Amanecer

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    Salí a ver el amanecer. Es que no me bastaba en el corazón simplemente verlo a través de una de las ventanas de planta alta, ni esperar que llegara su luz a las ramas desnudas del árbol y así descubrirlo desde la ventana de la cocina.

    Salí a su encuentro y el vaho de mi respiración junto al de algún suspiro guardado me hicieron compañía mientras esperaba el sol que, sin verse todavía, ya teñía el cielo y las nubes del horizonte.

    Apareció, aquella bola de fuego la vi hasta que asomó por completo y sentí mi corazón llenarse de una felicidad indescriptible. El sol siempre sale, el sol que aparta la noche reconfortó mi alma en esa mañana de invierno, quizás en parte también devoró mis miedos, aclaró mi mente y las respuestas en mi interior llegaron una a una mientras sus rayos se hicieron sentir en mi piel.

2023

Caramelos de mentaWhere stories live. Discover now