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Akira

—Alan...—Dice Damon a la mierda que tengo como padre.

—Te estás metiendo con la Bartva.—Dice enojado. Y con un golpe por detrás de las rodillas lo hace quedar hincado.—Me enteré lo que le hiciste a mi hija. Y pagarás por eso.

Yo solo puedo observar.

No puedo hacer nada. Ni quiero hacerlo.

Lincon me agarra de la mano. Y yo dejo que me guíe.

Si lo mata... estará bien. Creo.

Después de lo que me hizo se lo merece.

Les doy una última mirada antes de marcharme.

Damon.

Maldito viejo.

—¿Su padre?—Pregunto con tono burlón.—¿Desde cuándo tienes una hija? Estás seguro de que es tu hija o es una de tus mujeres de la noche. No me sorprendería que empezarás a delirar por tu edad. Pero soy tan bueno que ayudo a los de la tercera edad. Tu familia te abandono—Digo para enfadarlo.

—Hijo de puta.—Me da un puñetazo dándome vuelta la cara.

No puedo hacer nada.

Tiene razón.

Estoy en su territorio, un movimiento en falso y termino muerto. Pero no me importa mucho.

—Busca a Fierro y a mi hija. Me los traes. No deben estar demasiado lejos.—habla al teléfono sin despegar su mirada de mí.

—No sabía que era tu hija.—Digo excusándome.—Pero si lo hubiese sabido de igual manera me la llevaría a la casa y me la follaría nuevamente sin parar.—Digo para molestarlo.—Tienes una hija deliciosa.

Joder. Aún no me lo creo. ¿Por qué nunca la vi antes con él?

En los eventos siempre anda solo. Solamente supe que tuvo hijos con una mujer. Los cuales lo abandonaron. Su mujer y sus hijos se fueron de su propia casa. Y se dice en lenguas ajenas que se marcharon por miedo...

Gracias a mi estúpido comentario me gano una patada.

—haremos una cosa.—Tira el arma a un lado.—Le dirás a tus hombres que se vayan.—Dice.

¿Cómo mierda sabe?

Se supone que esos idiotas tendrían que estar escondidos. Malditos idiotas.

—Y tú y yo resolveremos esto sin armas.—Se saca su chaleco y lo tira a un lado.—Tú decides. O te mato ahora e inicio una puta guerra entre territorios o le dices a tus putos perros que se vayan y arreglamos esto como verdaderos hombres.

—¿Como sé que no tienes un arma escondida?—pregunto.

—¿Cómo sé que tú no tienes una escondida?—Contraataca.

Ruedo los ojos. Y me levanto.

Hace tiempo que no peleó cuerpo a cuerpo. Pero no me preocupo. Puedo derribar a este imbécil fácilmente.

—Chicos, esperen más lejos, vayan a por comida. Si no aparezco en una hora y media. Atacan.—Comunico a mi gente.

—Marica—Se burla.—Y así te atreves a intentar acercarte a mi hija. Maldito cobarde.

—No confundas la cobardía con saber pensar. Si de cobarde hablamos. ¿Por qué no te nombramos a ti? ¿Una hija aparece de la nada?—Pregunto burlón— Cualquiera diría que la escondiste porque no la podías proteger. No hay peor cobarde que el que es incapaz de intentar luchar por su familia o peor aún... ¿Acaso la abandonaste? Eso sí es de cobardes.

—¿Qué sabes tú de familia? Nunca nadie te ha querido lo suficiente como para quedarse a tu lado... ¿O acaso no sabes que hasta tu propia mano derecha te traiciona con mis socios?

Habla de Edgar.

Otro idiota del que tengo que encargarme.

—Cada traidor recibe lo que se merece. Y cada idiota pierde lo que más quiere. ¿Acaso quieres a tu hija? Porque la haré mía y nunca en tu asquerosa y miserable vida volverás siquiera a verla.

Sin que se lo espere me lanzo contra él. El que se mueve primero no siempre gana. Pero si tiene algo de ventaja. Algunos lo ven como un acto idiota. Y otros como yo. Pensamos que mientras más distraído se mantenga al enemigo. Más tiempo se gana para atacar por las espaldas.

Mi gente ya se dirige hacia acá. Les di una señal. Más bien una palabra. Comida...

Suena muy estúpida tal vez lo es. Pero me ha funcionado antes. No veo porque me podría fallar ahora.

Somos hombres malos. No se puede esperar nada bueno. No le debo lealtad ni confianza a mi enemigo es por eso que no dudo en atacar por la espalda.

Está noche. Uno de los dos saldrá muerto. Y presiento que no seré yo.

Nota:¿Cómo se imaginan a Damon físicamente?

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora