Esto Solo Era El Principio

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—¡Aaahhh! por favor ¡No! —Suplicaba gritando de dolor al recibir varios latigazos.

—¡Aaaahh!

—Lo siento, son ordenes del jefe —Dijo sonriendo de forma maliciosa aquel hombre con su rostro cubierto.

La doble de Ran en la noche del reencuentro llamó a uno de sus compañeros en una cabina de las afueras de Tokio ya que no podía moverse por el disparo de Ran.

A pesar de haber llevado un chaleco antibalas, estaba completamente segura de tener algo roto por recibir un disparo con aquella escopeta a corta distancia. Lo que mas le había sorprendido es que la había disparado con una sola mano.

Un hombre de escalón bajo para la organización recogió a la doble de Ran en el lugar nombrado anteriormente, eran varios los que tenían a su disposición ya que eran personas aparentemente normales pero enfermas de corazón

Son personas que disfrutan viendo a los demás sufrir, para ellos eso era vivir con placer, sobre todo porque ganaban dinero por cada uno de los trabajos que se les ordenaba.

La doble de Ran, sabía que esto le iba a suceder, que iba a recibir su castigo, el no cumplir con su misión fue algo que le dolió demasiado, odiaba a la verdadera Ran...Demasiado.

El teléfono de aquel hombre empezó a sonar haciendo que la doble de Ran le mirará con un ojo cerrado por el dolor.

—Si —Respondió a la llamada —Ah, es usted.

Miró a la doble de Ran para luego poner el aparato en su oído mientras ésta le miraba con la duda en su rostro.

—Quiere hablar contigo... —Dijo aquel hombre en tono seco.

—S-S-Si —Su voz se notaba temblorosa.

—¿Has aprendido la lección? —Preguntó sin esperar la respuesta de ésta quien en estos momentos el dolor no le permitía decir mucho—Te daré un oportunidad y será la última.

Mientras todo esto sucedía, en la mansión Kudo una de las miembros más temibles contemplaba el cuerpo de John en el suelo.

Aquella mujer con la ira a flor de piel, mando un mensaje a su jefe para confirmar el fracaso de la misión de éste.

Al enviar el mensaje a su jefe, ordenó a sus hombres a quemar la casa y dejar la figura del león para luego marcharse del lugar, tenía clara su venganza, esto iba a ser la guerra.

Yaiko al marcharse del lugar no se había percatado de que Vermouth la vigilaba sigilosamente.

Vermouth iba a seguirla pero vio a dos más por la zona, presas fáciles, no podía luchar contra Yaiko ya que en la lucha la morena era mucho más fuerte que ella. pero en el disfraz nadie la superaba.

Se acercó a la casa para luego adentrarse al lugar disfrazada, los hombres al percatarse de la presencia de la mujer se quedaron confusos al verla de nuevo pues según la morena, tenía un trabajo que hacer.

—¿No tenías que irte?—Se atrevió a preguntar uno de ellos mientras tiraba un cerilla provocando el nacimiento de las llamas.

—¿A dónde tenía que ir?—Replicó con otra pregunta ya que si éstos sabían algo de su enemiga estaría a un paso adelante.

—P-Pues hoy—El sonido de su móvil lo interrumpió, lo sacó para atender a la llamada.

—Escúchame, cuando acabéis con eso, el jefe quiere que vayáis a ese lugar—Informó una voz femenina

—¿Quién eres?

—Idiota quien voy a ser, ¡¿te estás burlando de mi?!—Se enfureció esa persona.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now