Otro Pasado

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En la ciudad de Osaka, Heiji Hattori discutía como de costumbre con su amiga de la infancia Kazuha Toyama, era la rutina de todos los días.

—Pero Heiji, ella nos ha invitado a su casa ¡¿Por qué quieres que nos hospedemos en la casa de Kudo?!—le gritó la chica, exasperada.

—Quédate tú con ella si quieres, idiota, yo necesito comentar unas cuantas cosas con Kudo, así que me quedare en su casa. Eres una pesada..—dijo Heiji, cansado de tanto soportar los gritos de Kazuha—. Y deja de ser tan chillona, acabaré quedándome sordo por tu culpa.

Éste se cansó de discutir, así que decidió ignorarla, acelerando el paso.

—E-Espera Heiji, no vayas tan rápido—corrió detrás de él para alcanzarlo.

                                                                                ♤  

En la mansión Kudo, Yukiko hablaba sobre los planes que tenia para mañana, quería hacer una cena para invitar a Ran, aprovechando la visita de los de Osaka. Ella supo de la llegada de la violácea mediante las palabras de Shinichi, quien desde que se había enterado de su llegada, solamente se había dedicado a visitar la agencia para poder hablar con ella, algo que nunca pudo conseguir. La ex actriz no nunca había llegado a comprender la actitud de rechazo de la karateca, ni mucho menos el motivo por el cual había decidido marcharse hacía cuatro años.

Es por ello que organizaba esta fiesta, era necesario interferir.

—Yukiko, no creo que sea buena idea que hagas esto, no debemos meternos en estas cosas—su marido no estaba de acuerdo con el plan que llevaba a cabo su esposa.

—Pero tenemos que hacer algo Yusaku—repicó, no pensaba dejar las cosas de esta manera—. Llamare a los Mouri para decirles que vengan, es la oportunidad perfecta.

«Esta mujer no cambiará nunca». Pensó el escritor, dándose por vencido.

De repente alguien tocó el timbre.  Yukiko se dirigió a la puerta para comprobar de quién se trataba. Cuando abrió, frunció el ceño, pues no era alguien que, precisamente, le hiciera ilusión ver.

—¿Está Kudo?—preguntó Shiho Miyano.

—Sí, pero... ¿No crees que es un poco tarde?

—Es solo un momento, necesito hablar con él. ¿Podría ser tan amable de decirle que venga?—le pidió con su típico semblante serio.

—Espera aquí, ahora le llamo—y cerró la puerta en las narices de la chica. Luego, subió las escaleras para ir a la habitación de su hijo mientras murmuraba unas cuantas palabras—. No soporto a esa Shiho.—Y era cierto, de alguna u otra manera, la joven científica, nunca había llegado a agradar a la ex actriz. No sabía por qué.

Cuando llegó a la puerta del cuarto de Shinichi dio dos suaves golpes.  Al ver que su pequeño ojiazul no contestaba, tomó la decisión de abrir la puerta. Después de todo era lo que habría hecho cualquier madre ¿No?

—Shin-Chan ¿Estás dormido?—preguntó cuando lo vio tumbado en su cama, teniendo los párpados cerrados.

—No.

—Ha venido a verte, esa chica, Shiho—le informó de mala gana.

—¿Qué quiere a estas horas?—suspiró

— Si no te apetece bajar, puedo decirle que estás dormido, y que vuelva otro día.

—No, da igual, dile que ahora bajo—respondió mientras se sentaba en su cama—. Gracias mamá.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now