capítulo 11.

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No te lo había contado, pero el jueves (o sea, antes de todo lo de Mac y Xander) Ariel hizo que me sintiera orgullosa de ser una Masipag.

Estaba terminando de desayunar para llevarlas al instituto, pero ella todavía no había bajado.

—¡Ariel! —gritó Jennifer—¡Vas a llegar tarde!

—¡No olvides desayunar algo, cariño! —dijo papá a su vez, alargando el cuello para hacerse oír.

Segundos después, Ariel bajó corriendo por las escaleras, con una mano en la barandilla. Llevaba una falda pantalón chulísima, botas de combate y lo más importante de todo: una camiseta azul cielo con las letras S.L.U.T en color naranja chillón.

—¡Ya estoy! —avisó ella, sonriendo.

A papá se le cayó la tostada en el plato.

—¡Como la canción de Bea Miller! —entendí yo, y ella asintió con entusiasmo, sujetando su mochila—Me encanta.

—No vas a ir a clase con eso —sentenció Jennifer, sacudiéndose las manos—. Te van a mandar directa a casa.

Ariel dejó caer sus hombros.

—Mamá, no pone lo que crees que pone. Son siglas: Sweet Lil' Unforgettable Thing. Es para darle con un canto en los dientes a la gente que se metió conmigo.

—Intenta explicárselo al director.

—¿En serio? —preguntó Ari, emocionada. Jennifer la miró con los párpados caídos.

—¡No!

Mi hermana suspiró, echando la cabeza hacia atrás. Papá se acercó para apretarle el hombro.

—Tu madre tiene razón, Ari. Si encima te expulsan por esto, esos idiotas ganan.

Charli negó con la cabeza, de brazos cruzados. Llevaba un peto tejano sobre una sudadera negra.

—¿Y qué debería hacer, papá? ¿Quedarse callada cuando se están metiendo con ella?

Yo señalé a Charli, dándole la razón. Papá balbuceó. Pobre hombre, la verdad es que no le damos ni un descanso.

Ariel se nos acercó, poniendo sus manos sobre la mesa.

—Me he estado dando cuenta de que, hagamos lo que hagamos, las chicas nunca ganamos. Si nos vestimos como queremos nos sexualizan, y si nos tapamos entonces estamos aceptando ese comportamiento. Por eso Kim y yo vamos a escribir una carta al director, recogiendo quejas de las chicas de nuestra clase.

Me llevé una mano al pecho y atraje la cabeza de Ariel hacia mí con dramatismo.

—Estoy tan orgullosa.

Ella rio con ganas, devolviéndome el abrazo. Papá nos dio la razón y se puso de nuestro lado, así que todos nos quedamos mirando a Jennifer. Ella parecía estar harta de nosotros, pero tras unos cuantos segundos de silencio, alzó las manos.

—Está bien, está bien.

Charli, Ariel y yo cantamos victoria. Papá le pasó el brazo por los hombros a Ariel.

—Y más vale que el director se tome vuestra propuesta muy en serio —dijo entonces—. ¡Nadie se mete con mi niña!


Xander asiente satisfecho cuando se lo contamos y le dedica unos cuantos aplausos a Ariel. Esta se ríe, para luego seguir inspeccionando todos los vinilos, anonadada. Sabía que Vinyl Prix le gustaría, aunque no haya visto un tocadiscos en su vida hasta hoy.

—Pero ya basta de hablar de mí —suelta Ariel, sin apartar los ojos de la portada de So Tonight That I Might See. Entonces nos mira divertida—. Quiero saber más sobre lo que pasó con Mac.

InfameWhere stories live. Discover now