MARATÓN: Parte 2

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Libre.

Sakura podía afirmar que era libre, después de estar unos días secuestrada, y pasar por tantos altibajos. La paz interior que sentía por dentro era incomparable.

Ahora podía volver a su habitual vida, siendo agente de policía y millonaria excéntrica, como lo había hecho la mayor parte de su vida. Ya no tenia cadenas invisibles, ni matones custodiándola para que no se escapara.

Una vez que hubo llegado a la ciudad, se dirigió de inmediato a su pent-house. Allí estaría mas segura que en cualquier otro lugar. Las medidas de seguridad que había implementado para su hogar eran de las mas altas, sin contar que habían cámaras de seguridad instaladas vigilando todo el perímetro.

No tenia las llaves, pero sabia cual era el código de la puerta de servicio.

Pulso el botón luego de introducir la clave y el olor de su hogar la tranquilizó. Aunque el silencio predominara en aquella habitación, ella sentía que ese era su hogar, por mas que viviera sola. Tantos años viviendo en soledad le había enseñado a adaptarse a las circunstancias.

Se acerco a los sofás y de un tirón se sentó. Respiro hondo, y pensó en todo lo que le había sucedido. No era nada fácil lo que había pasado, nunca la habían secuestrado, y menos un criminal, pero debía admitir que la experiencia había sido asombrosa. Ademas de que el Uchiha lo le había hecho ningún daño, por suerte.

Tanteó en sus pantalones su teléfono celular, mas se sorprendió al no hallarlo. Se precipito, no podía ser que lo haya olvidado....en el campo. De un salto se levanto y se dirigió al automóvil, pero del móvil ni rastros.

-¿Que tiene el Karma conmigo?-se pregunto, hablando sola. Cualquiera que la haya visto en ese momento pensaría que estaba loca.- Llamare a Naruto, todos deben de estar preocupados.

En teléfono fijo de su hogar se encontraba cerca de la cocina. Marco el numero de su querido amigo rubio, y aguardó a que este respondiera.

-¿Hola?-preguntaron al otro lado. Al parecer, Naruto no se había fijado en el identificador de llamadas, ni la había reconocido.- ¿Hay alguien?

-Quería comunicarme con el hogar de idiotas, ¿Puede pasarme con Naruto Uzumaki?-Bromeo, con tono de secretaria refinada. Pudo escuchar en la otra línea con el joven rubio lanzaba improperios y dispuesto a colgar la llamada pensando en que le estaban gastando una broma telefónica.- ¡Soy yo, Sakura! ¡No puedo creer que seas tan tarado!

-¿Sakura-Chan? ¡Sakura-Chan! ¡No pudo creerlo! ¿Dónde te encuentras? ¿Estas bien, enterita? ¿Te busco en algún lado? ¡Solo dime y voy!

Ante tantas preguntas, la pelirosa aguardó a que Naruto terminara.

-Estoy bien, y en mi casa. Pude escaparme, no me preguntes como, pero estoy aquí. Solo necesito que avises a que estoy bien a todos en la Estación, pero no nombres mi paradero. Solo di que llame y que me encuentro bien.

-¡Claro que si, pero luego pasare a verte! No sabes que calvario hemos pasado, ¡Y ni te imaginas el quilombo que ha armado tu asesora! ¡Le ha colmado la paciencia a mi padre! Todos los días ha venido a presionarnos, y a amenazarnos. Mi pobre padre esta al borde de que le explote el corazón.

-Lo lamento, Naruto. Dile a tu padre que cuando todo esto acabe los invitare a una cena en conmemoración de su buena voluntad. Y también le tirare las orejas a Rin por tal desmadre, aunque se qué ella lo hacia por mi bien. Ahora debo cortarte, nos vemos luego.

Corto la llamada y se dirigió a su antigua habitación.

Todo seguía en perfecto estado, aunque se notaban escasos rastros de polvo en los muebles. Su cama seguía perfectamente hecha y la ventana seguía cerrada.

Mi Querida Policía //Sasusaku//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora