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Chiara aterrizó a la semana siguiente en Londres y llegó a su ático dispuesta a descansar. Pero cuando abrió la puerta, se encontró a sus padres, el Rey Charles y la Reina Emma, sentados en su sofá. Apartó la vista de ellos y rápidamente divisó también al personal de seguridad que siempre les acompañaban, a una distancia prudente.

La primera en hablar, en inglés, fue Chiara.

- ¿Qué hacéis aquí?

- ¿Qué es esto? - devolvió su madre la pregunta, poniendo sobre la mesa una decena de fotos de Violeta y ella la noche que se conocieron, en la playa.

Aunque era de noche y la calidad no era la mejor, se reconocía perfectamente a Chiara. En una de las fotos, se les veía a punto de besarse.

La chica sonrió y repasó la foto con el dedo.

- Chiara, ¿qué es esto? - repitió esta vez su padre, perdiendo la paciencia.

- Necesitaba airearme y conocí a una chica increíble - dijo, simplemente.

- Hemos pagado millones de libras para que esto no salga a la luz. Violeta Hódar Feixas. ¿Sabes que es periodista? - su madre le tendió un informe y Chiara lo agarró impactada.

Ni siquiera ella sabía el nombre completo de la granadina.

- ¿Cómo sabéis eso? ¿La habéis investigado? - entró en pánico.

- Por supuesto - contestó Charles-. No ha firmado el acuerdo de confidencialidad. Esto es inaceptable, Chiara.

- ¿Alguien ha hablado con ella? Por favor, dejadla en paz. No hemos vuelto a hablar. Y ya habéis visto que no ha dicho nada a la prensa, ni lo va a hacer. Confío en ella.

- ¿Confías en ella? - se llevó las manos a la cabeza Emma.

- Por favor, os lo digo completamente en serio. Que nadie se acerque a molestarla, porque soy capaz de cualquier cosa - desafió.

- Eres una irresponsable, Chiara - espetó su padre.

- No es que sea irresponsable. Solo quiero que las personas nuevas a las que conzoco no pasen automáticamente a estar en el punto de mira de la Interpol, o de quién sea. Quiero hacer mi vida, y ya - pidió.

- Esta es tu vida - evidenció el Rey.

- Yo no soy como vosotros. Nunca lo he sido.

- Sí, eres más rebelde, cariño - trató de minimizar Emma-. Pero...

- Pero, nada - cortó Chiara-. Joey, Jas... Ellos se sienten cómodos. Les gusta esta vida, se les da bien, están comprometidos con Inglaterra. Son perfectos para su trabajo. Pero yo no.

- Tú podrías serlo, si te esforzaras un poco... Solo tienes que centrarte - explicó Charles.

- Es que no quiero centrarme. No dejo de pensar que esta no es la vida que quiero. Y no me gusta ser una carga para esta familia, pero tampoco estoy dispuesta a que esta familia sea una carga para mí. Estoy harta - resumió.

- ¿Y qué piensas hacer al respecto, Chiara? - preguntó su madre.

La chica dio vueltas por el salón tratando de decidir si era suficientemente valiente para decir lo que estaba pensando. Violeta le vino a la cabeza. Su mirada, su sonrisa, su voz. Lo feliz que había sido en ese momento en la playa. Y al día siguiente. Siendo una chica normal.

Pensó en qué estaba dispuesta a sacrificar para poder ser una más. Y lo vio claro.

- Renunciar. Eso voy a hacer. Ser solo Chiara Oliver. Buscarme un trabajo que me guste. Quizás crear una empresa, escribir, conocer gente, ser libre... Tantas cosas - resumió, sin poder contener la emoción.

Royal Rainbow | KiviWhere stories live. Discover now