Mis ojos se desvían a la puerta buscando su silueta una vez más, como llevan haciendo desde la última media hora. Es entonces cuando aparece el mismo rosa suave que tiñe el cielo cada mañana.
Le contemplo un instante, es que jamás le había visto en ese color y se ve tan precioso como cuando en sus ropas se desaparecen los límites entre el azul y el negro simulando una noche, que por sus ojos, es estrellada.
Un saludo se corresponde y aunque nuestros ojos no se encuentren más, acomoda el banco y se sienta a mi lado.
Mi corazón estalla en una felicidad que pareciera efervescente y mis manos no tienen pulso para subrayar la fecha en mi cuaderno.
2023
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Caramelos de menta
PoetryÉl tiene en sus ojos el cielo nocturno, con un millar de brillantes estrellas... pero sin luna. En su sonrisa el amanecer y en sus bolsillos caramelos de menta. Inesperadamente se coló en mi corazón; arregló algunas cosas, rompió algunas otras y al...