Atrapados en el pliegue

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Atrapados en el pliegue

Abrí los ojos, miré a mi alrededor, ¿dónde estaba? Me incorporé despacio, el suelo era de piedra gris y húmeda, la habitación estaba vacía, varias antorchas iluminaban el lugar. Busqué una salida; vi una puerta, se encontraba abierta; observé cautelosa de nuevo a todos lados; ¿dónde se habría metido Enelot? Lo único que recordaba era que habíamos traspasado como una especie de túnel dimensional.

-           (Tengo… tengo que salir de aquí).- me dije acercándome a la puerta algo temblorosa.

Caminé a tientas sin saber a dónde me dirigía, oía el susurro leve del viento que parecía colarse de la nada entre las húmedas paredes de piedra. El pasillo que recorría se dobló en una esquina que me hizo parar pensativa en continuar o no. No podía ver ni cuan largo era el camino que tenía delante ni que sería lo que hallaría.

-           (Pero tengo que seguir… no puedo quedarme aquí.)- me dije a mí misma tratando de convencerme.

Una corriente de aire me hizo envalentonarme.

Avancé de nuevo, pero esta vez con todo cuidado, tocando la pared y el suelo y cerciorándome de que estaba pisando y yendo sobre sólido. Oí un ruido extraño, paré en seco escuchando, provenía de detrás mía, y no muy lejos.

Sentí que fuese lo que fuese se estaba acercando a una velocidad increíble.

Eché a correr olvidando todo y rezando al mismo tiempo de no caer en ningún agujero extraño ni de tropezar. ¿Qué era eso que me seguía? ¿Sería Enelot? Ante esa suposición me apresuré más.

-           ¡Joan!- Oí y reconocí, para mi sorpresa, algo aliviada de que fuera familiar.- ¡¿Eres tú?!

-           ¡Trunks! – llamé parando y volviéndome.- ¡Soy yo! ¡¿Dónde estás?!

-           ¡No te muevas! ¡Estoy llegando!

Me quedé quieta esperando, vi un ligero fulgor que se acercaba rápido, me aproximé hacia él contenta de verle, y de no estar sola.

Le abracé impulsivamente dejándome caer en su hombro, traté de controlar mis lágrimas inútilmente. Trunks sonrió y me respondió con su brazo libre.

-           Tranquila, ya verás como saldremos de esta.- me dijo en un tono animoso.

Me retiré mirándole, le sonreí débilmente, él tomó mi rostro secando las lágrimas que aún bañaban mi cara.

-           ¿Estás asustada?- me preguntó tierno.

-           Sí… - le contesté en un hilo.- ¿Cómo vamos a salir de aquí?- La antorcha que llevaba en la mano era acogedora con la oscuridad del corredor.- Debí coger una también.

Él rió.

-           No sé cómo no se te ocurrió.- me dijo burlón.- Con la de ideas que se te suelen pasar por esa cabecita.

Me encogí de hombros.

-           No sé, quizás estuviera demasiado asustada… - bajé la cabeza.- es que este lugar… es el de mis visiones.- confesé y admití a mi vez con un estremecimiento.

Trunks miró a su alrededor y observó despacio el pasillo, la piedra gris y húmeda.

-           ¿Dónde crees que estamos entonces?

-           En ese castillo del pliegue del tiempo, o eso creo.- me miró serio.- No te lo conté, ¿verdad?

-           No enteramente. ¿Qué era lo que veías de este lugar?

Mundo manga 2: Guerrero EspírituWhere stories live. Discover now