Capítulo doce

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Conseguí huir de nuevo de casa sin que mis padres se dieran cuenta, también logré que no se dieran cuenta que ese día falté a clase por la culpa de Bieber.

Ese apellido, que en tan poco tiempo era un deseo decirlo una y otra vez. Me estaba enamorando de un chico que causaba un caos en mi vida, y aquel chico malo, aunque me alejara de vez en cuando de su vida, volvía a aparecer para salvarme.

—¿Llevas el bikini puesto? —Preguntó tendiéndome el casco de la moto, asentí con la cabeza—¿Puedo verlo?

—No—Le desafié—¿No puedes esperar, Bieber?

—La verdad es que no—Pasó su lengua por sus labios—Pero lo voy hacer por ti—Me guiñó un ojo, y se refugió con el casco—¡Sube!

Le hice caso y me subí rápidamente a su moto, posé las piernas a cada lado, y antes de arrancar el motor, sentí su mano en mis piernas, subiendo hasta llegar a la tela de la falda, cogí su mano con la mía, y se la aparté rápidamente.

—Llegaremos tarde—Dije riendo en voz baja.

—Tienes razón, pelirroja.

Volvió a dejar sus manos en los manillares, y arrancó la moto con la velocidad de siempre. Entrelacé su cintura con mis brazos, y en poco tiempo llegamos a un descampado iluminado por dos bidones de gasolina ardiendo. 

En medio de un círculo humano se encontraban unas cuantas chicas en bikini animando a los chicos que se encontraban sentados en cajas de cervezas. Los dos chicos que había eran grandes y fuertes, más que Bieber.

Bajamos de la moto, y mi cuerpo empezó a temblar de miedo. Cuando él se alejaba de mi lado, atrapé su camiseta frenando su paso.

—¿Qué pasa? —Preguntó preocupado.

—No vayas—Supliqué—Por favor.

—No me va a pasar nada—Rápidamente se acercó y besó mis labios dejándome sin sentido—Anímame y venceré.

Sus palabras no me convencieron, él seguía animado y alegre a punto de ganar tal vez otra pelea callejera más. Entrelazó mi mano con la suya, y bajamos la pendiente.

Nos quedamos enfrente de los dos chicos junto a sus chicas, y se sentó en una silla para vendar sus manos. Cerca de nuestros pies había un cubo de hielo, adentró sus manos, y empezó a golpearlo para acostumbrarse al dolor.

—Tienes que quedarte en bikini como ellas—Llamó mi atención—Deja tu ropa sobre mi camiseta.

—Me da vergüenza—Miré a todo el público que esperaba ansioso—Y tengo miedo.

—No te va a pasar nada—Se levantó, y acarició mi mejilla—Yo te cuidaré hasta de lejos.

Se quitó la camiseta, y luego me ayudó a desvestirme. Cubrí mi vientre con mis brazos, y no solté el pañuelo para curar las heridas. Se alejó de mi lado, y la pelea estaba a punto de empezar.

Dos de ellos peleaban, y el ganador se enfrentaría a Bieber. Los golpes de cada uno me hacia cerrar los ojos, y sentía la mirada de mi acompañante. Tenía miedo de que algo le pasara, él parecía no saber que era tener miedo.

Los gritos de la gente resonaron por todo el lugar, el ganador venció en un tiempo record. Solamente en cuatro minutos, y uno de los chicos quedó tendido, sangrando, y moviendo su cuerpo del dolor. La chica, que se suponía que era su novia, corrió hasta su lado y lo ayudo para levantarlo, y salir corriendo de allí.

Bieber me guiñó un ojo, y quedó enfrente del chico de cabello oscuro, y piel pálida. Se movieron en círculos, y cuando escucharon el grito de guerra para empezar, volví a cerrar mis ojos por miedo.

Olvidé el frio que acariciaba partes de mi cuerpo semidesnuda. Todo lo hacía por él, y Bieber no era capaz de dejar la pelea para estar a mi lado.

Los golpes empezaron de nuevo, escuchaba los gritos de ambos. En un y cerrar de ojos vi al chico más grande tendido en el suelo, y a Bieber levantando sus puños de victoria. Pero duró poco, como el día de la fiesta.

Se despistó y su adversario se levantó del suelo tirándose sobre su cuerpo. La cabeza de Bieber impactó contra el suelo, quedándose inmóvil.

—¡Justin! —Grité con todas mis fuerzas—¡Justiiiiiin!

Corrí hasta él, y me tiré en el suelo rascando mi piel con la arena sucia del barro. Mi propio dolor no era importante en aquel momento. Cogí con cuidado su cabeza, y la dejé sobre mis muslos.

—¡Está muerto! —Gritó alguien.

—¡Nooooooooooooo! —Le contesté entre lágrimas—No está muerto—Toqué sus mejillas—Bieber, despierta, por favor—No contestaba—¡Que alguien me ayude!

Todos salieron corriendo, dejándome sola, y con Bieber herido y sin poder moverse. La gente cuando vio sangre correr por su cuerpo se asustó. Él no estaba muerto, yo lo sabía, se despertaría.

Lloré gritando su nombre una y otra vez. Esperaba que fuera una broma por su parte, pero no contestaba. Me dolía el pecho, no era capaz de respirar. Me estaba muriendo a poco a poco de verlo tan débil.

Sentí una camisa cubrir mi piel, y en ningún momento me giré para ver la persona que tenia a mis espaldas. Sentí como quedaba a mi lado, y tocaba el pulso de Bieber.

—Tenemos que irnos—Conocía aquella voz—Venga Jude.

—¡No! —Me negué—Tengo que llevarlo a un hospital.

Me levantaron del suelo, y pataleé para que me soltara. No quería estar alejada de Bieber, necesitaba mi compañía. No podía dejar de llorar.

—Suéltame Ryan—No podía de dejar de mirar su cuerpo tendido en el suelo—¡Justiiiiiiiiiiiiiiin! —Grité.

—Suéltame Ryan—No podía de dejar de mirar su cuerpo tendido en el suelo—¡Justiiiiiiiiiiiiiiin! —Grité

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My tough boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora