Capítulo once

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—Dafne—Respondió rápidamente.

—¿En serio? —No podía creer que su novia me golpeara sin dudarlo—Ocúpate de ella.

—¿Lo de siempre? —Asintió con la cabeza—Un cubo lleno de pintura blanca, y gritar lo zorra que es—Ambos rieron— Voy a hacerlo amigo—Se dieron las manos, y antes de salir quedó a mi lado—Lo siento guapa—Me guiñó un ojo.

Caí nerviosa con miedo al suelo, tapé mis ojos dejando que las lágrimas salieran. Dafne se enfadaría conmigo cuando se enterara que Bieber la dejaba. Ahora estaría más en problemas, y nadie me protegería.

Volvería a ser expulsada, y mi padre se enfadaría conmigo, era capaz de enviarme internada durante un año hasta que cumpliera los dieciocho años.

Bieber quedó a mi altura, y levantó mi cara con su mano, sintiendo su caricia en mi piel. Dejé de mirar aquellos preciosos ojos, y me obligó a mirarle de nuevo.

—¿Por qué quieres estar a mi lado?

—No lo sé—Dije en voz baja—Lo único sé es que lo necesito.

—Soy el chico equivocado—Vi en su rostro los golpes de las peleas—¿Quieres arriesgarte?

—No quiero sentir dolor—Toqué mi labio ensangrentado— Solo quiero estar a tu lado.

—Entonces sígueme, y disfruta con Bieber sin dudarlo—Sonrió con perversión— Intenta no cansarme, y me quedaré contigo, dejando a las demás.

—¿Y cómo puedo hacerlo? —Me atreví a preguntarle.

—Complaciéndome muñeca.

Me levantó del suelo, y salimos corriendo del instituto, de nuevo faltaba a clase solo por estar a su lado. Subí a su moto, cerrando los ojos y dejándome llevar. El aire alborotaba mi cabello, y lo dejaba suelto.

Pasé mis brazos por su cintura, y descansé mi cabeza sobre su hombro. No sabía dónde íbamos, solo quería estar a su lado, y era algo que odiaba. Me estaba enamorando de Bieber, y no tenía que hacerlo.

 *

Bajamos de la moto, y nos sentamos en un campo lleno de flores preciosas. Quedé delante de sus ojos, y sus manos me sorprendieron levantando mi camiseta.

—¿Recuerdas lo que te he dicho? —Asentí con la cabeza—Repítelo.

—Complacerte—Dije tímidamente.

—Muy bien pelirroja—Volvió a levantar mi rostro—Esta noche hay una gran pelea en la que participo—Golpeó el suelo haciendo sangrar sus nudillos—Quiero que me acompañes, pero serás una de las animadoras, en ropa interior.

El corazón por unos instantes casi se me detuvo. Solo quería complacerle a él, y no a todos. Era peligroso salir por la noche, mis padres estarían atentos, y no sabía cómo saltaría aquella noche la ventana.

Cuando Bieber me besó con tanta sensualidad, me di cuenta que era capaz de hacer cualquier cosa por estar a su lado. Me enamoré del chico equivocado.

 Me enamoré del chico equivocado

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My tough boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora