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Akira.

Es idiota cree que se saldrá con la suya.

No dejaré que esa loca lo haga sufrir. Ese es mi papel por cumplir. No el de ella.

Si hay una mujer que torturará hasta en los sueños a Damon Genovés... seré yo.

Nadie más.

Gracias a los chicos pudimos encontrar las armas. Bueno. Ellos las encontraron.

Resulta ser que hay un cuarto lleno de todos tipos de armas. No me sorprende la verdad. Pero me di cuenta de que hay lugares donde todavía no voy en mi propia casa. No me sorprendería ver un cementerio por ahí.

Me puse un vestido largo. Color burdeo. Me queda pegado al cuerpo. Y a pesar de estar disparando. La atención de Damon está en mi cuerpo...

—Akira. ¿Qué haremos ahora?—Pregunta Bryan.

—Tú, ve por el viejo. Rick tú evacuaras a las personas y te encargaras de sacar a cualquier hombre armado de acá dentro. No más disparos hasta que mi hijo se vaya. ¿Entendido?—Pregunto.

—Si, señora—Hacen un gesto militar que me hace soltar una leve risa y se van a hacer lo que les ordené.

Sigo caminando hasta donde se encuentra la dichosa pareja.

Naomi me mira con odio puro.

La entiendo. Yo también me odiaría si fuera ella. Porque estoy a punto de acabar con su asquerosa vida y quedarme con el hombre que ama.

Sí. Dije que nada de armas.

No quiero asustar más a mi hijo.

Por eso, traje una daga. La encontré con las armas también. Y es del tamaño perfecto para traer por ahí...

—Akira...

—¡¿Qué hace aquí esta perra?!—Grita enfadada.—¡Esta es mi boda y no estás invitada!

De tan solo oír su voz me duele la cabeza.

La sala ahora esta prácticamente vacía. Menos por un viejo.

Lincon.

Y Damon y yo.

Ah y la puta Naomi también.

Tomo mi arma y le saco las balas.

Luego la tiro a un lado.

—Acércate. Arreglemos las cosas como mujeres de verdad a mano limpia y no haciendo berrinches como una puta niña pequeña.—Gruño.

—Damon... hijo de puta esto lo has hecho tú...—Habla el viejo.

Pero de él se encarga Bryan.

Lo golpea en la nuca desmayándolo al instante.

—¡TÍO!—Grita Naomi.

Aprovechando que esta distraída. Saco la daga y se la entierro en la yugular.

—Ups... Cambie de opinión. No vale la pena gastar mi energía peleando contigo... ya sabes. Tengo que tener energía para mi marido.—Apunto a Damon.

Ella me mira con los ojos como platos. Su boca está abierta en busca de oxígeno y sus manos están en donde he enterrado el objeto. Sus manos al igual que su vestido se llenan de sangre. Casi me siento mal por ese pedazo de mierda.

No soy asesina. O no lo era... pero hay veces que una persona se lo busca. Metiéndose contigo o con tu familia.

Llamó bastardo a mi hijo.

Maldita puta.

—P-pe... Perra.—Dice antes de caer al suelo.

Al ver el cuerpo perdiendo fuerzas me dan ganas de vomitar y la realidad me golpea.

¿Yo... hice eso?

Joder.

—Akira...—Llega Damon a mi lado.—Joder, mujer. ¿Estás bien?—Pregunta.

Yo solo desvío mi cabeza para ver a mi hijo y me doy cuenta de que ya está calmado. Incluso duerme en los brazos de Lincon quien está aun sentado.

Y luego contesto un simple "Si"

Veo como Lincon sé levanta, pero lo ignoro. Me concentro en Damon.

—Si te casas. Lo harás conmigo. Ya me has hecho sufrir bastante como para dejarte libre con cualquiera por ahí. No esperes que sea un cuento de hadas. Porque no lo será. Te haré sufrir. Te torturaré. Haré lo posible para vengarme... y el día que me aburra, te pediré el divorcio. Y saldré a vivir mi vida con millones de hombres. Uno diferente cada noche...

Damon entrecierra los ojos analizándome.

—¿Esa es tu manera de decir que me amas y te quieres casar conmigo?—Sonríe arrogantemente.

Yo ruedo los ojos.

—Te crees mucho.

—Lo soy, futura esposa...

—¡NO SE VAN A CASAR!—Lincon nos interrumpe gritando como loco.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora