Empeño por dinero

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Cuando me dí cuenta de aquello, ni siquiera mis cinco sentidos se daban cuenta de aquello. Era horrible lo que iban a hacer conmigo.

Hacía pocas semanas cuando les oí hablar atentamente mientras mi pequeñaja me mordía las orejas y el morro para jugar conmigo. Yo estaba mirándoles como si no les prestara atención.

Cada dos por tres ellos me miraban de reojo hablando con un hombre calvo y con barba, el asentía a todo lo que decían, ¡resultó ser que me habían empeñado por dinero! ¡Que fuerte! Para nada me esperaba yo que estos dueñons fueran a ser así, y resultó que si, que para lo único que me querían era para que tuviera los cachorros y quedarse con ellos, ya sabía que yo tenía muy poca suerte, ¿pero tanta como para que me empeñaran y encima me quitaran a mi hija? No, no lo iba a permitir, para nada.

Ahora habían pasado dos semanas y un día para ser exactos desde que oí aquello, pero no me iba a quedar de brazos cruzados, ni mucho menos, no permitiría que me quitaran a mi hija como le hicieron a mi madre.

Cogí a mi peueña con la boca y me la llevé hacia afuera, pero resultó que todas las puerta del jardín, estaban cerradas y la valla era demasiada alta para saltar con el bebe.

El extraño perro, era bastante algo y fuerte, agíl también. podría hablar con él he intentar que nos ayudara a salir de allí antes de que fuera demasiado tarde.

El estaba adentro de la casa, cabizbajo y durmiendo como siempre así que le moví con la cabeza con miedo por su reacción.

El se giró y nos miró aún adormilado. 

-¿Quereis algo? Espero que sea algo importante.- Dijo con rabia por haberle despertado.

-Y tanto, necesito ayuda antes de que sea tarde.- Dije

-Oye no me molestéis, no tengo ganas, pero si dices que tan importante es, ¿que se supone que tengo que hacer?

-Pues tienes que ayudarnos a salir de aquí, como sea.

-Eso estoy dispuesto a hacerlo, pero a cambio quiero algo...

-Que quieres, te doy lo que sea pero ayuda nos

-Quiero que me consigas la escalera que hay debajo de la cama de los dueños, soy demasiado grande y no la puedo coger, pero si queréis salir sin problemas eso será lo mejor, y las reservas de comía que cojáis, como yo también me voy, quiero la mitad.

-Vale, trato hecho, ahora vuelvo con la escalera aprovechando que no hay nadie en la casa.

Fuí hacia la cama y arrastre la escalera aunque pesaba que no veas, pero al final pude llevarla hacia donde estaba el.

-Ya está, aquí la tienes.

-Vale, ahora tenemos que entre los dos intentar abrirla y colocarla encima de la valla.

La cogí de un extremo y el de otro y la arrastramos hacia afuera dejándola caer en el césped.

Intentamos abrirla pero no eramos tan fuertes y costaba mucho, pero al final la abrimos.

-Esto va a ser imposible colocarla de pie...- Dije.

-No, es lo más fácil, verás.

La cogió por debajo con la cabeza y la alzó en un instante.

-Muchísimas gracias no sabes lo que agradezco tu ayuda, y pensar que eras muy extraño, eres un buen perro.

-De nada, ¿por cierto como os llamáis?

-Yo Wendi, y mi hija Chiky, muchas gracias de nuevo, y adiós espero verte pronto.

-Yo me llamo Tobi, encantado también, adiós.

Subí hacia arriba con mi hija delante, cuando vi aparecer a mi dueña.. No podía ser, de nuevo me acompañaba la mala suerte.

-Hija, baja rápido.- La cogí de el cuello y me la lleve hacia abajo de un brinco, me fui corriendo pero había un camión en medio de la carretera y un hombre con una red persiguiéndome, mi dueña de repente me cogió por detrás y yo no podía hacer nada porque llevaba a mi hija y no la iba a soltar.

Mi dueña estiro a la pequeña para que la soltara y ella gimió de dolor entonces la tuve que soltar.

Me llevó con el tío ese y me metieron en un jaula, yo la draba pero todos me ignoraban. 

Cerraron el camión con migo adentro, ya no tenia escapatoria, este hombre me había comprado por cierto dinero y ya no me iba a escapar, y posiblemente no volvería a ver a mi preciosa hija.

Diario de un perroWhere stories live. Discover now