noche fue muy nefasta. Y suerte para ti que no recuerdas nada, pero yo perdí mi valiosisimo tiempo y recuerdo cada cosa de anoche. Realmente tienes mucho que aprender -Dijo guiñándome un ojo antes de salir de mi habitación.

Sonreí mientras negaba con la cabeza.

¿Mucho que aprender? por favor, yo era impresionante.

- ¡Ettore! -Gritó mi madre desde algún lugar de mi casa.

Abrí la puerta de mi habitación y gracias a mis grandes reflejos, el zapato no impactó contra mi cara.

- ¡Mamá! -Grité agachándome.

- ¿Quién era esa?¿pero por qué traes a nadie a casa? tú mi casa la respetas, ¿me estás oyendo? -Gritó mientras se acercaba a paso rápido a mi.

- Mamá, ya soy mayorsito -Me quejé cerrándo la puerta de golpe.

- Pues si tan mayorsito eres, coge tus cosas y búscate una casa para ti, ¡esto no es ningún antro! ¿me estás oyendo? ¿es este el ejemplo que le quieres dar a tu hermana pequeña? -Preguntaba ella a voz en grito desde el pasillo.

Abrí la puerta y me avalancé hacia ella mientras le llenaba la cara de besos.

- Apestas a vodzka -Gritó ella intentando apartarme.

- Mami, perdóname, no volverá a pasar, lo prometo -Dije abrazándola más fuerte mientras la cogía y le daba vueltas en el aire.

- Ettore, te lo advierto, no quiero que traigas a nadie a casa, ya eres bastante mayorsito como para saber los riesgos que eso conlleva, no puedes fiarte de todo el mundo -Dijo dándome un golpe en el hombro con la mano.

Yo no podía parar de sonreír, aunque mi madre tenía el ceño fruncido, sabía que ya no estaba enfadada.

- Mamá, solamente era una chica que conocí en el bar anoche,fue un despiste, bebí demasiado y no sé porqué la traje aquí, no volverá a pasar, lo prometo -Dije mientras le ponía mi sonrisa más encantadora.

- Adulador -Dijo mientras negaba con la cabeza y se iba de allí con una sonrisa.

- ¿Quién era esa? -Preguntó Ashley mientras se apoyaba en la puerta de su habitación.

- No era nadie -Dije mientras me daba la vuelta y entraba de nuevo en mi habitación.

- Hermanito, sabes que no debes fiarte de todo el mundo, hasta yo que soy menor que tú, lo sé -Dijo ella mientras se dejaba caer en mi cama- oh por favor, ¿eso es un tanga?¿esa tía salió sin ropa interior?

- Sal de aquí -Dije apuntándo la puerta.

- Oh que asco, me he sentado encima de vuestros gérmenes.. ohhhh lo que ha estado ocurriendo ahí toda la noche, ¡qué asco! -Dijo ella mientras se levantaba rápido de la cama- ohh, no puedo apoyarme en nada, seguramente este cuarto está completamente infestado de vuestros fluidos.. ¡que asco!

- Ashley, si no sales de aquí, te voy a estampar las sábanas esas llenas de mis fluidos en tu cara -Dije con una sonrisa angelical. Ella se encogió y salió corriendo de la habitación.

- Asqueroso -Gritó antes de cerrar su puerta.

- Siempre caes -Grité yo antes de cerrar la puerta de mi habitación con llave.

Ashley era mi hermana pequeña  de 15 años. Toda una monada, rubia y de ojos azules, alta y muy ágil, es prácticamente la gemela de Kathia, cuando ella tenía 15 años claro.

- Ayy hermanita, esperemos que nunca me hagas esto tu a mi -Dije antes de meterme en la ducha.
 **

- ¿Se puede saber donde estabas? -Preguntó Francesco antes de darme un golpe en la cabeza.

- ¿Se puede saber qué coño haces? -Grité empujándole.

- Estamos en alerta roja, ¿lo entiendes? estamos en alerta roja y mientras nosotros estamos aquí comiéndonos la cabeza y haciendo patrullas, tu estabas a saber dónde -Gritó Francesco empujándome.

- ¡Paren! -Gritó Natasha metiéndose entre nosotros.

- Como no paren ahora mismo les voy a dar tal hostia que van a sangrar por el culo -Gritó Dominico. Al momento, Francesco y yo estabamos quietos.

