Capítulo Ocho - ¡Final!

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Lunes


Entré a la escuela con unas gafas. Mis ojos estaban hinchados de tanto haber llorado. Caminé por el pasillo sin mirar ni hablar con nadie. Sólo me detuve a la altura del grupo de snoobs de Marie. Ella estaba riendo con alegría, olvidando lo sucedido la noche anterior. Miró en mi dirección durante un instante y volvió a reírse de algo que le había dicho Keira. Yo seguí con mi camino.


Primera hora, con el Sr. Lopalkis.


Cuando estuve delante de mi casillero, puse los dígitos de la cerradura y la abrí con lentitud. Dentro estaban mis libros de Aritmética, Inglés, Español y... una carta con mi nombre, doblada perfectamente. La tomé entre mis dedos y la atraje hacia mí. No era necesario ver de quién era, porque era demasiado obvio. Suspiré cansada. Todavía no entendía por qué lo había hecho, pero al confesar que estaba perdidamente enamorado de mí... sólo me hizo sentir confiada un poco más en mí misma.


La abrí lentamente para ver su caligrafía en ella.


Amanda:

Sé que no hay palabras suficientes para disculparme por haber cometido un hecho imperdonable para una mujer como lo eres tú. Sé que te hice llorar, sé que te hecho desvelar la última noche, sé que tú también estás enamorada de mí y sé muchas cosas más sobre ti.

Sólo pido que des una última oportunidad a esta atracción que hay entre nosotros. Diré que cometeré errores, te haré enojar y otras tantas cosas estúpidas que hago, pero te prometeré que nunca te faltaré el respeto hacia tu persona o alguna otra cosa. No de nuevo.

Si me das el derecho, te haré la mujer, digo, adolescente-mujer más feliz del mundo.

Erick.

 

La leí, por lo menos, cinco veces más, tratando de asimilar su contenido con lo sucedido la noche anterior. La estreché contra mí y la abracé, como si fuera él. Pude olfatear el aroma de su colonia masculina. Y que tanto me gustaba. Antes de cerrar mi casillero, tomé mis libros de Español y Literatura Inglesa y lo cerré.


Tal vez no todo estab...


—Disculpa —dijo una voz detrás de mí—. ¿Sabes dónde puedo encontrar la clase de Canto? Creo que es con el profesor Loplakis.


Me volteé lentamente para mirar el rostro de Erick, sonriendo y un poquito demacrado. De seguro igual al mío. Ja, ja, ja. Parpadeé varias veces debajo de los anteojos, negándome a llorar de nuevo y solo me limité a sonreírle con alegría y agradecida de que pudiera aclararme las ideas durante toda la noche.


—Es que... —se rascó la cabeza, pensando en una excusa— soy nuevo, y me anoté en las clases de Canto porque me enteré que allí hay una soprano bellísima —reí.


—Un gusto...


—Erick. Erick McNair.


—Un gusto Erick McNair.


—¿Y cuál, de seguro, es tu bello nombre? —miré hacia un costado, evitando que viera mi sonrojamiento.


—Amanda Harrison, la soprano más codiciada de la preparatoria. Canté ayer por la noche, en el Baile de Primavera, y creo que estuve genial —reí junto a él.


—Puedo apostar a que sí. Pero... ¿me ayudarías a llegar a la clase? —miró un reloj invisible, en su muñeca derecha—. ¡Ups! Ya está por empezar la clase y no sé dónde queda...


—Con gusto te acompaño, yo también tengo que ir allí.


—Entonces será un gusto conocerte durante el trayecto, Amanda —me tomó de la mano, mientras caminábamos por el pasillo.


—Sólo una pregunta, Erick McNair —él asintió, dispuesto a contestar.


—Dime —y me miró, haciendo que me derritiera en mí interior.


—¿Algunas vez alguien te convenció para enamorarte? —él rió profundamente, generando en mí las intenciones de abrazarlo.


—¡Claro! En menos de siete días, convenció a mi cerebro y corazón de que ella es más que perfecta para mí.


—Debe de ser una adolescente-mujer muy feliz.


—Ni dudes que lo será —y entrelazamos dedos.


Bueno, por lo menos, esto iba a ser el comienzo de mi historia. La que estaba teniendo con Erick, el chico que, tal vez me hizo pasar un mal rato, pero que, sin embargo, confesó que su corazón estaba entregado a mí, igual que el mío hacia él. Agradecí interiormente, por estar con él.


Esto era mucho más que perfecto.


Y colorín, colorado, está historia mía, por fin se ha terminado.

2. Cómo convencerlo de enamorarse en 7 días - Trilogía 7 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora