Hablando en Silencio

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Se le encogió el corazón al verla alejarse de él después de haberla besado, la necesitaba cerca, ahora más que nunca.

Desconocía el porque de la actitud de su amada hacía él ¿Por qué lo despreciaba tanto? ¿Por qué lo alejaba de ella?

De repente su mente comenzó a darle respuestas que le hacían sentirse realmente miserable.

"No hiciste nada"... "No la buscaste" ..."Fuiste un ingenuo"

Cada frase y otras más hacían eco en su mente, odiaba esas palabras, no podía con ello, decidió ir a por Ran, pero una fuerza mayor lo sujetó del brazo impidiéndole hacer el acto.

Shinichi enfurecido, se giró rápidamente para ver quien se había atrevido a detenerle.

—Tú...

—Sabía que harías algo estúpido —Dijo Ryan sin soltar a Shinichi.

—Suéltame, debo ayudar a Ran-Dijo el detective del Este.

—¿Ayudarla? —Ryan se rió por el comentario del ojiazul —Muchacho, creo que la ayuda la necesitarás tú.

—¡¿Qué?!...

—Deja a Ran, en estos momentos solo serías una molestia para ella-Le interrumpió el rubio soltándole del brazo— es bastante fuerte e independiente.

—¡Debo protegerla, te recuerdo que tú también me lo dijiste!-Gritó el detective del Este.

—Eso era para despertar tus sentidos, nada más, te veía bastante perdido y es por eso que te lo dije , sabía que esas palabras te despertarían —Dijo Ryan tranquilamente con los brazos cruzados.

Shinichi miraba a Ryan con ira, llegaban momentos en los que podía comprender el sentimiento de un asesino.

—Vamos dentro, tenemos trabajo —Sentenció el rubio mientras abría la puerta para volver a entrar.

El ojiazul sin decir ni una sola palabra, entró junto a Ryan a la sala para obtener la información necesaria de aquel con el nombre de Jou.

Ryan le envió un mensaje a la karateka para que supiera quien era el tipo que había atrapado la rubia.

El miembro que ha cogido Vemouth es Jou

Ryan

—"Bien será mejor que empecemos"-Pensó Ryan mirando al miembro de la organización —"Maldita escoria"

Aquella mujer, de ojos violáceos, extremadamente delgada pero en buena forma se aproximaba a la sala en la que estaban sus familiares y amigos.

Sabía que Ryan no le obedecería y haría que el ojiazul de una manera u otra, se metiera en el trapo, pero ella no lo permitiría, era su misión y de nadie más, no pensaba contar con el agente.

Caminaba en silencio en aquel largo pasillo de la base con la mirada oculta bajo aquella gorra de color negro, ese tono le parecía bastante atractivo pues sus enemigos nunca verían en ella el rojizo liquido de la sangre.

La karateka decidió olvidar lo que le había sucedido con el ojiazul, tenía pensado su siguiente movimiento ya que ella a través de un mensaje de Ryan, supo que el miembro atrapado por Vemouth era Jou.

La retorcida mente de ese hombre, guardaba bastantes secretos y solo había una manera de sacarle la información.

—"Me parece que mi querida amiga va a tener que cooperar" —Pensó Ran mientras caminaba.

Mientras tanto en aquella sala de la base, un escalofrío recorrió la espalda de la científica quien en estos momentos se encontraba sentada junto al profesor Agasa.

—¿Qué te ocurre, Shiho? — Preguntó Agasa al ver a la científica encogerse.

—Ah, no es nada, solo que hace un poco de frío aquí —Respondió forzando una sonrisa.

—¿Tienes frío? Vaya, pues yo tengo calor —Dijo Sonoko ventilándose con la mano.

Algo que no había pasado desapercibido por la chica Suzuki, era el silencio y la mirada llena de preocupación de Kazuha, desde que el moreno se había ido, ella no había dicho ninguna palabra.

—Kazuha ¿Estás bien? —Preguntó Sonoko — Estás muy pálida

—¿Eh? — Kazuha giró su rostro hacia Sonoko —Si, estoy bien

—Sé que estás así por tu novio, mujer no te preocupes tanto —Dijo Sonoko sonriendo con picardía.

—¡Que no es mi novio! —Se sonrojó la de la Coleta, suspiró- Solo es que todo esto...

—Entiendo pero creo que... —Le transmitió una sonrisa tranquilizadora —Todo saldrá bien

—Eso espero...Gracias Sonoko —Agradeció Kazuha.

De repente el pomo de la puerta comenzó a girar llamando la atención de todos los presentes, no podían evitar sorprenderse al ver quien entraba de nuevo en el lugar.

—Hija —Dijo su padre poniéndose de pie.

—Ran... —.Dijo su madre haciendo el mismo gesto que Kogoro.

A diferencia de ellos, la karateka mostró total indiferencia, pues tal como entró fijo su mirada en Shiho Miyano.

—Tenemos que hablar, Miyano —Dijo la karateka secamente.

—¿Conmigo? —Arqueó una ceja Shiho.

Sin dar respuesta, Ran salió del lugar diciéndole a la científica con la mirada que la siguiera, ésta captó el mensaje, se levanto para luego salir del lugar cerrando la puerta de la sala, dejando a todos dubitativos.

Shiho una vez fuera, observó a la karateka quien en estos momentos estaba de espaldas con las manos en su cintura.

Un silencio torturador para la científica yacía en el lugar, quería saber lo que Ran iba a decirle.

—Mouri yo...

Quizá cometió un error. Quizá debió esperar, pero también quiso saber en aquel solitario pasillo el motivo de su llamado.

—Necesito que hagas algo- Dijo finalmente Ran.

—Hacer que...

Suero de la verdad, eres científica y según tu experiencia junto a los hombres de negro, para ti hacerlo sería bastante fácil, necesito que lo hagas porque tenemos a un hombre que como es de esperar, no nos dirá nada.

—¿Y por qué precisamente quieres que te ayuda yo? —Dijo Shiho.

—No es la primera vez ¿Recuerdas? —Se giró Ran hacia Miyano.

—Pe...

—Si consigo información por parte de este miembro, iré un paso más adelante. Mi trabajo es consecuencia, como verás algunos de los discípulos de la organización, sienten hostilidad hacía mi persona y es por ello que estarán esperándome en cualquier lugar de Japón-La interrumpió Ran- Debes hacerlo

—¿Y si no quiero hacerlo,Mouri?

—Oh si que lo harás, Sherry-Dijo la karateka entonando la última palabra para luego girarse y caminar haciendo que ésta apretara los dientes—Muévete

A pesar de haber querido rechistar, no pudo hacerlo, sabía que el negarse sería una mala elección, decidió hacer voto de silencio y seguir a la karateka.

—¿A dónde me llevas? —Preguntó la científica

—Necesitarás un laboratorio ¿No es así?- Replicó la karateka sin mirar a Shiho

—"No me queda otra" —Pensó Shiho.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now