- ¿Por qué estamos en alerta roja? -Pregunté cruzándome de brazos mientras buscaba a Kathia en la sala.

- Hoy han atacado a Kathia -Contestó Edoardo mirándome desde donde estaba sentado.

- ¿Cómo? -Pregunté poniéndome en tensión al momento. ¿Qué habían atacado a Kathia?- ¿quién?¿por qué?¿qué querían?

- Es todo un follón -Dijo Dominico mientras caminaba por la sala- por lo que han dicho, solamente podemos pensar en una persona, pero es prácticamente imposible que sea esa persona porque esa persona está muerta, yo mismo vi el cadáver.

- ¿Qué?¿de qué están hablando?¿qué dijeron? -Dije poniéndome my nervioso.

- El tío soltó "mala hierba,nunca muere" -Dijo Gianluca.

El color se me fue de la cara, las piernas me empezaron a temblar y las manos se me cerraron en puños por la rabia.

Esas palabras.. esas palabras que habían sacado lo peor de mi. Las palabras salidas de la boca de un moribundo cabrón, un moribundo que después de dormir nos persiguió por todos lados a mi y a Kathia, que nos obligó a separarnos de nuestras familias por más de un año.

- Es imposible, quemamos su cuerpo -Dije con los dientes apretados.

- Sabemos que es imposible, no quemaron el cuerpo hasta las cenizas, por eso cuando lo encontramos y comprobamos que estaba muerto, le enterramos.. es imposible que sea Alex -Dijo Natasha.

- ¿Dónde está Kathia? -Pregunté. Necesitaba estar con mi prima, sabía que ella estaría muerta de los nervios.

- Está en su habitación, está muy estresada, Mel está con ella -Dijo Dominico.

- ¿Qué clase de patrullas están haciendo?¿a quién buscan?¡joder,cuéntenme! -Grité perdiendo los papeles.

- Si hubieses respondido el teléfono desde la primera vez que te llamamos, ahora no estarías haciendo estas putas preguntas -Dijo Francesco desde el otro lado de la habitación.

- ¿Sabes? yo también tengo una puta vida -Grité acercándome a él.

- Yo también la tengo, pero prometimos que esto sería lo primero y lo primero ha sido siempre. Dejastes todo por esto, por salvar a tu familia... ¿qué coño hacias que no podías coger el teléfono?¿y si hubiesen matado a alguien?¿cuándo te habrías enterado? -Gritó agarrándome por el cuello de la camisa.

- No sé que estaba haciendo, no me acuerdo -Grité, antes de que pasase nada más, Dominico nos separó y nos dio una cachetada a los dos.

- Que sea la primera y última vez que se pelean en mi casa, bajo mi techo, ¿me están oyendo? -Gritó mirándonos a los dos.

- Si -Respondimos los dos bajando la mirada.

- Joder, sois primos, Francesco, da igual lo que haya estado haciendo, no siempre se puede estar disponible -Dijo- y Ettore, esta vez lo perdonamos, pero no puede volver a pasar, las cosas se están poniendo feas, tienes que estar siempre disponible a partir de ahora, hicistes un juramento y tienes que cumplirlo.

- Lo sé -Dije levantándo la mirada y clavándola en la de él.

FLASHBACK

Caminé por el pasillo de piedra con los pies temblorosos, estaba sudando a chorros y eso que en aquella especie de cueva hacia frio.

- Tranquilo -Dijo Gianluca dándome un golpe en la espalda- pasará en un momento. Mira a Kathia,ella está muy tranquila.

Me giré hacia ella y ella me miró. La podías ver caminando muy recta, pero tenía una mirada asustada e inquieta. A los dos nos asustaba lo desconocido y aquello que ibamos a hacer era algo completamente desconocido para los dos.

- Ya hemos llegado -Dijo Francesco antes de que entraramos en una gran apertura en la cuál habían pequeñas luces alumbrando a cuatro personas sentadas en la mesa del centro, alrededor habían más de cincuenta personas. Todos tenían capuchas y no se les podía ver la cara, aunque no hacia falta, Kathia y yo conociamos a todas aquellas personas como la palma de nuestra mano.

En ese momento se oyeron más pasos y al otro lado de la cueva, apareció Mel.

