No° 14. Casi.

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Doble D recuperó la voz conforme los días fueron pasando. No hubo vez en la que Kevin no se presentara en el hospital para hacerle compañía, a veces acompañado por Nazz o Nathan. Los días pasaron rápido, y aunque cada vez se le hicieron más frustrantes a Doble D, siempre tuvo a Kevin con él para ayudarle.

Más de una vez Kevin se quedó a dormir, y más de una vez despertó extrañado al no sentir a Doble D a su lado. Éste había tomado la costumbre de levantarse a mitad de la noche y salir al pequeño balcón que había en su habitación, a mirar las estrellas. Por lo general, Kevin le preguntaba qué hacía y él se volvía sonriendo, diciéndole que nada especial y regresando a la cama. Pero hubo una noche, una en la que las estrellas estaban especialmente brillantes, en la que no contestó, quedándose parado y muy quieto. Kevin se levantó y caminó hacia él, sólo para descubrirle llorando, otra vez. Ya acostumbrado, sólo le abrazó y besó, preguntándole qué era lo que pasaba ahora.

-Piensa que... mis padres sólo han venido una vez a verme –contestó él, escondiendo la cabeza entre los brazos de Kevin.

El tema de los padres de Doble D era complicado, ellos no podían hacer mucho para estar constantemente con él. Aunque, de alguna forma Kevin lo sabía, podrían haberlo ido a visitar más seguido.

-Calma –le dijo-. Volvamos a la cama –en realidad no podía hacer mucho más que abrazarlo y consolarlo-. Yo estoy aquí contigo.

Con eso Doble D se calmó y volvió a la cama, para quedar rápidamente dormido. Kevin estaba al tanto de que a él le dolía la situación con sus padres, pero esa actitud por su parte fue tan repentina, que a la mañana siguiente le preguntó si pasaba algo sobre eso. Sorprendentemente, él no recordaba nada. Así Kevin supo que fue culpa de la fiebre.

Desde entonces trataba de cuidarlo más a la noche.

Por el resto, toda su estadía en el hospital fue normal, a excepción de cierto día, en el que recibió una nueva visita. Estaba acostado con Kevin, concentrado en verlo a éste jugar un videojuego en su ordenador, cuando tocaron la puerta. Kevin levantó la mirada, la cual de inmediato se convirtió en una mueca de disgusto. Intrigado, Doble D siguió los ojos de Kevin, para encontrarse con Eddy parado en la puerta, y la cabeza gacha.

-Do... Doble D, hola... ¿Me permites hablar un momento?

-No, no quiere –empezó Kevin, antes de que él pudiera decir algo.

Edd se levantó de la cama, ignorándole por completo.

-Eddy... qué sorpresa –dijo.

-Vete.

-Kevin, basta –Doble D se volvió a Eddy-. ¿Hay algo de lo que quieras hablar?

-Yo... bueno... Quisiera... Disculparme.

-Muy tarde –Kevin se levantó de la cama con un violento gesto, haciendo a Doble D asustarse por lo que pudiera pasar e interponerse en su camino.

-Kevin, calma. Preferiría que esperaras afuera, ¿bien?

Al principio él se rehusó, pero tras unas palabras y unos ojos brillantes por parte de Doble D, acabó resignándose y caminando con los puños apretados fuera de la habitación, y luego sentándose en la puerta, refunfuñando por lo bajo, como siempre hacía.

Más calmado, Doble D se sentó en la cama y Eddy en una silla que había a su lado, y tras unos momentos de silencio, éste le dijo, con voz arrepentida:

-Doble D, debes perdonarme... -su voz era un susurro-. Fui un idiota... Al principio pensé que lo que decía estaba bien..., pero... después pude pensarlo y no debí pedirte que me ayudaras con mi venganza contra Kevin... No fue justo.

You Got Something I Need. {YAOI, Español}. KEVEDDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora