Ryan James

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La noche había transcurrido con normalidad.

Los primeros rayos del sol atravesaron la pequeña ventana de la habitación de Ryan. A diferencia de algunos, él no llegó a dormir, se quedó toda la noche despierto, pensando en cuál podría ser el código de esa tarjeta de memoria, sabía que John era un miembro de la organización que tenía bastante información fundamental que podría llegar a ser de gran utilidad en esta investigación. Por ello, Ryan siempre lo había tenido en el punto de mira.

Aunque, más que nada también se debía al enorme odio que sentía hacía él debido a varias razones que le había hecho sufrir en pasado.

Ryan era un agente secreto que trabajaba para la CIA, estaba  actualmente casado con Mary James, tenía dos hijas; Jazmin y Jessica. 

Sí, tenía una familia con la cual vivía plenamente feliz, pero que desgraciadamente no había podido volver a ver desde que había sido secuestrado. También estaba Sarah, su hermana pequeña, quien lamentablemente había sufrido su mismo destino, siendo otra víctima de los miembros de aquella organización. 

Sarah para el pesar del agente, con paso del tiempo no había podido soportar las torturas, así que sin haberlo deseado, había acabado apagándose, lentamente delante de Ran y  Ryan, sin que pudieran hacer nada por ella.

John había sido uno de los individuos que había tenido la osadía de pisar el cuerpo de su hermana en frente de sus propios ojos. Ryan durante aquel entonces tuvo la impotencia recorriendo todas las partes de su cuerpo. Y por su fuese peor, ni siquiera había podido actuar para defender el cadáver de la chica.

Odiaba recordar ese sucedo, pues era insoportable y tortuoso:

«— ¡Sarah! ¡Sarah! ¡Sarah!—gritaba una y otra vez, desconsolado.

— ¡Sarah, vamos no debes rendirte!—esta vez era la karateca quien llamaba a la chica con desesperación.

—L-Lo sien...—fue lo único que pudo decir en su último suspiro.

— ¡No!—Ryan intentó acercarse, pero su cuerpo estaba demasiado débil, no podía moverse. Cuánto le hubiera gustado estar en su lugar, le dolía ver que alguien tan joven tuviera que morir  de esta manera.

Justamente, en aquel instante, la puerta se abrió, dejando ver a un hombre alto, piel oscura, ojos verdes y con el pelo recogido en una coleta.

Se acercó al cadáver de la chica y le tomó el pulso, chasqueó la lengua por la perdida. Luego, sacó el móvil del bolsillo, teniendo la intención de informar sobre dicha muerte. Ryan apretó los dientes con fuerza cuando escuchó a John decir que vinieran a recoger el cadáver de Sarah para arrojarlo al río « Desgraciado». Pensó enfurecido.

Vaya, es una pena. Era uno de mis juguetes favoritos, me encantaba escuchar sus lamentos—dijo, simulando tristeza, pero fue cambiada rápidamente a una maliciosa. Miró a los dos presentes—. Al parecer tendré que conformarme con alguno de vosotros dos. 

—Juro  por el nombre de  mi hermana que me las pagarás, basura—Ryan lo amenazó.

Que manera más directa de decirme que quieres ser el siguiente amigo...John recibió un chasquido de lengua como respuesta, por parte del rubio—. Bien si así lo deseas.

—Dais asco—Ran estaba rabiosa.

¿Tú también?—el miembro de la organización, fingió asombro—. Estupendo, será un placer daros unos cuantos latigazos cada día.—No pudo evitar carcajearse.

Esto no va a quedar así John, prometo vengarme—gruño el agente mientras era levantado por dos miembros de la organización.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now