Uno de los que estaban sentados en la mesa del centro se levantó y cruzó los brazos delante de él.

- Bienvenidos todos -La voz retumbó por toda la cueva y me hizo temblar interiormente. Tenía 16 años y estaba cagado de miedo y eso que conocía a todas las personas que habían allí dentro- hoy, vamos a admitir en nuestra gran familia a tres nuevas personas.

Una segunda persona se levantó y se acercó hasta nosotros. Era Natasha, la madre de Kathia, mi tía. Pero no nos miraba como si fuesemos su hija,su sobrino y la mejor amiga de su hija, nos miraba como si fuesemos personas desconocidas a las que no les importaba lo más mínimo.

- Esta noche estáis aquí para pasar a formar parte de algo más grande que vosotros mismos, vais a formar parte de algo que se creó hace muchisimos años, algo que es un secreto a voces, algo que no se ve, pero que se siente en Italia, algo que no se sabe a ciencia cierta, pero de lo que todo el mundo habla. La mafia Italiana es un mito, un mito que tiene muchas pruebas para ser real, un mito del que todo el mundo habla, pero al que nadie nunca ha llegado a conocer realmente y los que lo han hecho, no están vivos para contarlo.

Una tercera persona se levantó y se acercó a nosotros. Mi padre.

- ¿Prometeís esta noche aquí delante de absolutamente toda la mafia Italiana, que dareís vuestra vida por la familia?

- Si, lo juramos -Dijimos nosotros tres a la vez.

- ¿Prometeis esta noche aquí delante de toda la mafia Italiana, que seremos lo primero para vosotros como vosotros sois lo primero para nosotros?

- Si, lo juramos -Dijimos.

- Ahora, ha llegado el momento de la acción que cerrará el trato -Dijo Dominico mientras cogía una copa y se acercaba a nosotros.

La miré asustado. Había leído libros y había visto películas como para saber lo que venía a continuación. Algo de lo que nadie nos había hablado que pasaría.

- Cortad la palma de vuestra mano y dejad que caer la sangre aquí, vosotros tres tendreís que beberla -Dijo mi padre.

Kathia fue la primera en avanzar y coger la navaja que le tendía su propia madre y cuando estaba apunto de cortarse, todo el mundo comenzó a reírse.

Alzé la vista y las clavamos en todos ellos.

- No me puedo creer que se lo hayan creido, pero bueno, siempre se lo creen -Dijo Dominico mientras le quitaba la navaja a su hija y se empezaba a reír.

- ¿Quereís decir.. que esto no es real? -Preguntó Mel tragándo saliva.

- Exactamente, por favor, cuando naceís en la mafia, no teneís que hacer ninguna promesa de sangre, actuar para la mafia son valores que se inculcan y esto es solamente una broma, enserio Mel, podía oír tu corazón latiendo con fiereza -Dijo mi padre riéndo.

Malditos cabrones -Pensé enfadado y aliviado a la vez.

- A todos nos hicieron lo mismo -Dijo Edoardo antes de abrazar a una indignada Kathia.

FIN DEL FLASHBACK

- El juramento que hice, no era de verdad -Dije.

- No, el juramento era de verdad, es algo que todos prometemos en voz alta, lo demás era solamente una broma -Dijo Natasha con una sonrisa.

- Me voy con Kathia -Dije mientras iba hacia la puerta.

- Si, mejor que vayas con ella -Dijo Natasha- ahora te necesita. Necesita mucho apoyo, está muy asustada.

Asentí.

- ¿Entonces quieres saber a quién estamos buscando? -Preguntó Francesco.

Me paré en seco y me giré.

- No, no hace falta -Dije con la rabia contenida en la voz- se exactamente a quien estamos buscando y por su bien, espero que no se aparezca delante de mi, porque le partiré las piernas.

- Lo mismo digo -Dijeron ellos dentro antes de yo cerrar la puerta.

Necesitaba relajarme si quería ver a Kathia, pero es que el solo pensamiento de lo que había pasado me enfurencia. Habían usado las últimas palabras de Alex para hacernos llegar un mensaje, y solo había una persona que sería capaz de revivir a un muerto por sus trabes mentales y ese alguien era su propio padre, Mauro.

Rompiendo las reglas #2: WarriorOù les histoires vivent. Découvrez maintenant