30. "rutina diaria"

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Harry salió del instituto cuando el timbre sonó anunciando el final de la jornada, aferró su mochila a su espalda y con paso firme comenzó a caminar por la vereda; podía escuchar los miles de murmuros que se escuchaban de los estudiantes al salir por el gran portón. ignoró a todos y tomó asiento en la banca para esperar el autobús.

—Muy pequeño el mundo es... muy pequeño el mundo es.

Comenzó a cantar en voz baja esa tonta canción que su madre solía cantarle, sonrió nostálgico ante el recuerdo y sacudió su cabeza. ya habían pasado exactamente media hora de que estaba esperando el jodido autobús y todavía no daba señales de aparecer, mordió su labio con nerviosismo; su padre se enojaría si llegaba tarde a casa.

Suspiró resignado y se levantó para emprender su largo camino a pie. caminaba con cansancio mientras pateaba una lata de cerveza para matar su aburrimiento, el sol ya se había escondido cuando harry llegó a la puerta de su casa. Sacó la llave debajo del tápate y entró cerrando con seguro la entrada. olía a alcohol. su padre estaba en casa.

—¡Harry puto idiota! ¿DONDE ANDABAS, JODIDA MIERDA?

Su padre apareció con una botella de cerveza por la puerta principal asustando al pequeño harry, los nervios del rizado se tensaron y retrocedió unos pasos buscando alejarse de su progenitor.

—Se me hizo tarde padre... n-no volverá a pasar—dijo temeroso.

—¡CALLATE MALDITO BUENO PARA NADA!—gritó enojado.

El padre de harry se acercó peligrosamente al menor y lo tomó del brazo con brusquedad ganándose un chillido de dolor por parte de el, lo arrastró hasta la cocina y le mostró el plato vacío que reposaba sobre la mesa.

—Te dije que cuando regresara  quería ver un plato de comida en la mesa...  y que es lo que encuentro... ¡NADA MIERDA!

Harry gimió de dolor cuando un fuerte golpe llegó a su estómago, rogó a su padre por que se detuviera pero como siempre estaba demasiado ebrio como para compadecerse de su hijo, otro golpe salvaje llegó a sus costillas haciéndole perder el oxígeno que tenía en sus pulmones. las lágrimas se hicieron presente en su rostro.

—P-padre por favor... no volverá a pasar yo... detente.

—¡CALLATE!

Otro golpe llegó a su rostro, su padre lo estrelló con fuerza contra la pared logrando que su espalda resonaba por toda la cocina, tomó su cuello con la intención de asfixiarlo. Harry se asustó ante los movimientos del hombre, aún con su vista nublada, por las lágrimas que no dejaban de correr por sus mejillas, pudo divisar la botella de cerveza que su papá había olvidado sobre la alacena.

—N-no respiro padre—dijo desesperado sacudiendo su cuerpo.

Su padre sonrió cínico y apretó más su agarre espantando a harry quién ya estaba por desmayarse ante la falta de aire en su cuerpo, estiró su brazo izquierdo y logro tomar la botella que en un movimiento rápido estrelló en la cabeza de su padre.

—¡AH MIERDA!... IMBÉCIL TE MATARÉ.

Su padre gimió de dolor agarrándose su nuca, harry aprovechó el momento para tomar una gran bocada de aire y soltarce del agarré de su padre. Corrió lo más rápido que pudo escaleras arriba hacia su habitación cerrando la puerta con seguro. los golpes en la puerta de su padre diciéndole que lo iba a matar hacian que los nervios de harry no se fueran, pero el rizado sabia que solo tenía que esperar hasta mañana. mañana siempre mejora. Su padre ya no estará más borracho y no lo golpearía.

Colocó sus manos en sus oídos y se sentó junto a la ventana para mirar las estrellas en el oscuro cielo, volvió a tararear aquella vieja canción hasta que sus ojos pesaron y se cerraron por si solos.

Nenita; larryWhere stories live. Discover now